RESUMEN
La historia reciente en México no puede entenderse sin la tensión
existente entre una redefinición y disputa por el espacio público. En
un contexto de violencia necropatriarcal, donde los cuerpos feminiza-
dos son vulnerables, el espacio público se ha convertido en una zona
ambivalente, entre el peligro que representa y la necesidad de una
reapropiación que confronta directamente el discurso oficial, históri-
co, político y social. En este trabajo buscamos exponer expresiones
y acciones artísticas en el espacio público en México por medio de
un acercamiento capaz de visibilizar producciones y actualizaciones
de diálogos intergeneracionales. A partir de una revisión de conceptos
específicos y de estrategias concretas, pretendemos exhibir formas
de acercamiento y lectura a procesos político-estéticos característi-
cos por su condición crítica y dinámica. Buscamos trazar y definir una
metodología de estudio a través de la revisión crítica y analítica de es-
trategias de intervención en el espacio público por medio del trabajo
de artistas como Mónica Mayer e Alma Camelia, o colectivas como
Anti-Monumenta, Brillantinas con Glitter y proyectos como El mural
que debió ser.
Palabras clave: arte público, feminismos, antimonumentos, arte con-
temporáneo, iconoclasia
Arte y feminismos en el espacio público:
nuevas metodologías y genealogías
Art and Feminisms in the Public Space: New Methodologies and
Genealogies
Arte e feminismos no espaço público: novas metodologias e
genealogias
Gemma Argüello Manresa
Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, México
Natalia de la Rosa
Instituto de Investigaciones Estéticas, Unidad Oaxaca, UNAM, México
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Atribuição - Não Comercial 4.0
Internacional (CC-BY-NC)
© 2024 Gemma Argüello
Manresa, Natalia de la Rosa
arte: lugar : cidade | volume 1, número 1, maio/out. 2024 | doi: 10.22409/arte.lugar.cidade.v1i1.62464
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RESUMO
A história recente do México não pode ser compreendida sem a tensão entre uma rede-
finição e uma disputa pelo espaço público. Em um contexto de violência necropatriarcal,
onde os corpos feminizados são vulneráveis, o espaço público tornou-se uma zona am-
bivalente, entre o perigo que representa e a necessidade de uma reapropriação que con-
fronta diretamente o discurso oficial, histórico, político e social. Neste artigo, procuramos
expor expressões e ações artísticas no espaço público no México através de uma abor-
dagem capaz de tornar visíveis produções e atualizações de diálogos intergeracionais. A
partir de uma revisão de conceitos específicos e de estratégias concretas, pretendemos
expor formas de abordagem e de leitura de processos político-estéticos caracterizados
por sua condição crítica e dinâmica. Procuramos delinear e definir uma metodologia de
estudo através da revisão crítica e analítica de estratégias de intervenção no espaço pú-
blico através do trabalho de artistas como Mónica Mayer e Alma Camelia, ou de coletivos
como Anti-Monumenta, Brillantinas con Glitter e projetos como El mural que debió ser.
Palavras-chave: arte pública, feminismos, antimonumentos, arte contemporânea, icono-
clastia
ABSTRACT
Recent history in Mexico cannot be understood without the tension between a redefinition
and dispute over public space. In a context of necropatriarchal violence, where feminized
bodies are vulnerable, public space has become an ambivalent zone, between the danger it
represents and the need for a reappropriation that directly confronts the official, historical,
political and social discourse. In this paper we seek to expose artistic expressions and ac-
tions in the public space in Mexico through an approach capable of making visible produc-
tions and updates of intergenerational dialogues. From a review of specific concepts and
concrete strategies, we intend to exhibit ways of approaching and reading political-aes-
thetic processes characterized by their critical and dynamic condition. We seek to outline
and define a methodology of study through the critical and analytical review of interven-
tion strategies in public space through the work of artists such as Monica Mayer and Alma
Camelia, or collectives such as Anti-Monumenta, Brillantinas con Glitter and projects such
as El mural que debió ser (The Mural that Should Have Been).
Keywords: public art, feminisms, anti-monuments, contemporary art, iconoclasm, icono-
clasm
Gemma Argüello Manresa es investigadora, escritora y curadora. Trabaja estética y política, prácticas artísticas participativas y
sociales, así como arte feminista. Ha realizado curadurías para diversos museos y espacios culturales. Es profesora del Colegio
de Filosofía y del Posgrado de Género en la UNAM, curadora de Galería Abierta para la Colección Femsa en Monterrey (2023-
https://orcid.org/0000-0001-8538-6835 | gemma.arguellom@gmail.com
Natalia de la Rosa es historiadora del arte y curadora. Trabaja el arte moderno y contemporáneo en México, el arte público y sus
actualizaciones críticas. Curadora del Museo de Arte Moderno entre 2014 y 2016; Posdoctorante Asociada en la Duke University
(2016-2018) y becaria posdoctoral en el Instituto de Investigaciones Filológicas, UNAM (2020-2022). Autora del libro David
Siqueiros en el Hospital de la Raza e Investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, Unidad Oaxaca.
https://orcid.org/0000-0003-3367-0345 | nataliadelarosa83@gmail.com
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2024), es miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel 1 y co-dirige la Oficina de Proyectos Editoriales.
1. Entre el vandalismo y la iconoclasia
Realizar un recuento de las diversas expresiones y acciones artísti-
cas recientes en el espacio público en México no es una tarea fácil.
Específicamente, en el caso de aquellas que están enmarcadas por
el feminismo y las luchas en contra de la violencia de género en el
país, existen una variedad de prácticas que van desde el emplaza-
miento de antimonumentos en distintas ciudades, acciones perfor-
máticas, el trabajo de distintas artistas fuera y dentro del mundo
del arte, la apropiación de estrategias que se originaron en el arte
por parte de activistas feministas, la recuperación de los proyectos
planteados por artistas mujeres y que en su momento no se les
permitió realizar, hasta las intervenciones en el patrimonio y distin-
tos dispositivos arquitectónicos urbanos, calificados en los medios
como actos vandálicos. Estas últimas son de especial interés, ya
que enmarcan en México la recepción que tiene el activismo de
la cuarta ola del feminismo en este contexto tanto por los medios
como por el Estado.
Eneas de Troya, Ángel de la Independencia después de las protestas del 16 de agos-
to, 2019.
Fuente: https://www.flickr.com/photos/eneas/48621062726. Consultado el 21 de
agosto del 2021.
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El 16 de agosto del 2019 se organizaron varias manifestaciones en
México a raíz de la convocatoria de distintas colectivas y organi-
zaciones feministas bajo el #NoMeCuidanMeViolan para protestar
contra la violencia de género y los feminicidios en el país, y para
exigir justicia para las víctimas de violación cometidas por poli-
cías. Como en muchas protestas, se realizaron distintas pintas a
lo largo del recorrido, pero las que adquirieron mayor visibilidad a
nivel nacional fueron aquellas realizadas en el Ángel de la Indepen-
dencia, monumento emblemático de la Ciudad de México erigido
en 1910 para conmemorar el Centenario de la Independencia de
México durante el periodo de la dictadura del General Porfirio Díaz.
En el pedestal que sostiene la columna se postra una Victoria alada,
la cual es reconocida como un icono emblemático de la ciudad,
y donde las manifestantes realizaron distintas pintas en la que se
encontraban mensajes como: “México Feminicida”, “Amigas, se va
a caer”, “La policía nos mata”, “La patria mata” o “Asesinos”. Ante
la respuesta del Estado y los medios, que calificaron dichas pin-
tas como actos vandálicos, un grupo organizado de restauradoras
se organizó como el colectiva independiente Restauradoras con
Glitter y con los #VivasNosRestauramos, #PrimeroLasMujeresLue-
goLasParedes #MujeresNoParedes, #YoTeRestauro, #LaVidaEs-
Patrimonio #RestauroMonumentosConservoLaMemoria lanzaron
el 21 de agosto una carta al presidente y a la jefa de gobierno de
la Ciudad de México, la sociedad civil y agrupaciones feministas
señalando lo siguiente:
“1. Aunque de ninguna forma promovemos que se realicen pintas en
los bienes culturales, entendemos la importancia social y transgre-
sora de éstas, como parte de los procesos que acontecen en torno
a ellos en contextos específicos… La cobertura mediática en general
ha preferido enfatizar el efecto visual de las pintas en lugar de en-
focarse en lo verdaderamente importante: los centenares de casos
de violaciones y feminicidios que no deberían haber ocurrido jamás,
y que alarmantemente aumentan todos los días. Las pintas son un
mero síntoma de la violencia desorbitada en que vivimos, y como
tal deberían socializarse por los medios para promover la atención
del problema de fondo. Sostenemos que su permanencia debe ser
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un recordatorio palpable de la condenable situación de violencia en
nuestro país, y que por ende ninguna deberá ser removida hasta que
no se atienda y se dé solución al problema de la violencia de género
en nuestro país.
2. Consideramos que, por su alta relevancia social, histórica y
simbólica, las pintas deben ser documentadas minuciosamente por
profesionales, con el objetivo de enfatizar y mantener viva la me-
moria colectiva sobre este acontecimiento y sus causas, así como
promover una toma de conciencia para planear y gestionar solu-
ciones al problema de fondo… Por todo esto, solicitamos que sea el
colectivo quien realice esta documentación, ya que contamos con
las especialistas capacitadas para hacerlo…
[…]
4. Este colectivo considera que ningún profesional de la conser-
vación debe prestarse a realizar la intervención de remoción de las
pintas hasta que el Gobierno Federal realice las acciones necesarias
para garantizar la seguridad de las mujeres en territorio mexicano y
en la sociedad notemos resultados visibles en la reducción y castigo
de la violencia de género en todas sus expresiones…”
1
Las Restauradoras con Glitter terminan dicho documento señalan-
do que “el patrimonio cultural puede ser restaurado, sin embargo,
las mujeres violentadas, abusadas sexualmente y torturadas nunca
volverán a ser las mismas; las desaparecidas seguirán siendo espe-
radas por sus dolientes y asesinadas jamás regresarán a casa. Las
vidas perdidas no pueden restaurarse, el tejido social sí”. De manera
similar, el 10 de marzo de 1914 durante la primera ola del feminismo
sufragista, Mary Richardson acuchilló la Venus del Espejo (1647-
1651), de Diego de Velázquez, en la National Gallery de Londres. En
su declaración en el periódico The Times señaló lo siguiente:
If there is an outcry against my deed, let everyone remember
that such an outcry is a hypocrisy so long as they allow the
destruction of Mrs. Pankhurst and other beautiful living women,
and that until the public cease to countenance human destruc-
tion the stones cast against me for the destruction of this pic-
ture are each evidence against them of artistic as well as moral
and political humbug and hypocrisy. (Tyburczy, 2016, p. 76)
1 https://twit-
ter.com/RGlittermx/sta-
tus/1164371199054548992.
Consultado el 25 de junio del
2021.
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En redes sociales estas nuevas manifestantes fueron calificadas
de “feminazis”, mientras que en su tiempo Richardson llegó a ser
apodada “Mary la Acuchilladora”, “La Destripadora” o, simplemente,
“La Acuchilladora” (Gamboni, 2014). Unas y otras han sido desca-
lificadas y sus acciones son caracterizadas como un sinsentido,
priorizando el daño patrimonial frente a las demandas que ellas
defienden. A su vez, ambas acciones fueron calificadas como actos
vandálicos. Sin embargo, como se argumentará a continuación,
éstas son acciones iconoclastas.
Iconoclasia y vandalismo son términos intercambiables dependien-
do de quien se encuentra en una posición de poder ante el acto
de enunciación. Una de las características de los actos vandálicos
que tanto David Freedberg (2017) como Dario Gamboni señalan es
que carecen de intención o motivo aparente, ya que el vandalismo
y vándalo son términos que “siempre estigmatizadores e implican
ceguera, ignorancia, estupidez, bajeza y falta de gusto” (Gamboni,
2014). En cambio, la iconoclasia “implica una intención, a veces una
doctrina” (Gamboni, 2014) y, como señalan Anne McClanan y Jeff
Johnson, representa un ataque que hecho a partir de ciertos prin-
cipios o una intención está “dirigido principalmente a los referentes
del objeto o a su conexión con el poder que representan” (McCla-
nan & Johnson, 2005). Los actos iconoclastas no implican sólo la
destrucción o eliminación de objetos, sino “la intención de atacar su
relación con ese poder” (McClanan & Johnson, 2005). El vandalis-
mo, en cambio, se utiliza desde el poder para señalar ciertos actos
y despojarlos de sentido ante la opinión pública. Mientras tanto, la
iconoclasia es una categoría, que, si bien data de la época Bizantina,
ha ido variando su significado, ya sea para describir la destrucción
de imágenes religiosas o para elogiar acciones con un trasfondo po-
lítico que se realizan para destruir o dañar un objeto que simboliza
el poder en un momento determinado. La primera es una categoría
sociológica y psicológica, mientras que el segundo es un concepto
reconocido en la historia del arte.
Tanto en las sufragistas de inicio siglo XX como en las activistas
mexicanas en la actualidad, existe un cuestionamiento frente a la
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división entre el espacio público y privado, a partir de una clara con-
figuración patriarcal, en la que los mandatos de feminidad y mas-
culinidad impiden que las mujeres ocupemos los espacios públicos
y la esfera pública, pero, además, en el caso de México, esa esfera
pública sea considerada como un espacio donde vivimos distintas
violencias de género de manera sistémica. Asimismo, se desafía el
concepto de patrimonio desde una noción restrictiva de propiedad
que impide que cualquiera pueda resignificar y apropiarse de él,
dejando que se congele en el tiempo o que constantemente haya
una asepsia constante que borra la memoria de la protesta. A dife-
rencia de lo que señalan los medios, las intervenciones realizadas no
implican un daño irreparable al patrimonio, ni tampoco carecen de
sentido. Ambas, como inconclasias, ubicadas en dos distintas de las
olas del feminismo, responden a la impunidad y permisibilidad con
la que actúa el Estado frente ejercicio de la violencia contra las mu-
jeres y tienen como objetivo obras y/o monumentos que simbolizan
el poder patriarcal y del estado desde su perspectiva. Como señalan
Anne McClanan y Jeff Johnson: “el objeto individual por sí mismo,
y no sólo lo que representa, debe poseer cierta gravedad para que
su destrucción se deplorada o celebrada como iconoclasta” (Mc-
Clanan & Johnson 2005). Por ello, es necesario analizarlas desde las
materialidades que son dañadas, en tanto que son señaladas como
símbolos del poder patriarcal, y su motivación responde a una ge-
nealogía en la historia de los movimientos feministas y en la historia
del arte desde la cual pueden ser interpretadas como iconoclasias y
no como actos vandálicos.
Dentro de los movimientos feministas existen además otras accio-
nes iconoclastas que, si bien no implican en principio daño físico
alguno a la propiedad patrimonial, afectan la carga simbólica en el
imaginario social del patrimonio en cuestión. Por ejemplo, a más
de un año después de las pintas al Ángel de la Independencia de la
Ciudad de México, como respuesta a las descalificaciones por parte
del presidente de México (Andrés Manuel López Obrador) de las
protestas feministas, la violencia de género y los feminicidios, el 7
de marzo del 2021, un día antes de la marcha del 8M, un grupo de
mujeres proyectaron a las afueras del Palacio Nacional, que ahora
arte: lugar : cidade | volume 1, número 1, maio/out. 2024 | doi: 10.22409/arte.lugar.cidade.v1i1.62464arte: lugar : cidade | volume 1, número 1, maio/out. 2024 | doi: 10.22409/arte.lugar.cidade.v1i1.62464
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alberga la sede del Poder Ejecutivo Federal, frases como: “México
feminicida”, “Aborto legal ya” y “Un violador no será gobernador”
(en respuesta al apoyo del presidente y su partido a la candidatura
de Félix Salgado Macedonio a gobernador de Guerrero, siendo un
hombre acusado de violación). Además, se intervinieron las bardas
que la policía colocó para proteger el recinto de las manifestantes
con un memorial realizado por colectivas feministas y madres de
mujeres víctimas de feminicidio y desaparición forzada.
Las intervenciones feministas ante la colocación de las bardas que
el gobierno denominó como “Muro de la paz” es una respuesta
que revirtió el sentido de vandalismo que les otorga el poder a las
acciones iconoclastas y que formalmente se asemeja a otro tipo de
intervenciones artísticas en el espacio público.
2 https://www.facebook.
com/restauradoras.glitterMX/pho-
tos/a.100898927952519/4858
89829453
425. Consultado el 21 de agosto
del 2021.
Fuente: Restauradoras con Glitter (7 de marzo del 2021)
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