EDUCACIÓN POPULAR Y MAPEAMIENTO SOCIAL: una experiencia de acción cultural en el acampamiento Padre Josimo – (MST, TO)
Rejane Cleide Medeiros de Almeida
Universidade Federal do Tocantins (UFT)
Araguaia, TO, Brasil
RESUMEN
El presente texto tiene como objetivo reflexionar sobre el proceso de prácticas de educación popular y de mapeamiento social en el acampamiento Padre Josimo, Tocantins, en la lucha por el territorio. La metodología utilizada consistió en la realización de dos talleres de mapas en el acampamiento durante 2018, en los cuales los acampados/as produjeron, a través de dibujos, la trayectoria de la lucha por la tierra. Se realizaron entrevistas semiestructuradas. La investigación indicó que la lucha es ardua y criminalizada por la sociedad, que tiene, en las narrativas burguesas, los instrumentos para esta criminalización. En cambio, el mapeamiento, como instrumento pedagógico de educación popular, contribuyó en la elaboración de la acción cultural para generar otras narrativas, de carácter contra-hegemónicas.
Palabras claves: Movimiento social. Cartografía social. Lucha por la tierra.
POPULAR EDUCATION AND SOCIAL MAPPING: a cultural initiative experience in the Padre Josimo camp – (MST, TO)
ABSTRACT
This paper aims to reflect on the process of popular education and social mapping in the Padre Josimo Camp, in the Brazilian state of Tocantins, in the midst of the struggle for land. Methodology included two mapping workshops in the camp in 2018, in which the camped produced – through drawings – the trajectory of this struggle. Semi-structured interviews were conducted. The research revealed that it is arduous and criminalized by society – which has in bourgeois narratives the instruments for this criminalization. However, mapping as a popular education pedagogical tool contributed to the establishment of cultural actions for other counter-hegemonic narratives.
Keywords: Social movement. Social cartography. Struggle for land.
EDUCAÇÃO POPULAR E MAPEAMENTO SOCIAL: uma Experiência de Ação Cultural no Acampamento Padre Josimo (MST, TO)
RESUMO
O presente texto tem por objetivo refletir sobre o processo de práticas de educação popular e de mapeamento social no Acampamento Padre Josimo, Tocantins, na luta pelo território. A metodologia utilizada consistiu na realização de duas oficinas de mapas no acampamento em 2018, no qual os acampados /as produziram, através de desenhos, suas trajetórias de luta pela terra. Foram realizadas entrevistas semiestruturadas. A pesquisa indicou que a luta é árdua e criminalizada pela sociedade, que tem, nas narrativas burguesas, instrumentos para tal criminalização. Entretanto, o mapeamento como instrumento pedagógico de educação popular contribuiu para elaboração de ação cultural para outras narrativas contra-hegemônicas.
Palavras-chave: Movimento Social. Cartografia social. Luta pela terra.
Introducción
El artículo pretende reflexionar sobre el proceso de las prácticas de educación popular y la cartografía social en el acampamento Padre Josimo, Tocantins, en la lucha por el territorio. La historia siempre se escribe y se cuenta como parte de las narraciones de las versiones “ganadoras”, desde diferentes perspectivas teóricas y metodológicas. En el caso de esta investigación, se trataba de develar la historia de las campesinas y los campesinos de Bico do Papagaio, Tocantins. Así, a través de las trayectorias de la lucha de clases, buscamos identificar cómo se produce la construcción de la autonomía para componer la representación de la historia del pueblo brasileño, que es esencial para la transformación social en el campo. En este sentido, enfatizamos que otras narrativas son posibles.
La autonomía de los sujetos (hombres y mujeres) de la lucha por la tierra en "contar y escribir" su historia debe considerarse un elemento central en la construcción de otra hegemonía (GRAMSCI, 1999).
Como señala Freire (2018), en lo que respecta a la construcción de la autonomía, el mejor punto de partida para ello es siempre entender que somos seres humanos inconclusos. En este sentido, este texto presenta el proceso de lucha por la tierra y la resistencia de las familias del acampamento Padre Josimo, en el municipio de Carrasco Bonito, al norte de Tocantins, basándose en la metodología de la Nueva Cartografía Social, buscando evaluar, al mismo tiempo, los aportes dialécticos de esta metodología en el proceso de lucha por la tierra propiamente dicho. De ahí la importancia de una comprensión detallada de los elementos que la estructuran.
La cartografía social no se limita a una representación espacial de la comunidad en forma de imagen, sino más bien como una descripción discursiva de los símbolos, las relaciones sociales, la ocupación del territorio, los conflictos y las perspectivas de las luchas. Es un documento descriptivo de la comunidad por medio de discursos, imágenes fotográficas, un mapa que representa la realidad. Son construcciones socialmente elaboradas de un espacio que también es un producto de la comunidad.
En estos mapas, las características socioculturales de los sujetos que los elaboran se consideran en función de los elementos históricos, étnicos, económicos y culturales del espacio (SOUSA et al., 2011). En este sentido, el mapa es una herramienta metodológica para representar la realidad en la que los campesinos y campesinas se construyen a través de perspectivas históricas. Así, permiten representar iconográficamente la trayectoria de los campistas y sus historias de vida en la lucha por la tierra y el territorio.
De esta manera, la premisa es la relación entre la cartografía social y la descripción etnográfica. Abarca una descripción abierta con posibilidades de utilización de diversos géneros textuales y una variedad de representaciones gráficas y pictóricas que atraviesan múltiples expresiones de los agentes sociales (bocetos, dibujos, poesía, autodefiniciones o autoconciencia y diversas narraciones apoyadas por categorías de utilización de la unidad social). Como unidad de movilización, se considera aquí, a partir de Alfredo Almeida (1995b), que son prácticas con niveles específicos de organización y se interpretan como potencialmente tendientes a constituir fuerzas sociales. Para el autor:
Suas práticas alteram padrões tradicionais de relação política com o centro de poder e com instâncias de intermediações, possibilitando a emergência de lideranças que prescindem dos que detêm o poder local. Destaque-se, neste particular, que mesmo distante da pretensão de serem movimentos para tomada do poder político, logram generalizar o localismo das reivindicações e mediante estas práticas de mobilização [...] Para tanto suas formas de ação transcendem as realidades localizadas e gerem movimentos de maior abrangência, que agrupam as diferentes unidades [...] (ALMEIDA, A., 1995b, p. 17).
Como herramienta, la cartografía social se concibe como una técnica que permite investigar y actuar en torno a un espacio social, de forma cualitativa e interdisciplinaria, para tratar los conflictos agrarios y los agentes implicados (ALMEIDA; SOUZA, 2017).
Por lo tanto, las reflexiones teórico-metodológicas comprenden una práctica que se realiza como una relación social (BOURDIEU, 2013) en la que varios "puntos de vista", del observador y de los observados, constituyen los materiales básicos de una actividad de estudio.
El mapa se constituye en una herramienta teórico-metodológica adecuada en el campo de las humanidades y las ciencias sociales y, tal como se construye y proyecta, desde una cierta estructura social de su propio lugar institucional, se reduce al sesgo de quienes lo produjeron (ALMEIDA, A., 2004). Así, este mapa producido por los agentes sociales rompe con la ideología del archivo muerto, propia de la rutina de las instituciones oficiales. Sobre todo, trata de difundir información importante a partir de una base de datos dinámica y, por lo tanto, viva. Busca ser completado localmente por campesinos, pescadores, habitantes de los ríos, pueblos indígenas, quilombolas, etc., así como por organizaciones y movimientos sociales.
A diferencia de una realidad congelada, este mapa busca ganar movimiento. Al ser rediseñado desde el punto de vista de los pueblos y comunidades que viven en conflictos y situaciones violentas, su configuración permite cambios en las correlaciones de fuerzas entre los segmentos sociales que los oprimen y violan sus intereses que les son históricamente hostiles. Así, abre las puertas para incorporar una ocupación reciente, como es el caso del mapa de esta investigación (ALMEIDA, A., 2004).
En cuanto al mapa como instrumento de autoidentificación, Alfredo Almeida (1995a) destaca que:
Semelhante dinâmica parte do pressuposto de que os sujeitos sociais são capazes de se familiarizar com a ideia do mapa e com o repertório de informações nele contido. Ora, com toda certeza, isto só se mostra possível caso se consiga aproximar a representação espacial dos segmentos camponeses daquela reproduzida em termos do mapa proposto. Indagações pormenorizadas se dispõem a tal tentativa de aproximação. Como reproduzir ou passar dos rabiscos, esboços, croquis e diagramas riscados na areia ou no barro compactado do chão das casas e das malocas para a pretendida base cartográfica? Como divisar a mesma estrada de madeira, intrusando a área indígena representada nos traços do desenho no ambiente doméstico e assinalada ou plotada no mapa? Como os próprios reassentados reconhecem no mapa a denominada “roça comunitária” [...] (ALMEIDA, A., 1995a, p. 40).
A partir de estas reflexiones sobre la posibilidad de que el mapa sea utilizado como herramienta para una realidad social y utilizado por los campesinos y como recurso para la educación, la pregunta es: ¿De que modo puede ser utilizado como instrumento en el proceso de lucha y formación política de los campesinos? Utilizándola como metodología dialógica, el objetivo es (re)construir la trayectoria de lucha de los campistas para construir narrativas contrahegemónicas, para contribuir a un movimiento de transformación, basado en la praxis como elemento político de la educación popular.
En este caso, la noción de cartografía empleada aquí no es sólo la percepción de un territorio desde los puntos cardinales, después de todo, la idea de cartografía social lleva la marca de ser una nueva forma de aprehensión del otro (ALMEIDA, 2004). Por esta razón, la idea de "nuevo" permite una pluralidad de descripciones en todas sus dimensiones, especialmente en aquellas dirigidas a múltiples "experimentaciones" y ancladas en un conocimiento de las realidades del lugar, como es el caso de la comunidad campesina aquí estudiada.
A partir de lo que se ha dicho sobre las posibilidades de la pluralidad y las dimensiones que el mapa hace posibles, entendiendo que el conocimiento de la realidad se produce desde el territorio, surge una pregunta: ¿de qué manera el mapa es un recurso pedagógico como instrumento de educación popular? ¿Cuál es su contribución a la lucha de los campesinos? ¿Cómo pueden organizarse los elementos situados en el territorio para dar visibilidad a la lucha? ¿Cómo pueden los movimientos sociales contar con este instrumento político?
Para responder a las preguntas, comenzamos señalando de qué territorio se trata esta investigación: ¿dónde viven y producen los campistas su tierra y sus procesos de sociabilidad hoy en día? Se decide aquí adoptar el concepto de que el territorio no es un instrumento, sino un concepto, una categoría, un objeto del método.
[...] é um espaço apropriado, espaço feito coisa própria, enfim, o território é instituído por sujeitos e grupos sociais que se afirmam por meio dele. Assim, há sempre, território e territorialidade, ou seja, processos sociais de territorialização. Num mesmo território há, sempre, múltiplas territorialidades (PORTO-GONÇALVES, 2006, p. 5).
De esta manera, se puede afirmar que el territorio donde los campistas y los acampados viven sus procesos de sociabilidad tiene significadosolítico-culturales, sociales, ambientales y, sobre todo, simbólicos.
1. Los movimientos sociales en el campo y la educación popular
Para Medeiros (1989), la historia de los movimientos sociales en el campo los convierte en un sujeto colectivo, porque lo son:
Não travaram lutas ao sabor do imediatismo e dos ventos, como fogo do mato; suas lutas progressivamente procuravam se inserir em movimentos e organizações que lhes deram continuidade e sentido. E assim, a história não só dá um passado ao campesinato brasileiro, mas aponta, ao fazê-lo emergir como classe, para o seu futuro. Não se pode pensar e construir um projeto de sociedade sem a sua participação (MEDEIROS, 1989, p. 9).
Por esta razón, la historia de las luchas y la resistencia social en Brasil está marcada por las revueltas populares. Recuperar esta trayectoria es un desafío, ya que los registros son escasos y fragmentados. Por lo tanto, recuperar las luchas que ocurrieron en el campo, desde la perspectiva del campesino, es buscar entender sus propios caminos y la forma en que interfirieron en la dinámica de la sociedad. La preservación de la memoria social de estos sujetos es muy compleja, aunque es esencial conocer sus trayectorias políticas, lo que significa conocer la historia de la lucha de los movimientos de resistencia (MEDEIROS, 2017).
En este sentido, se entiende también como pertenencia individual los acontecimientos que existen en los lugares de memoria, vinculados a un recuerdo, que pueden ser personales o no tener soporte en el tiempo cronológico de identificación con el pasado (SELAU, 2004). Cuando el campesino sin tierra cuenta su experiencia de vida, mientras es explotado por el granjero que lo oprimió, rescata los acontecimientos, personajes y lugares de su memoria (ALMEIDA; SOUZA, 2017).
De hecho, las narraciones construidas a partir de las entrevistas realizadas en el campo y durante el proceso de ocupación de la tierra por los campesinos, en forma de historia de vida, permitieron ampliar las reflexiones sobre la lucha en este territorio en la disputa por la tierra. Muestran que estas narraciones son producidas por los individuos y su grupo en un cierto tiempo y espacio. En este sentido, el mapeo y los registros que se presentan a continuación presentan elementos importantes de la historia de la vida de estos individuos en la lucha por la tierra, el lugar de la memoria, la organización y el proceso de construcción de la identidad.
Nasci no Piauí e me criei no Maranhão. Eu cheguei no acampamento da cidade ali, depois fui pra beira da estrada, ai da beira da estrada nóis viemos pra cá [PA Cupim], tenho três anos completando os quatro de acampada. Eu produzo arroz, feijão, mandioca, milho, abobra, melancia, maxixe, de tudo eu pranto, de tudo dá um pouco, pois é nóis chegou ali no tempo todo mundo fez barraco, botou roça e coieu tudo. Botou dentro casa veio aquele fogo queimou uma rua, uma rua lá, só que a nossa rua não pegou fogo. Ninguém sabe, ninguém vai julgar, sabe que aconteceu o fogo, mais ninguém descobriu, ninguém soube quem foi, da rua que pegou fogo queimou tudo, arroz, milho. Esse véio [refere-se a um acampado) tinha um comércio e queimou tudo dele, máquina de costura, queimou foi tudo, e porque fizeram uma reunião ai convidaram pra gente mudar pra dentro da terra. Incrusive a primeira história que veio foi de alqueiro e meio pra cada um, depois um alqueiro, ai diz que não fica muito longe os barracos, pois vamos mudar pra oito linha, e todo mundo foi tirado oito linha pra cada um. E cada oito linha com barraco dentro, ficou melhor, ficou mais distante pra quem cria que nem eu crio, eu crio porco, galinha, pato, ai ficou melhor porque mais distante um pouco e lá era muito perto um do outro. Achei bom do jeito que tá e to aqui e vou lutar viu? Sou das primeiras que entrei, mais só vou sair quando num tiver mais ninguém ou então adoecer ou morrer, mais enquanto vida tiver tô aqui dentro e vou ficar (CAMPONESA, 64 ANOS, 2018).
En el contexto de las luchas sociales, la educación es un elemento importante. Freire (2000, p. 90) llama la atención al respecto afirmando que en el "processo de denúncia da realidade perversa a partir do anúncio da realidade diferente que nascerá da transformação da realidade denunciada ". De esta manera, el autor destaca al ser humano, entendido como inacabado, como en un proceso constante de creación y recreación de su conocimiento, su cultura, el mundo, insertándose en el mundo y no en la adaptación al mismo que se convertirá en histórico y ético, capaz de elegir, de decidir, de romper (FREIRE, 2000).
En el proceso de lucha por la conquista de la tierra, los campesinos y los Sin Tierra producen conocimiento, ya que en las luchas sociales, en su vida cotidiana, producen cultura. La lucha educa a hombres y mujeres, dejando huellas de la historia.
2. La educación popular y la formación del sujeto político colectivo en el MST
Muchas son las trayectorias familiares, políticas y culturales que condujeron a las ocupaciones de tierras y, más tarde, a la formación de los campamentos del MST en Tocantins. La expansión del movimiento en todo el estado trajo varias innovaciones tácticas y organizativas en la lucha por la tierra. Se puede destacar la adhesión a un concepto de movilización de masas y de política con implicaciones tanto para la movilización local de los trabajadores como para la definición de alianzas políticas con otros estados. Las decisiones tomadas en los campamentos del MST están guiadas por una organicidad dentro de ellos.
Implica que en las disputas hay un protagonismo de los movimientos sociales, grupos y etnias que no sólo sufren la violencia, sino que también operan en la disputa contra la hegemonía del bloque gobernante (GRAMSCI, 1999). Un bloque de organizaciones campesinas es el fruto de las contradicciones del capital, del modelo de desarrollo. Dentro de ella, es necesario indicar qué fuerza política y social construir, ajustando las tácticas y el método de trabajo organizativo para orientar una alternativa política de negación y superación. Sin embargo, hay algunos desafíos para la organización de los campesinos que deben ser destacados: la territorialización y el mantenimiento de los territorios históricos, la reelaboración y la reafirmación de las tácticas de confrontación de los movimientos, el desarrollo de una plataforma política de unidad y, sobre todo, la creación de un programa de formación (TROCATE, 2014).
Estos desafíos destacados anteriormente están relacionados con lo que Caldart (2004) llama la atención sobre la identidad de los nuevos sujetos que luchan por la tierra y advierte que
Os sem-terra assentados podem até ser considerados uma nova forma de campesinato, [...], mas jamais serão os mesmos camponeses de antes. Por isso, continuam chamando-se e sendo chamados de Sem Terra, e participam do MST; porque essa é a nova identidade [...] (CALDART, 2004, p. 33).
Como sujetos sociales, los Sin Tierra son un colectivo que lucha y busca garantizar su propia existencia social como clase trabajadora que vive de la tierra. Por lo tanto, el MST es una realidad socialque tiene un desarrollo social, político e intelectual en el modo de producción de la vida material. Con ello, tienen su participación en movilizaciones y acciones colectivas.
Por otra parte, cuando se trata de la formación de los sujetos, el MST está en la unidad de la diversidad. Esto implica afirmar que hay identidades que se imbrican en la formación de la identidad social más amplia que es la de los Sem Terra. Por lo tanto, ser Sem Terra:
Formado pela dinâmica da luta pela Reforma Agrária e do MST, pode ser entendido também como um novo sujeito sociocultural, ou seja, uma coletividade cujas ações cotidianas, ligadas a uma luta social concreta, estão produzindo elementos de tipo de cultura que não corresponde aos padrões sociais e culturais hegemônicos na sociedade capitalista [...] (CALDART, 2004, p. 34).
Así, las dimensiones y matrices pedagógicas desarrolladas por el movimiento Sem Terra, construidas por la trayectoria de lucha a través de acciones colectivas, dejan su huella en la formación de los actores sociales.
Uno de los componentes que los movimientos aportan al pensamiento y a la educación es reeducar para poner el foco en los sujetos sociales en formación. Son sujetos en movimiento, en acción colectiva, nuevos y viejos actores sociales en escena que se muestran como actores en público con más o menos protagonismo. Su perfil es diverso: trabajadores, campesinos, mujeres, negros, pueblos indígenas, jóvenes, personas sin hogar. Sujetos históricos colectivos, resistiendo en movimiento. De esto se desprende el conocimiento social que se produce, en la comprensión de Pessoa (1999), cuando los individuos y grupos buscan comprender la realidad en la que están sumergidos, tratando de aumentar la capacidad de defensa de sus propios intereses, ya sean económicos, políticos o culturales.
Esta es la base para la construcción de una educación que busca la formación de sujetos históricos. Y la educación nació demarcando una posición en el enfrentamiento y la disputa por los proyectos de campo, en contra de la lógica del campo, como lugar de negocios, que expulsa a las familias y destruye la vida allí.
Se trata de la educación popular y del mapa como recurso pedagógico para la lucha de los campistas, refiriéndose a lo que Brandão (2017) llama la atención sobre la jerarquía del conocimiento y su producción histórica. El autor señala que la producción del conocimiento popular tiene lugar en la dirección opuesta a la que muchos creen o defienden. Para este investigador, no existía primero el conocimiento científico, tecnológico, artístico o religioso, el conocido como erudito, que era llevado a los esclavos y a los sirvientes, campesinos, poseedores de un conocimiento del pueblo empobrecido.
Houve primeiro um saber de todos que, separado e interdito, tornou-se “sábio e erudito”; o saber legítimo que pronuncia a verdade e que, por oposição, estabelece como “popular” o saber do consenso de onde se originou. A diferença fundamental entre um e outro não está tanto em graus de qualidade. Está no fato de que um, “erudito”, tornou-se uma forma própria, centralizada e legítima de conhecimento associado a diferentes instâncias de poder, enquanto o outro, “popular”, restou difuso – não centralizado em uma agência de especialistas ou em um polo separado de poder – no interior da vida subalterna da sociedade (BRANDÃO, 2017, p. 16).
De la elaboración de Brandão sobre el conocimiento y su jerarquía, se puede ver que el conocimiento de la élite se convierte en conocimiento de los grupos y clases sociales subordinados. En esta realidad desigual e inmersa o no en otras prácticas sociales, este conocimiento se transfiere entre los grupos, convirtiéndose así en su educación popular (BRANDÃO, 2017).
En los años de la dictadura década de 1960 la educación y la cultura popular aportaron propuestas guiadas por la participación, por la transformación y, sobre todo, por la revolución. El enfoque era la transformación de las estructuras de la mente, la conciencia, la cultura, la sociedad y el mundo (BRANDÃO, 2012, p. 2). En este sentido, fueron estas ideas las que movieron a grupos de educadores y movimientos sociales.
El autor menciona la forma en que se identifica el tratamiento de la educación popular por parte de muchos críticos de la educación y otros campos del conocimiento. La primera postura está relacionada con la relevancia que se da a la educación como elección, es decir, la educación popular no se considera como educación, ya que no presenta rigor científico, y por lo tanto no es ciencia. Una de las justificaciones de esto es el hecho de que tiene una práctica específicamente vinculada a los movimientos sociales, que no presenta una visión del mundo, de las prácticas pedagógicas, como marcadores históricos. Por estas razones, la educación popular sufre duras críticas, ya que se afirma que es una elección institucional de la educación, con un sesgo político y no profesional.
Por último, señala Brandão (2002), la educación popular está vinculada sólo a cierto movimiento histórico que experimentó América Latina, en particular, en la dictadura militar de los años setenta y ochenta (BRANDÃO, 2002). Para finalizar la identificación de las posturas en relación con la forma de referirse a la educación popular, la idea de que no fue una experiencia única sigue siendo una matriz importante hoy en día.
Poderíamos inferir, neste sentido, que há três concepções mais comuns de educação popular. A 1ª concepção está ligada à educação direcionada à alfabetização de jovens e adultos no espaço escolar; a 2ª concepção reserva à educação popular o caráter transformador, acontecendo fora do espaço escolar; e a 3ª concepção e mais recente, compreende-a como uma educação política da classe trabalhadora, numa perspectiva tanto de emancipação como de conformação do status quo, sendo a escola e a sociedade espaços legítimos de educação popular (MACIEL, 2011, p.330).
De acuerdo con esta declaración, Paludo (2014) atribuye a la educación popular la posibilidad de emancipación de hombres y mujeres en el proceso de educación que transforma. En este sentido, argumenta que
Concepção de Educação Popular (EP) como campo de conhecimento e como prática educativa se constituiu em exercício permanente de crítica ao sistema societário vigente, assim como de contra-hegemonia ao padrão de sociabilidade por ele difundida. Construída nos processos de luta e resistência das classes populares, é formulada e vivida, na América Latina, enquanto uma concepção educativa que vincula explicitamente a educação e a política, na busca de contribuir para a construção de processos de resistência e para a emancipação humana, o que requer uma ordem societária que não seja a regida pelo capital (PALUDO, 2014, p. 220).
La historia de la Educación Popular se centra en el "Movimiento de Educación Popular" (MEP) dentro de las disputas por la dirección política del Brasil y América Latina en la época de la dictadura militar. Era responsable del papel de la acción cultural en las disputas por la hegemonía. Con esto, la propuesta era la defensa de un proyecto político cultural, en particular las expresiones provenientes de los movimientos sociales, cuyo objetivo era construir un poder del pueblo.
3. Hegemonía y educación
Para Gramsci (1999), la hegemonía y la educación están integradas dialécticamente en la práctica social, formando parte de un proceso formativo ideológico que se traduce en estrategias de lucha. Estas luchas se disputan en las relaciones de fuerza que culminan en la posición hegemónica que debe ser aprobada colectivamente y en constante debate para ser mantenida. En este sentido, Galastri (2013) subraya que:
A hegemonia-educação e teoria-prática constituem a possibilidade de uma nova relação de teoria política. É um processo de construção mais promissor ao bloco histórico: O bloco histórico gramsciano seria a elaboração de uma vontade coletiva a partir do interior de determinadas relações de produção, seria nova “formação histórica” com possibilidade de estabelecer, em época de transição, uma direção determinada ao “aparelho produtivo”. A unidade entre prática e teoria, entre “natureza e espírito” ou “estrutura e superestrutura”, consubstanciando o bloco histórico segundo Gramsci, adquire aqui concretude no que se refere, por exemplo, à questão da transição, ou sociedade de transição. [...] Enfim, o bloco histórico encontrar-se-ia relacionado à conformidade possível entre ação histórica e modelo lógico-filosófico, à objetivação da fusão entre teoria e prática, entre uma determinada concepção de mundo e uma ação política coletiva em conformidade com tal concepção (GALASTRI, 2013, p. 84).
Así, toda hegemonía es una relación pedagógica que se produce entre varias fuerzas dentro de una nación. Ocurre a nivel nacional e internacional. De esta manera, la hegemonía presenta un significado de la construcción de una nueva sociabilidad, de la identidad de clase, que se producirá a través de la organización de los trabajadores como individuos y clase y que requiere necesariamente una base material (GRAMSCI, 1999).
En este sentido, la teoría de la hegemonía tiene una relación directa con la educación, porque el conocimiento potencia el aumento de la capacidad crítica de los subordinados, lo que puede provocar conflictos y enfrentamientos con el grupo en el poder. Por lo tanto, ¿no sería la educación una posibilidad para elevar el nivel cultural de los subalternos? Sí, dice Gramsci, tiene esta prerrogativa, ya que es fundamental en la lucha por la hegemonía y consiste, fundamentalmente, en la elevación cultural de las masas.
Sin embargo, Gramsci advierte:
[...] quando o “subalterno” se torna dirigente e responsável pela atividade econômica de massa, o mecanismo revela-se num certo ponto como um perigo iminente; opera-se, então, uma revisão de todo o modo de pensar, já que ocorreu uma modificação no modo social de ser. Os limites e o domínio da “força das coisas” se restringiram. Por quê? Porque, no fundo, se o subalterno era ontem uma coisa, hoje não o é mais: tornou-se uma pessoa histórica, um protagonista; se ontem era irresponsável, já que era “resistente” a uma vontade estranha, hoje sente-se responsável, já que não é mais resistente, mas, sim, agente e necessariamente ativo (GRAMSCI, 1999, p. 106).
El sentido de la educación para Gramsci se realiza a través de un proceso que permite a los sujetos salir de la anomia por la autonomía, teniendo la heteronomía como mediación, a partir de la comprensión de que el hombre es el resultado de las relaciones de producción. Por lo tanto, no hay una única manera de concebir a todos los individuos en cualquier momento y lugar. Con esto, uno se da cuenta de que no actúan de la misma manera en todos los espacios y en todas las circunstancias (GRAMSCI, 1992).
Las relaciones que establezcan los hombres estarán determinadas por la forma en que la sociedad se organice estructuralmente en la esfera económica y dentro de la superestructura, es decir, también en el campo ideológico, que delimitará la constitución del individuo. En este caso, la conciencia de cómo se acuerdan los arreglos sociales determinará la forma en que los hombres interactúan con los demás, con el medio ambiente y, especialmente, con ellos mismos (GRAMSCI, 1999).
A partir de lo dicho, tanto por Brandão (2017) como por Gramsci (1999), en relación con la educación y su importancia para la transformación social, pasamos a reflexionar sobre el papel pedagógico de las acciones y formas de ocupación de la tierra que constituyen la trama de la historia de la lucha campesina en Brasil. Hay muchas trayectorias familiares, políticas y culturales que llevan a los trabajadores a ocupaciones de tierras y, más tarde, a la formación de campamentos del MST en Tocantins.
En este sentido, las organizaciones campesinas son el fruto de las contradicciones del capital, del modelo de desarrollo. Dentro de estas organizaciones (en este caso concreto, el MST), es necesario indicar la fuerza política y social, ajustando la táctica y el método de trabajo organizativo, a fin de orientar una alternativa política de emancipación para la clase obrera.
Uno de los componentes que los movimientos aportan al pensamiento y a la educación es reeducar para poner el foco en los sujetos sociales en formación. Son sujetos en movimiento, en acción colectiva, nuevos y viejos actores sociales en la escena que se muestran como actores en público, con más o menos protagonismo. Su perfil es diverso: trabajadores, campesinos, mujeres, negros, pueblos indígenas, jóvenes, personas sin hogar. Sujetos colectivos históricos, resistiendo en movimiento.
De esta dinámica surge el conocimiento social que, para Pessoa (1999), se produce cuando los sujetos y grupos buscan comprender la realidad en la que están sumergidos, tratando de aumentar la capacidad de defensa de sus propios intereses, ya sean económicos, políticos o culturales. De esta manera, el conocimiento social se produce a partir de los conflictos experimentados por la clase obrera en el campo. Así, el conocimiento se procesa en su propia experiencia de vida, sin lugares específicos para transmitir el conocimiento.
Esta es la base para la construcción de una educación que busca la formación de sujetos históricos. Así, la educación del movimiento nació demarcando una posición en el enfrentamiento y la disputa por los proyectos de campo contra la lógica del campo como lugar de negocios, que expulsa a las familias y destruye la vida en él. En esta dinámica, las mujeres campesinas organizan su lucha, desarrollan prácticas educativas y contribuyen a una nueva cultura política.
Después de las reflexiones sobre la educación popular, volvemos al debate sobre el mapa cartográfico y su relación con este tipo de educación. La acción cultural guía su síntesis como una propuesta dialógica. Tiene como punto de partida la investigación temática o temas generadores, a través de los cuales los campesinos y las mujeres inician su proceso de reflexión crítica sobre sí mismos, analizando cómo están siendo y actuando (FREIRE, 2007). En esta observancia, la acción cultural defendida por el autor no podrá superponerse a la visión del mundo de los campesinos e invadirlos culturalmente desde otro lugar. Por el contrario, la propuesta es partir de situaciones problemáticas.
4. Síntesis cultural: talleres de mapas sociales como herramienta pedagógica para la educación popular
Utilizando el término síntesis cultural, Freire (1987) se refiere a la teoría de la "acción dialógica", en la que defiende la superación de las contradicciones entre los opresores y los oprimidos por el diálogo entre culturas, no siendo una cultura mejor que la otra. El conocimiento no debe jerarquizarse, como señalaron Brandão (2017) y Pessoa (1999).
Para tratar el tema de la síntesis cultural, es importante señalar que no hay una educación neutral, después de todo, siempre presenta su intencionalidad. Toda educación, pensada en la perspectiva de la construcción y la reconstrucción continua de los significados de una realidad, contiene la acción del hombre sobre esta realidad. Esta acción puede estar determinada por la creencia fatalista en la causualidad y, por lo tanto, exenta de análisis, ya que se presenta como estática, inmutable, determinada, o puede ser movida por la idea de que la causalidad está sometida a su apreciación, por lo tanto, su acción y su reflejo pueden transformarla. Se trata de la práctica.
En este punto, Freire (1987) advierte que la educación se (re)hace en la praxis: como la educación es problematizante, es revolucionaria en las ideas, en la práctica, en la palabra, en el trabajo, en la acción-reflexión y no en el silencio. "El diálogo es este encuentro de hombres, mediado por el mundo para pronunciarlo, no agotándose, por lo tanto, en la relación eu e tu" (FREIRE, 1987, p. 78). Esta premisa nos permite entender la relación entre la educación popular y los movimientos sociales. Se cree que la educación popular permite la muti-dimensionalidad de aspectos en su dinámica, entre los cuales el mapa és un recurso pedagógico para la acción cultural.
En las fotos de abajo, se puede ver un espacio transformado. Esto se debe a que estos campesinos lo transforman según sus necesidades y los nuevos procesos de sociabilidad, porque la mayoría de los campistas no se conocían antes de la lucha por la tierra, como señala uno de ellos: “a gente se encontrou aqui, buscando a terra, não se conhecia não, mais, agora, somos todos do mesmo lugar, todos queremos a mesma coisa e lutamos juntos” (Camponês, 58 anos, 2018).
Figura 1 y 2: Reunión para la elaboración del mapa social de la trayectoria histórica de la lucha de los campistas Padre Josimo-MST-TO, 2018. Fonte: MEDEIROS, Rejane, 2018.
El taller se desarrolló en el campamento Padre Josimo, Carrasco Bonito, Tocantins, en un espacio donde se realizan las reuniones plenarias del campamento. Inicialmente contaba con 15 personas, siendo 9 mujeres y 6 hombres. Las mujeres asumieron la actividad de dibujar la trayectoria histórica de la lucha. Sin embargo, hubo algunos hombres que también se incluyeron en la actividad. El equipo de investigadores presentó el proyecto de mapa, solicitado por los campistas, sobre su trayectoria de vida. Como punto culminante, la charla de dos campesinas presenta elementos en los que hombres y mujeres encuentran el valor de la solidaridad de clase y el intercambio de conocimientos. Por lo tanto, afirman: “[...] nóis estamos juntos e somos da mesma classe, queremos nossa terra para prantar” (Acampadas, Padre Josimo, 2018).
Desde esta perspectiva, buscamos analizar las historias de estas mujeres desde la categoría de experiencias, como propone Thompson (2004, p. 270) sobre el concepto de clase: “categoria histórica, ou seja, deriva de processos sociais através do tempo”. Assim, a luta pela terra se constitui em luta de classes”.
La clase se produce cuando los hombres y las mujeres, como síntesis de experiencias comunes heredadas o compartidas, sienten y articulan la identidad de sus intereses entre sí y frente a otros sujetos, cuyas expectativas son diferentes de las suyas. Vale la pena recordar que la experiencia de clase está determinada por las relaciones de producción en las que los individuos nacieron o entraron. “A consciência de classe é a forma como essas experiências são tratadas em termos culturais: encarnadas em tradições, sistemas de valores, ideias e formas institucionais” (THOMPSON, 2004, p. 10).
En este sentido, las historias de vida de los campesinos sin tierra lo demuestran. El hecho de hacerse una clase se inscribe en las historias de la vida, en el conocimiento de miles de hombres y mujeres que han estado luchando por la tierra durante décadas, en todas las partes del territorio brasileño. Desde esta perspectiva, la cartografía social busca aprehender los elementos culturales, políticos y sociales de la trayectoria de estos individuos que viven un proceso de opresión en relación con el trabajo y, sobre todo, que sufren prejuicios e intento de destruir su cultura.
En cuanto a los mapas, otro autor que realiza estudios en la zona es Acselrad (2012), quien destaca la importancia del mapa como instrumento de representación social y cultural de un determinado pueblo. Por esta indicación, es posible afirmar que la producción de estos mapas contribuye a las luchas sociales de los sujetos en el proceso social, político y cultural. Así pues, las experiencias en la cartografía y en las prácticas de representación de las poblaciones locales, es decir, el campo, en este caso concreto, se convierten en frecuentes en las acciones de representación espacial (ALMEIDA; SOUZA, 2017).
En esta perspectiva, se organizó un taller de representación cartográfica en el campamento Padre Josimo en 2018 (Figuras 03 y 04), cuyo objetivo era generar visibilidad para los campesinos y las mujeres sin tierra del MST-TO. A través de la representación de dibujos, los participantes presentaron la ocupación de la tierra. Esto demuestra lo que Acselrad (2012) destaca sobre la importancia de la producción de mapas cartográficos, que él llama la automatización de la cartografía participativa, como un elemento significativo en las relaciones de las disputas sobre la tierra.
A través de los ojos de los campesinos sin tierra, los registros de los mapas muestran el proceso de ocupación de los campistas Padre Josimo desde 2013.
Figuras 3 y 4 - Taller de mapas en el campamento del Padre Josimo. Fonte: MEDEIROS, Rejane, 2018.
Durante el taller se pudo observar que comenzaron a realizar los dibujos de los mapas de las primeras ocupaciones, desde el año 2013, año en que la base de los campistas dejó de pertenecer al sindicato de trabajadores rurales del municipio de Carrasco Bonito y pasó a formar parte de la organización social del MST.
En la construcción de la Nueva Cartografía Social y de los mapas de situación que representan la realidad histórica, la memoria es un elemento relevante. A este respecto, Selau (2004) advierte que la memoria está compuesta por elementos como los acontecimientos, los personajes y los lugares en los que se tratan de forma individual y colectiva. Allí sus esquemas de explicación se organizan a través de las experiencias de la vida individual o del grupo en el que se inserta, aunque no participe en todas las experiencias del grupo.
De esta manera, los acontecimientos vividos por los campesinos ocupan un cierto lugar, mientras que los vividos por el colectivo, en el proceso de organización de la lucha por el territorio, tienen otro espacio. La producción de mapas se convierte en parte de las luchas sociales de los sujetos en el proceso social, político y cultural.
Las experiencias en la cartografía y en las prácticas de representación de la población local se hacen frecuentes en las acciones de las representaciones espaciales. También dependen del uso de nuevas tecnologías y los nuevos agentes sociales empiezan a hacer mapas.
[...] deram lugar à constituição de um campo da representação cartográfica onde se estabelecem relações entre linguagens representacionais e práticas territoriais, entre a legitimidade dos sujeitos da representação cartográfica e seus efeitos de poder sobre o território”. (ACSELRAD, 2012, p. 9).
Como procesos de lucha y resistencia, elemento central de la Educación Popular, se observó que la organización de los acampantes es el poder en relación con la forma y el contenido que transforman la realidad de los hombres y mujeres excluidos de la sociedad, fruto de un proceso de desigualdad. Así es como el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra ha sido responsable en los últimos 36 años de producir prácticas educativas, como metodologías, didácticas. Por lo tanto , al comprender la constitución de ese tipo de agrupación, el MST produce pedagogías con sentido y significado desde un lugar de discurso, es decir, a través de las experiencias vividas en la lucha por la tierra y el territorio.
5. Resistencia y ocupación campesina como práctica política: instrumentos de la Educación Popular
De esta contextualización se desprende que el MST, como movimiento social campesino, elabora elementos de educación popular para enfrentar este escenario de dominación y estrategias organizadas por el capital. Por lo tanto, es una táctica de acción desarrollada por el movimiento, que busca denunciar a los terratenientes, empresarios y, sobre todo, al gran capital que avanza sobre los territorios campesinos. Tal estrategia es la ocupación, como una acción de resistencia de los campesinos en la lucha por la tierra.
Al utilizar el término ocupación, el MST se refiere al derecho constitucional de todo ciudadano brasileño a tener acceso a la tierra, de conformidad con el Estatuto de la Tierra de 30 de noviembre de 1964, que en su artículo 2 garantiza a todos la oportunidad de acceder a la propiedad de la tierra. A su vez, está condicionada por la función social que desempeña (ROSA, 2012).
En este sentido, el MST realiza campamentos para reclamar el uso socialmente justo de las propiedades públicas y privadas que no cumplen su función social. Es a partir de este entendimiento y con prerrogativas legales que las ocupaciones de tierras tienen como estrategias:
Promover o direito do acesso à terra para quem deseje fazer um uso social justo de sua propriedade, b). Estabelecer limites ao direito de propriedade em caso de uso meramente especulativo do solo brasileiro, de cultivos ilegais e da exploração ilegal de trabalhadores (trabalho escravo) (ROSA, 2012, p. 512).
Desde el decenio de 1980, las ocupaciones de tierras en el Brasil se han vuelto intensas y las experiencias con los campamentos como forma de organización de la lucha por las reivindicaciones y la distribución de tierras se han convertido en un modelo de acción y estrategia para recibirlas. Aquellos que anteriormente fueron ocupados para plantar cultivos en tierras baldías, donde los ocupantes ilegales instalaron sus casas para mantener a sus familias, a partir de esta década, los campamentos adquieren otras características de organización y otras formas de acción.
Los campamentos presentan formas de organización espacial, con carpas cubiertas con lona negra, en algunas regiones, en otras, cubiertas con paja babeante, construidas en formatos de calle. Además, se construyen plenarios para reuniones, comisiones y núcleos básicos, reglas de convivencia, elementos simbólicos de la cultura del pueblo del campamento, mística, banderas que simbolizan la organización levantada en los campamentos.
Sobre estos cambios, Sigaud, Rosa y Macedo (2008, p. 108) llaman la atención sobre lo que constituye un campamento, que tiene una forma social: “Tratava-se de uma linguagem, um modo de fazer afirmações por meio de atos, destinada a fundar pretensões à legitimidade”. Para Sigaud, Rosa y Macedo (2008):
A linguagem era bem compreendida por diferentes interlocutores. O Estado brasileiro acolhia a ocupação como um pedido de redistribuição de terras e reconhecia, no movimento que a promovia, um representante legítimo; no acampado, um pretendente à terra. Os proprietários das fazendas entendiam que o acampamento era uma ameaça a seu direito de propriedade e buscavam judicialmente a reintegração da posse. Por fim, a existência de acampamentos era interpretada como um sinal de que ali se pleiteavam terras (SIGAUD; ROSA; MACEDO, 2008, p. 108).
En este sentido, los diferentes actores sociales involucrados en los conflictos por la tierra desde la década de 1980 han cambiado el escenario de la cuestión social y de la tenencia de la tierra en el Brasil. Sobreira Filho (2011, inédito) destaca que, a partir de la primera década de siglo XXI, “as ocupações além de atacar o Estado e o latifúndio passaram também a atacar o agronegócio, pois para os movimentos este representa uma ameaça travestida para a sociedade na imagem da modernidade e desenvolvimento”.
Figuras 5 y 6 - Casa de camping y patio agroecológico, plantas medicinales. Fonte: MEDEIROS, Rejane, 2018.
Cuando una compañera del campamento cuenta en su entrevista que produce alimentos y remedios medicinales, habla principalmente de un territorio que lleva historias
Vai fazer quatro ano que tô aqui e eu produzo de tudo! mandioca, arroz, feijão, milho, batata doce, miduim, gigilim, fava e feijão andu, de tudo. Produzo, abacaxi, tem uns pés de abacaxi, cupuaçu, cajú, tem malva do reino, tem três folha que é bom pra morroida e pra próstata. Eu também tenho antibiótico, eu tenho babosa, o hortelanzin, eu tenho o vic, eu tenho várias prantinhas de remédio, quero ver se adquiro mais. Tenho também o feijão andu, já é um remédio. o gigilim preto é outro remédio, eu já cultivo ele na roça. O gigilim serve pra mulher descer a menstruação e se o neném quiser nasce antes da hora, toma o leite dele e ele concerta o neném. O feijão andu é pra derrame e convulsão, quando a pessoa tá dando derrame, ai lava a cabeça dá um banho com o feijão andu e dá o chá da folha. Se você cumer o fejão andu mesmo na paçoca evita até de derrame a hortelã, e o vick é pra gripe e resfriado, a babosa é um antibiótico, ela serve pra desinflamar qualquer tipo de inflamação se você tem uma ferida também (CAMPONESA, 45 ANOS, 2018).
El discurso de la campesina presenta elementos sociales, culturales y ambientales, y como está en una ocupación de tierra, el elemento político se revela en su exposición, cuando dice que ha estado acampada durante cuatro años. Ha producido una marca ambiental en la producción de hierbas medicinales. Se ha convertido en un territorio de producción de medicina tradicional campesina. Por lo tanto, la producción inmaterial y material.
Si el territorio es producción de vida, espacio político-cultural, procesos de sociabilidad, el discurso de Freire (1996), cuando dice que le gustaría ser recordado como alguien que amó al mundo, a la gente, a los animales, a los árboles, a la tierra, al agua, a la vida, se refiere al território.“Os textos, as palavras, as letras daquele contexto se encarnavam no canto dos pássaros – [...] o do bem-te-vi, o do sabiá, na dança das copas das árvores sopradas por fortes ventanias [...] ilhas, rios, riachos”. (FREIRE, 1996, 13).
En este caso, según Brandão (2012), el autor ha producido elementos de educación popular que integran una relación directa con lo que los campistas defienden en la lucha por la tierra y el territorio.
Nóis, tamo acampados desde 2013, aqui nas terras que é do próprio Assentamento Cupim, mas, que os fazendeiros diz que a terra é deles. Então, sabe de uma coisa, nóis já tamos no nosso barraco, fiizemo nossa roça, criamo galhinha, poico, patos, e também, temo nossa escola, aqui no acampamento (CAMPONESA, 45 ANOS, 2018).
Los campesinos desarrollan su forma de pensar y de ver el mundo según sus criterios culturales, que a menudo están marcados por la ideología de los grupos dominantes en la sociedad globalizada. Parten de un proceso dialéctico y de contradicciones, actuando, en la sociedad capitalista, condicionados “cultura do silêncio”, qual Freire (2007) diz ser:
Gerada nas condições objetivas de uma realidade opressora, não somente condiciona a forma de estar sendo dos camponeses enquanto se acha vigente a infraestrutura que cria, mas continua condicionando-os, por longo tempo, ainda quando sua infraestrutura tenha sido modificada (FREIRE, 2007, p. 37).
De este modo, "la cultura del silencio" puede ser transformada. Por lo tanto embargo, para agotar este poder, son necesarias nuevas relaciones humanas, características de la estructura recién implantada (el caso de los campamentos, cuando se producen las ocupaciones, y más tarde de los asentamientos, basados en una realidad material diferente), para que puedan crear un estilo de vida radicalmente opuesto a lo que estaban sometidos antes.
Sin embargo, esta cultura del silencio puede ser reactivada. Esto ocurrirá cuando las condiciones sean favorables, reapareciendo en sus manifestaciones típicas (FREIRE, 2007). “Só através da ‘dialética da sobredeterminação’ é possível compreender esta permanência que, na verdade, cria problemas e dificuldades até mesmo às transformações revolucionárias” (FREIRE, 2007, p. 38). En este sentido, los movimientos sociales son potenciadores de la transformación.
Consideraciones finales
El resultado de la investigación indica que los campistas y los acampantes están experimentando un proceso de migración en busca de un lugar para producir. Sus trayectorias vitales están marcadas por el sufrimiento, resultante de la expulsión de la tierra y la explotación en relación con el trabajo. Sin embargo, un factor importante que apareció en la investigación fue la forma en que se produce la organización social del grupo, con una admirable participación en las acciones pensadas para la lucha. Estos individuos son capaces de conocer sus derechos y mantener la esperanza de conseguir la tierra.
En relación con el proceso de los mapas sociales de la autocartografía, se constató que la importancia de esta metodología radica en permitir el reconocimiento de los campesinos, su identidad. El proceso de desarrollo de esta herramienta crea espacios de reflexión sobre la situación política local y nacional. También destaca su relación con los conflictos agrarios y sus orígenes históricos, lo que permite reforzar los discursos y buscar soluciones a los conflictos que se dan en las experiencias cotidianas. Esto facilita que estos individuos se reconozcan a sí mismos como protagonistas en los procesos políticos. Es en el esquema de las historias de vida que se entrelaza el proceso de construcción de la identidad de los campesinos y los campesinos sin tierra. A través de la lucha, ellos y ellas producen conocimiento político y social.
Además, la educación popular es la matriz del debate de estos campistas, quienes, a través de los temas generadores y los círculos culturales, llevan a cabo reflexiones críticas sobre la realidad y sus posibles transformaciones.
En este sentido, la resistencia campesina debe ser una alternativa para combatir, con diversas acciones, a los terratenientes, a los grileiros, al Estado y a la clase dominante. Por esta razón, se vio en los diálogos que se entrelazaron en el debate sobre la lucha por la tierra y la producción de la vida en el campo, que tuvo lugar en los talleres de cartografía e historia de la vida, que los trabajadores sin tierra quieren una sociedad libre de opresión, explotación y exclusión. Y, sobre todo, que la producción de conocimiento realizada desde la perspectiva de la disputa por el poder para acceder a la producción de conocimiento sobre la vida en los territorios campesinos será estratégica para construir sentido y producir vidas en vez de sólo mercantilización.
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SOBRE LA AUTORA
REJANE CLEIDE MEDEIROS DE ALMEIDA é doutora em Sociologia e professora do curso de Educação do Campo e do Programa de pós-graduação em estudos de Cultura e Território da Universidade Federal do Tocantins.
E-mail: rejmedeiros@uft.edu.br
Recibido en: 08.09.2019
Aceptado en: 21.11.2019
Movimento-Revista de Educação, Niterói, ano 7, n.12, p.544-571, jan./abr. 2020.