LA LLAMA ARDIENTE DE LA EDUCACIÓN POPULAR ENTRE NOSOTROS: Entrevista con Luiz Augusto Passos1



Ana Lole

Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro

Rio de Janeiro, RJ, Brasil



Percival Tavares da Silva

Universidade Federal Fluminense

Niterói, RJ, Brasil



1. Teniendo como referencia su trayectoria de vida, ¿cómo ve la influencia del pensamiento marxista en la educación popular brasileña?


Nací en Rincão da Cruz, distrito de Pelotas (RS), lugar de sierra, frío. Mi padre era profesor de escuela multiserie. Allí vivían, viven aún hoy, colonos italianos y pomeranos, llamados “alemanes”. Además de esos, había dos quilombos fuertes y dos aldeas indígenas, una de ellas Guarani, otra Kaingang, inclusive, mi tatarabuelo, de parte de madre, era Kaingang. Mi padre era un educador esmerado, creativo. La escuela era una utopía viva, inventada de sus sueños de libertad y de creación. Pedagogía activa, trabajos en ruedas, tareas colectivas, mucha música, juegos, danza, ganchillo, tejido de punto, comidas, sierra de arco y orfeo. Cuando yo aún era un bebé, nos transfirieron a una escuela más grande la Açoita-Cavalo. Las pruebas eran hechas por copias en forma de gelatina, vinagre y brea. Dibujaba una matriz en papel de yeso, ponía la cara en gelatina durante diez minutos. En la imagen reflejada colocaba hojas blancas que ahora reproducían a prueba en colores de azul de metileno, yodo metálico, violeta genciana y anilinas. La casa pertenecía a la escuela, estanque con carpas. Con mi hermana Maria do Carmo, dos años más que yo, íbamos al centro de la laguna, descalzos, cuando el agua se volvía hielo. Música por todas partes. Papá amaba la música. Montó aerodinamo al lado de la casa, hizo una electrola con cinco cuerdas de manivela, compró piezas e hizo un amplificador, cornetas llenas de resistencias para los graves. Música popular, brasileña, nordestina, orquestada, Carmem Miranda, Luiz Gonzaga: el camino de tierra cortaba el valle. Al otro lado del valle, oían música los lugareños. Sábados y domingos música orquestada: Strauss, Mozart, Melachrino, óperas completas en acetato mayor. Años de discos. Decía “¡No bebo, no fumo... compro libros y discos!” Cada copia de disco nuevo reservaba una. Fui alumno suyo, sin medallas: “hijos del professor”. Cecy Sacco, delegada de enseñanza, compró las medallas para mí. Fuimos a Pelotas. Cambió nuestra vida. Cantaba óperas. Con 12 años, estaba en Rio de Janeiro sólo con mi director, conciertos líricos. Dos años de soledad. Nunca olvidé la dulzura de Menotti del Pichia y la astucia del Nuncio apostólico, la ansiedad de Vicente Celestino y las lágrimas de Ary Barroso en el programa de televisión por la tarde. Buscaba sentidos dentro de mí. Volví a Pelotas y gané madre adoptiva, Hermana Asunta Maria Tacca, que propuso a mi padre Mozart que fuera a la favela con ella para trabajar con los pobres. Celoso que era, le dije a mi madre: "¡Me voy porque me gusta esa monja!" ¡Fue decisivo! Gané, desde los once años, un hermano negro, João Manoel Lima Mira, con quien estudiaba en la misma cartera en el Ginásio Gonzaga. Vivíamos de música y biblioteca y en la Vila dos Agachados. Él: artes marciales. Leíamos mucho, libros de espiritualidad y acción emancipadora: "Una escuela social" (Azanradi), Thomas Merton, Abbé Pierre, Lebret, Bartolomeo de las Casas, Franz Fanon, Rahner, Hoonnaert, Enrique Dussel de la Teología de la Liberación. Ya padre Jesuita, en el candomblé, Rio de Janeiro. Juntos en Filosofía, lectura sistemática de las obras completas de Freud (noche a día) en diálogo con Marcuse, Benjamin. ¡Estaba en el envío para ir a Cuiabá conmigo, episodios de racismo, desde los primeros contactos, impidieron su continuidad, por ser negro! Mira como cura jesuita, graduado de la maestría en Rio de Janeiro sobre el Negro en el período colonial, era profesor en la PUC, se inició en el candomblé, peregrinó en muchas formas religiosas de la mística oriental. Fue enviado a Japón, Universidad de Sofia, en muy poco tiempo formó parte de la jerarquía de los Monjes shintoistas Yamabushi, con el apoyo del Maestro Wu en Brasil. Wu y Mira fundaron la Plaza Celestial da Paz en Brasília y la Sociedad Brasil-China. Sólo ella hablaba en nombre de los Yamabushi. Dijo en una entrevista al Instituto Humanitas Unisinos-IHU: «Fui a Japón no para convertir japoneses, sino para conocer la cara oriental de Dios». Repitió Merton: "De la mística a la política, es sólo un paso". Formación preciosista en filosofía y teología, todas en vacaciones, encontrábamos en Pelotas (RS) nuestra tierra natal, yo cuidando de la salud y Mira del área más psíquica, trabajando en un campamento junto a nuestra madre común, Hermana Assunta. Hoy, con 84 años, involucrando voluntarios, continúa ese trabajo a diario con una sinergia que trae sentido de salud y de vida. En Rio de Janeiro, durante el fuerte período de la dictadura, Mira entró en la clandestinidad, llevaba a personas amenazadas fuera del país. Era cuadro de la Acción Popular Marxista Leninista2, en la cual también fui militante.


Dos eventos marcaron mi vida de militancia. Era profesor de Enseñanza Religiosa en la catarinense (SC) y de la formación en el Seminario, junto con Jorge Cantos, filósofo y sociólogo, ya en mi controvertido tres años. He recibido de Padre Edgar Oliveira, de Pastoral de la Juventud de Santa Catalina, el curso de Pedro puntual, aún joven, en la archidiócesis. Decidí aceptar la invitación. Fui a San Pablo, acogido por el Anchietanum, organizando la vida y las actividades. El Curso de Especialización em el Instituto Sedes Sapientiae y volvía al " Planificación de la Educación popular " orientado por la Renov - Relaciones Educativas y Laborales3, de Maria Nildes Mascellani y Elza Lobo. La llegada de los exiliados al país por Amnistía estaba trayendo a los grandes intelectuales expulsados por la dictadura. Hubo una articulación fundamental para que vinieran en inserción con actividades en las universidades y en la articulación política. Fue imprescindible la enorme competencia organizativa de la anciana frágil, doctora en Psicología, la psicóloga agustiniana Madre Maria Cristina, que era apasionada por los movimientos sociales populares, nombre recordado incluso por el asentamiento del MST Madre Maria Cristina, en Mato Grosso. Bajo su coordinación en conexión directa con la PUC-SP y Sedes Sapientiae, teniendo al frente cardenal Evaristo Arns, los retornados también pudieron contar con más de ese apoyo. El Curso de la renov, de Maria Nildes Mascellani con Elza Lobo, garantizaría ese espacio, sirviendo para escuchar a las personas que llegaban del exilio y para compartir los conocimientos y la visión de Brasil y de los Movimientos Sociales Populares. En ese momento yo estaba matriculado en la Faculdade Nossa Senhora Mediadora, complementando la licenciatura en Filosofía.


Mi objetivo era conocer la vitalidad de las favelas en São Paulo. Con la ayuda de jóvenes amigos Vicentinos, recibí como regalo una choza para vivir en una favela, situada en la Zona Este, de nombre Santo Eduardo, en Vila Formosa, próxima al territorio episcopal de D. Luciano Mendes de Almeida. Jorge Cantos termina el vínculo con los jesuitas y viene a vivir con su esposa Aninha en la favela. La favela era mi escuela de solidaridad y de vida. Me nominaron con "Gordo sin mujer". Mi rutina de trabajo para sobrevivir era trabajar en la Metalúrgica POP, no lejos de allí. Llegaba a la línea de montaje, gran número de aparatos, en cajas de hierro, calientes, con agua aceitosa. Era necesario sacarlos de la inmensa mayoría de astillas de metal cortante. Llevando a la boca, tapando un lado y succionando el aire, con presión, para saber si había fugas y descartarlos. El tiempo de la primera semana no fue infinito, porque había un largo día festivo. Muita febre, mãos inchadas, lábios feridos pelas farpas de metal. Gastei um vidro de Mertiolate e, na semana seguinte, recomecei. Com dois meses, os dedos driblavam, negociavam com os cavacos que ficaram macios. O instrumento só raramente machucava as mãos que já estavam endurecidas. Com três dias e meio de trabalho, eu pagava o meu mês trabalhado e o resto era lucro. Na favela, no barraco vizinho, havia um menino magro, ossudo, simpático. O conhecia pelos gritos de sua mãe. Olhou-me com curiosidade. Disse-lhe: “Vou adivinhar seu nome! ...É Onivaldo!” Respondeu: “Não é não. É Nivaldo. Errou!” Por ironia, sua mãe gritara de novo, de longe: “ÔÔÔNivaldo!” Mucha fiebre, manos hinchadas, labios lastimados por las astillas de metal. Gasté un vaso de Mertiolate y a la semana siguiente volví a empezar. A los dos meses, los dedos rebotaban, negociando con las virutas que quedaron suaves. El instrumento apenas lastimaba las manos que ya estaban endurecidas. Con tres días y medio de trabajo, yo pagaba mi mes trabajado y el resto era ganancia. En la favela, en la choza vecina, había un niño flaco, huesudo, simpático. Lo conocía por los gritos de su madre. Me miró con curiosidad. Le dije: "¡Voy a adivinar su nombre! ...¡Es Onivaldo!" Respondió: "¡No es no. Es Nivaldo. ¡Error!" Irónicamente, su madre gritó de nuevo, de lejos: "¡ ÔÔÔNivaldo!” Avergonzados los dos, nos reímos mucho. Nivaldo me dio información importante: "¡Mi profesora es muy buena, enseña que Brasil es un país muy bueno para todo el mundo y necesita trabajar para ganar dinero!" Casi un mes después, Nivaldo comentó: "Está mal en la escuela. La profesora no da clases, porque no le pagaron su trabajo, y ella no tiene dinero para el autobús". Me arriesgué: "Vaya, Nivaldo, ¿cómo puede un país tan maravilloso y tan bueno ni pagar a la profesora que trabaja con ustedes?" En un acceso de tos inteligente, medio escupido, de pan, margarina y lengua, respondió: "!Cállate, gordo! ¡Usted es analfabeto y no sabe nada de escuela, ni sabe escribir!"


En la favela, siempre entraba en la parte alta, donde el autobús paraba, la calle semi-iluminada. Llegaba después de la medianoche, en el último autobús. La oscuridad de la favela me pacificaba. Tenía que saber dónde poner el pie. Mi choza era parte baja. Sin embargo, fuera de la favela, coches de la Rota, con linternas, armas automáticas y carabinas, bordeaban la ostensiblemente. En la víspera de nuestra entrada, la choza frente a nuestro fuera ametrallado en medio de la noche. Viniendo del Sedes con mucho frío, pesqué una lluvia torrencial helada. Vi, en la oscuridad, por los relámpagos, Nivaldo que sollozaba, acurrucado bajo una toalla en la puerta de nuestro cobertizo. Su madre hizo dormir bajo la lluvia por haber sido desobediente. Hicimos la leche que teníamos con mucho azúcar, pero él lloró casi toda la noche. Participábamos en la movilización del Movimiento de los Trabajadores, en São Miguel Paulista, uno de los núcleos del cual emerge, el 10 de febrero de 1980, el Partido de los Trabajadores (PT).4


Volví a Cuiabá (MT) por el término de la huelga, que declinará con el asesinato de Santo Días, en piquete, el 30 de octubre de 1979. He asumido el compromiso de ir a la Iglesia de Nossa Senhora do Rosario y San Benedito, asumiendo mi condición de sacerdote sin separarme del compromiso personal y social con la Teología de la Liberación, en diálogo con todas las demás formas y espiritualidad religiosas, y de la resistencia contra la dictadura. Llegué en autobús a esta ciudad el 23 de noviembre de 1979. En la Iglesia del Rosario, iniciamos una caminata de Educación Popular, CEBs, Derechos Humanos, el Centro de Pastoral del Rosario, Movimiento de Defensa de los favelados, Movimiento de Unión y Conciencia Negra.


Desde Cuiabá, fui llamado a la formación última de los jesuitas, en Itaici (SP). Cuando ya estaba cerca de nuestra conclusión de esta etapa, vino a la noticia de la detención sin orden judicial de los padres franceses Aristides Camio y François gouriou. Pedían a dos sacerdotes que vinieran a sustituirlos, temporalmente, que residirían en la casa de Oneide, viuda del Gringo5, asesinado por resistir en la tierra con el Sindicato de los Trabajadores Rurales. Paco, jesuita español, que trabajaba con D. Fragoso en Crateús (Ceará) y yo, de Cuiabá, nos ofrecemos para tratar de suplir la falta - insustituible - de los sacerdotes franceses. Todo Araguaia, los otros ríos, las tierras, los bosques, el cerrado eran patrullados por los órganos de seguridad y por el ejército. Todo, todos y todos controlados y controlados por los Grupos de Tierras de Araguaia (GETAT - Tocantins) y el ejército nacional. Había un plus, el silencio impuesto, salpicaduras de la guerrilla de Araguaia, reiterada incluso por el terror para responsabilizar a la guerrilla y justificar las muertes. Casi todos los meses, Oneide y sus hijos tenían una ametralladora en la cabeza. El niño más joven, de cinco años, explícitamente decía y repetía: "Odio a la policía, odio a la policía..." En el baño, él estaba bajo la mira de un rifle en la cabeza.


Llegábamos al bosque, oscuro, las personas se escondían por miedo. El Jeep era un símbolo por sí mismo, sin necesidad de identificación. Sin embargo, la sospecha sólo se encogía cuando parábamos y, desde el asiento trasero, salía Oneide, ¡bandera viva de cariño, paz y voz! El miedo era roto por Oneide instaurando Pentecostés, devolviendo lenguas de fuego para desahogar las desapariciones, conocer las desinformaciones, las tramas, por desnudo las mentiras, hablar con seguridad y sin miedo. En la sede central de São Geraldo, había más de un cobertizo que una iglesia. Tan pronto como se llamaba a misa, dos grandes Jeeps del GETAT, atrás, con faros altos, ruido ensordecedor, impedían la comunicación. Todo mal se oía. La estrategia adecuada era un ritual con tranquilidad, sin prisa alguna, desdeñando la "desimpotencia enorme" (Manoel de Barros) de la violencia por la acogida desnuda y libre.


La escuela y el hospital estaban junto al cuartel, en el área de seguridad cercada del GETAT, como si fueran una colonia única. Las personas que entraban en el hospital, vinculadas al sindicato, ya no salían. Sobrino de Gringo, 12 años, contrajo una hepatitis con infección pulmonar grave. No podía ir al hospital. Me quedé a diario con él, porque conocía mucho de plantas y procedimientos necesarios. Más o menos recuperado, después de doce días, fui al otro lado del río a aprender a hacer pan de calabaza con el hermano de Oneide. El primo, a petición del niño, ató la red en la parte superior de la manguera que tanto le gustaba. La rama se rompió y el hígado fue golpeado. Por des/razones religiosas, la madre pasó a verlo y muy sufrida dijo: "¡Es alma perdida!". El otro día, sentí señales de la hepatitis en mí. En el momento del entierro, estábamos de pasajes ya comprados para el largo regreso. Mi hepatitis se agravaba mucho. A la llegada a Salvador (BA), me quedé casi 45 días de red. La Radio Nacional divulgó, una y otra vez, que yo había muerto. Después de dos años, la hepatitis me trabó y, por eso, redescubrí la homeopatía de mi padre. Imposible contar detalles de lo vivido. Vivimos Paco y yo, por o sin opción, de pan y de plátano en Araguaia. ¡Se aprende mucho de las pérdidas! Pero mucho más con los encuentros que nos transforman por la dimensión política.


Así fue mi diálogo con Chipita - anciana coordinadora de la Comunidad Eclesial de Base - en Nicaragua durante la guerra: pura profecía. Para escapar de la masacre, los jóvenes de la resistencia entraron con ella dentro de un volcán en Cuernavaca en México. Allí permanecieron un día entero con Mons. Sergio Mendez Arceo. Lo asalté en la puerta: "D. Sergio para mí el cristianismo no es una religión". Casi saltó al aire: "¡Claro que no lo es!" En Austria, las mujeres musulmanas querían escuchar a Paulo Freire sobre cristianismo liberador y enseñarme sobre el profeta: era Astrid bajo la opresión del sistema occidental, sobre todo contra las mujeres musulmanas. En El Salvador, conviví con los "‘futuros" mártires jesuitas muertos, en la invasión de la Universidad Centroamericana (UCA), por el Sapo Napoleón Duarte. En el campo de refugiados de El Salvador, sólo había mujeres y niños muy pequeños. Antes de nuestra llegada, los más grandes fueron llevados por los militares y, poco después, los guerrilleros se llevaron a dos más. Recogí, grabando, las mujeres cantando: "El veinte Cuatro de marzo..." - memoria de la muerte de D. Oscar Romero. Llevé a Pedro Casaldáliga que recuperó algún texto probable. Le pedí a Marluí Miranda que lo arreglara, lo ejecutara e interpretara como un regalo a la Sra. Pedro. Quedó divino, con Caíto en la percusión, en el disco Caminhada dos Mártires del Verbo Filmes.


Lo que sostiene la esperanza es que toda opresión se expresa en su fragilidad de imaginarse poder tener dominio sobre las personas y las cosas. Traigo conmigo una frase de la filósofa Simone Weil - fue recluta de infantería en la Guerra - "Algo misterioso en el universo es cómplice de los que sólo aman el Bien".

2. En su opinión, ¿qué contribuciones ha aportado la praxis freiriana a la educación (popular)?


Paulo Freire es el antípoda de este paradigma de la guerra, del genocidio, de la desigualdad. Rubens Alves llamaba al exceso de certezas no de paradigma, ¡sino de paradogma!6 Freire es movido por la realidad concreta, de sudor, de sangre, de trabajo, de fiesta y de amorosidad. No se mueve y no se adapta a ninguna dimensión latente o de indiferencia. En el sentido radical, propugna una educación liberadora en la que la plenitud del ser más no se limite a su expansión en los límites ya alcanzados anteriormente. Sería ignorar la dialéctica de la materia y de la energía, reconocida y mejor visualizada por la cuántica, por los sistemas inestables y abiertos, que jamás estacionan en un solo nivel de último o de llegada. Nunca llega y nunca descansa. Es paradigma revolucionario, de empuje, de ánimo, de búsqueda de los nuevos horizontes que son lo único que tenemos para movernos ahora hacia lo que está por venir.

No hay límite: somos, podemos decir, el deslimite (Manoel de Barros). Historia abierta para el futuro. No seguirá senderos listos. Nunca repetirá fórmulas decoradas. Tendrá que crear, provocarlas, innovar. No somos seres satisfechos. Vivos, lo que seremos mañana será necesariamente parte de un mañana inédito, es decir, de la energía del cosmos, de nuestra terrenidad irrepetible: no posee fórmulas listas. Lo que fuimos ayer sirvió al ayer. El mañana es el desafío de recrear por la expresividad viva de los procesos que no dominamos.

No fluir en el tiempo siempre será una inutilidad. La educación nunca podrá ser el adiestramiento ni la internalización de un patrón de repetición. Las personas que repiten no sentirán el gusto de revivir un ayer que funcionó ayer, no servirá de medida para mañana, el mañana no será el hoy recalentado. Entonces, la Educación es abierta, revolucionaria, creadora y exige pensar el mañana con el mismo cariño con que se parturizó, una sola vez, en el tiempo que ayer fue vivido. Tendremos que parturizar el hoy del ahora, inestable, de acoger las condiciones que estarán en la punta de los dedos y en el caminar abierto, confiada que siempre emergerá en el aceptado, en la acogida, cosas nuevas que aún no se han hecho y no se repetirán como receta de pastel. Además, ¿quién los repite? Educadoras y educadores siempre serán artistas creadores y vivirán un cotidiano en la búsqueda de ser personas que se rehacen en el ahora con la misma dulzura y plenitud para ese nuevo tiempo y lugar. Vivir el amor no es hacer todo lo que se ha hecho, sino hacerlo en los sentidos del misterio. Lo que mata a educadores y educadoras es la búsqueda de un procedimiento que hay que recorrer, a cada paso previsto antes, en un modelo calcinado e inútil. Se dice que hace de la vida y del corazón una máquina de ejecuciones. Todo paradigma que se presente como coqueluche es un esbozo, una búsqueda de sacar a hierro el feto nuevo que no sale. Asesina la esperanza. Mata la verdad de la educación que es vida vivida, que no tiene una embocadura definitiva, porque fluye en nosotros como una disposición constante para la artesanía. Lo que ocurre y funciona en un lugar y en un tiempo con personas que son mutantes no podrá reproducir los mismos hechos antes. No reproducir es generar una disposición de no querer un momento momificado. En Educación, la acción puede ayudarnos a confiar en que, en la aparente imprecisión, lo hecho ahora será más sabroso que el plato hecho. Se matan no sólo niños y jóvenes y adultos, sino que se destruyen los sueños de una humanidad a ser parida la historia de personas vivas, en el ahora, frente a aquel tiempo de vivir significativamente en el compartir el aprender. La palabra originaria E-ducere7 es conducir para sacar de dentro por medio de una búsqueda amorosa y aventurera. La evaluación es el momento de levantar a cada encuentro hasta donde hemos llegado y cómo podríamos dar los próximos pasos de lo que está por venir.


3. ¿Cómo avalúa las relaciones de fuerza en Brasil en relación a las políticas educativas destinadas a las clases populares después de los gobiernos petistas?


Tengo la clara impresión de que el miedo a lo nuevo siempre aterra a la gente que fue hecha para reproducir fórmulas que tuvieron algún éxito. En ese sentido, la ventaja de los gobiernos petistas es que han aprendido definitivamente - pero no todos, no todas y no siempre - que la educación es la llama ardiente de una experiencia viva que necesita ser vivida con ex-si-stencia. Eso es sacar de símismo y expresar el ser de ahora en adelante como una forma de mantener la vida, vida parturizada. Como lo que sentían los discípulos de Emaús cuando el extranjero hablaba del Mesías, el cual tendría que abrirse camino como siervo sufriente y que muerto resucitaría en el sentido de traer vida y comunión que emergía como verdad palpitante y tibia en la caminata y en la conversación. Decían después: "¿No se quemaba nuestro corazón mientras él nos hablaba?" Un educador debe traer siempre la esperanza, la certeza de que la vida vivida, la historia sufrida, el dolor de los cuerpos macerados deja una latencia palpitante en la historia, no puede ser vaciada ni silenciada, carece de sentido conferir de resurrección. Recuerdo haberle dicho a la gente frente a una expropiación de un inmueble que se ha convertido en vacío: ¿realmente creen que estas paredes no tienen ojos, no hablan, que murieron sin guardar el espíritu de lo vivido aquí? No se trata de creencia, la presencia de nuestra energía no se limita al tamaño de nuestro cuerpo que se inmiscuye, desde el acto creador primal, en la historia del Universo". Por supuesto, no es posible imaginar que se traiga un polvillo - ¡tirado por las hadas - que transforme ratones en caballos! La gente es el texto. Un texto de "sangre y espíritu", decía Nietzsche. De ellas, de sus experiencias mayores que cualquier otro educador, es preciso buscar el texto y entregar a otras personas, en forma de palabras comunicables, el sentido de la esperanza. Todo trabajo de investigador no es contar lo que descubrió y anotó y vio... es buscar parir en texto con palabras que carguen sentido y que hagan circular cosas que están allí. Necesita latir dentro de nuestras vidas y abrir el camino para el aprendizaje significativo... Lo que Sócrates, imitando la parturición hecha por su madre, llamaba de mayéutica... traducir el sentido que palpo en mi vida puesta en palabras y sumada a todas las demás palabras y sentidos que circulan en otros cuerpos... Todo aprendizaje debe ser una "concertación" para agregar sentidos y densidad. Tengo miedo de que la organización genere artefactos y procedimientos que engullan, estructuren, generen fórmulas, caminos listos, sobre todo que imaginen - ¡lo que para Freire era un monstruito - la “educación‘' hecha por entrenamiento, memorización y reproducción ritual! Toda educación es un itinerario vivo. Un arrojo. Experiencias que sólo existen en los cuerpos de las personas como son. De eso es de lo único que emergen, enuncian, presentan y propagan, quemando otras vidas. Un proyecto de educación no es un conjunto de textos racionales y bien escritos. Tiene que ser, sobre todo, una expresión sinestesicamente8 incandescente, traducible por todos los poros, todos los sentidos, en la que reconozcamos lo que somos mismos, de nosotros, de nuestro olor, sabor, visión, calor y límites. Toda vida es hermosa.


4. En tiempos de conservadurismo y oscurantismo, ¿qué elementos indicaría para la construcción y elaboración de un plan de estudios emancipatorio, especialmente con los pueblos indígenas?


Diré lo que hice, concretamente, cuando me llamaron al pueblo donde Luis y Nice viven con el pueblo tupí, hace casi cincuenta años. Con el concurso de una educadora de años luz, la profesora dra. María Aparecida Rezende que fue coordinadora del proyecto de educación indígena en la Universidad de la Gran Dourados - la cual vivió años con muchas etnias, sobre todo Xavante, Bororo, Kaiowa, Xinguanos - trabajamos juntos con los muchos pueblos indígenas. Tendríamos un grupo de dos poblaciones, en el pueblo Tapirapé: el pueblo tupí, marcado por el silencio, cuidado y dulzura; y el pueblo Karajá - tronco lingüístico Macro Gê - expresivos, fuertes y guerreros apasionados. El curso preparaba profesores indígenas en el pueblo. Nuestra tarea como invitados fue dar un curso de Filosofía, alrededor de treinta o más horas, que los preparara también para eventuales concursos de profesores. Se trataba de "Filosofía griega" - en verdad robada de los Egipcios, en la intención de ver lo que esto tenía con la vida de esos pueblos. Me propuse, en diálogo con Cidinha, darles un contenido, fundante, sobre lo que era epistemología para un griego. Era una gran síntesis del modo de ver, de vivir, de conocer, de hacer, de soñar y de proyectar una perspectiva que podía ser resumida en la palabra aretê - virtud - en el sentido de la virtud como fuerza, paradigma y grandeza. Mucho más que un saber, era una forma de hacer que todas las cosas hechas en ese espíritu se volvieran virtuosas. Así que elegí la palabra episteme/epistemología como centralidad. En grandes momentos de silencio, murmullo, intercambio de opiniones en lengua, dibujos fueron contando también historias. Una vaca en la ventana: pregunté. "Cuando pienso en ‘vaca', mirándola, ¿es idea mía o de la vaca?" ¡Imaginen el resultado! Mucho silencio. Murmullo. Habla un Karajá en la lengua, todo casi inaudible. Idem, entre Tapirapé. Pidieron tiempo para dibujo. En fin, después de unas tres horas - ahora en portugués - "Profesor, la idea es de mi cabeza, de mi pensamiento, pero la imagen era de la vaca, que conocemos..." ¡Fueron seis horas del curso! Propuse: la palabra epistemología era la búsqueda de reconocer la verdad. Ella siempre es una virtud (aretê). Les dijo lo que los griegos buscaban la verdad, el conocimiento que sólo era probado por la virtud. "La virtud no era un espíritu virtuoso, sino un modo de, en cada momento de la vida, uno actúa de tal manera que todas las cosas se vuelvan virtuosas". Cada pueblo recordó a sus ancianos. Volvía a los dibujos para los cuales ellos no tenían límite de tiempo para terminar. Cuando volvieron sus resultados, la impresión es que la atención absorbe a cada persona, sin prisa, como si no hubiera tiempo. Decían: "Lo que el profesor habló de los griegos era verdad, es lo que se vive en las aldeas, bajo la guía de sus ancianos". Yo quería más. Sugerí que hablaran con los ancianos y mujeres Tapirapé. Pedí entonces para concluir: "quisiera que todos los sentidos que los griegos dan a la palabra epistemología sean traducidos por ustedes en una palabra que ustedes crearían en su idioma y que digan lo que es “EPISTEMOLOGIA". Les pedí a los Karajá, hombres y mujeres de tallo linguístico macro gê, que lo nombraran. Pedí también en la lengua de los Tapirapé, lengua tupí, la palabra que diga lo que es epistemología o Filosofía para los griegos. Esa palabra, obviamente, hasta entonces era inexistente para ellos. Pasó mucho tiempo y finalmente llegaron en el cuadro y cada una de las etnias explicó lo que su nueva palabra decía de la Filosofía. Ella abarcaba los mitos, lo cotidiano, la vivencia de virtud, las relaciones entre personas, los sentidos y expresaban todo lo que ellos tenían en su sistema en la vida de las aldeas. Un antropólogo que vivía con ellos mucho tiempo y que coordinaba el curso de formación de tercer grado indígena grabó cinco pequeños videos de dos mujeres y tres hombres de testimonios de la evaluación final. Lo que ellos decían era: "nosotros aprendimos que todos somos filósofos y vivimos en otra filosofía diferente, que no es la de los griegos ni la de los no indios, sino que está hecha de nuestra vida en lo cotidiano y vivida por nosotros". Había una fuerte emoción en los jóvenes hombres y en las mujeres y en nosotros por el proceso. "¡Somos filósofos!" Miren, era pura creación a partir de la vida!


5. ¿Cómo comprende el papel del educador en la formación humana en un contexto de deshumanización avasalladora como la que estamos viviendo?


Creer en las contradicciones de la historia. Como en Marx, en Merleau-Ponty, en diálogo con Einstein y Prigogine, sobre todo en las fuerzas de las culturas que nacen en lo más profundo de nuestras animalidades dulces. Tales fuerzas traen lo que Merleau-Ponty dice de nuestro Ser Salvaje, el cual no se doblega a la civilización tanática9 y mortal. Hemos sido copiados por paradigmas educativos que nos han silenciado, haciéndonos pensar en una universalidad. Lo más universal en nosotros no es nuestra identidad común, pero nuestra diferencia. Cada día, el proceso capitalista para dominar excluye una diferencia en nosotros, de escalonamiento etario, de clase, de género, de producción, de consumo, de reiteración de una militarización y, por tanto, de exterminio de lo diverso. El enfoque debe ser diverso. El foco necesita ser el diverso. Es por él que se alcanza la universalidad no excluyente de nada, de nadie. Los estándares puestos, incluso en los llamados ‘colectivos', son siempre el refuerzo de la pérdida de la individualidad a partir de una prevaleciente unanimidad. Dijo Paulo Freire en Pedagogía del oprimido: "Nadie puede ser auténticamente humano si niega que otros también lo sean" (FREIRE, 1978, p.119). Es el principio de la reciprocidad ética. Es hora de acoger la diferencia hasta el final. Hora de esperanza. Es hora de saber que ese sistema, por ser lo que es, no quedará como está - decía (Leandro) Konder, en la traducción del Brecht. Recientemente, Pepe Mujica, senador electo en Uruguay, dijo que no es precisamente democracia lo que necesitamos, es otra civilización más viva y menos consumida. Es hora de acoger toda forma de ser en el planeta como hermanos y hermanas nuestras. Reconciliarnos con lo que solemos matar: el mar, las piedras, los bosques, las aguas, los indígenas y los pueblos nativos, los quilombolas, los negros, los extranjeros, los apátridas, los gitanos, los animales, es decir, hacer de esta nueva relación una mayor acogida de nuestra ciudadanía universal. Afirmar, sí, la acogida de la diferencia, jamás de la desigualdad. Al mismo tiempo, saber que la guerra del sistema nos confunde hablando de una universalidad que es la negación de la política, de la tensión y el arte de convivir con lo diverso, sin girar la cabeza y acoger. En este sentido, el enérgico testimonio del Papa Francisco, contado a los llantos por una persona cuya enfermedad se expresaba en una forma de cabeza diferente, decía: el Papa me abrazó, me acarició, ni preguntó si era enfermedad contagiosa o si no lo era. Lea los testimonios de naturaleza distinta, son emocionantes. La deshumanización se gana también por dejar sentir el dolor de quien fue engañado, creyendo en lo que hacía. Es necesario no juzgar a las personas que apoyaron al actual presidente, como los cuadrados, bomberos, servidores de seguridad, etc. Quizás querían ver el otro lado de la política en el que no estuvieran tan marginados. Sin embargo, los comentarios le cobran una decepción que no estaba en su horizonte. Hay que tener cuidado de no entrar en el mismo camino de que las personas del bien no sean también, en situaciones históricas, contradictorias. Nosotros somos contradictorios. Es también fragilidad. La comprensión y la paz son fundamentales en niveles de violencia institucional. La alegría y la esperanza tampoco deben ser abandonadas. Marx, siempre como paradigma, señala la libertad, la justicia y el derecho universal a la fraternidad como utopía tópica. No todas las sociedades viven de la concentración y la desigualdad. Es posible y necesario cambiar. Descubriéndonos como parte de todos los demás y otras, como hijo e hijas de la tierra con todas las demás criaturas que forman parte del HUMUS que a todo, todos y todas nos hizo y hace personas humusan@s. El proyecto educativo es el proceso político de invención, decía Arturo Paoli: parturiza la reconciliación de las personas entre sí con las cosas. Este es el centro de la palabra que el Papa Francisco expresa en la comunión eucarística, en la que el cuerpo y la sangre son frutos del trabajo humano y de todas las cosas que nos unen en la fraternidad. Toda la cultura de las sociedades primaciales trae implícita la comunión, habitualmente negada, y el estímulo a la dignidad afirmada de ser iguales y con derechos iguales a la participación y a la comunión. Fue el colonialismo el que generó la censura, la muerte y la descomunación. Sólo a través de la educación política es posible encontrar caminos para superar la desigualdad y estimular la fraternidad y la sororidad entre personas humanas con la tierra y con todas las criaturas de las que ningún ser se separa. Somos todos-todo-y-todas UNO. ¡Es momento de dulzura con espíritu en la carne!




Referencias:

ALVES, Rubem. Filosofia da ciência: introdução do jogo e às suas regras. São Paulo: Brasilense, 1981.


FREIRE, Paulo. Pedagogia do Oprimido. 5. ed. Rio de Janeiro: Paz e Terra, 1978.


PASSOS, Luiz Augusto; CUNHA, Tereza Ramalho de Azevedo. Plumária de povos nativos: carnalidade-corpo próprio e sinestesia. In: WILLMS, Elni Elisa; BECCARI, Marcos; ALMEIDA, Rogério de (Orgs.). Diálogos entre arte, cultura & educação. São Paulo: FEUSP, 2019. p. 331-374. Disponível em: https://cenpec.org.br/wp-content/uploads/2019/05/dialogos-cultura-arte-educacao.pdf. Acesso em: 15 mar. 2020.


ACERCA DE LOS ENTREVISTADORES


ANA LOLE es profesora del Departamento de Servicio Social de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Rio), participa del Grupo de Estudios e Investigaciones en Filosofía, Política y Educación (NuFiPE) vinculado a la Postgrado en Educación de la Universidad Federal Fluminense (UFF), está en la Coordinación Nacional de la International Gramsci Society Brasil (IGS-Brasil).

Correo electrónico: analole@gmail.com


PERCIVAL TAVARES DA SILVA es profesor jubilado por la Universidad Federal Fluminense (UFF) y educador popular en Baixada Fluminense (RJ). Fundador y participante del Grupo de Estudios e Investigaciones en Filosofía, Política y Educación (NuFiPE) vinculado a la Postgrado en Educación de la UFF. Posee investigación con énfasis en la filosofía en el medio popular y está asociado a la International Gramsci Society Brasil (IGS-Brasil).

Correo electrónico: perci.ts@gmail.com


SOBRE EL ENTREVISTADO


LUIZ AUGUSTO PASSOS es profesor de la Universidad Federal de Mato Grosso (UFMT). Filósofo e integrante del Grupo de Investigación de Movimientos Sociales y Educación de la UFMT, realizando investigaciones en el área de la educación ambiental y de los movimientos sociales. Posee experiencia en Educación Popular urbana y educación junto a los pueblos indígenas. Actúa principalmente en los siguientes temas: educación y movimientos sociales, fenomenología Merleau pontyana, educación popular monja y antropología educativa.

Sitio web: http://luizaugustopassos.com.br.

Correo electrónico: passospassos@gmail.com



Recibido en: 29.03.2020

Aceptado en: 30.03.2020


1 Tradução do português para o espanhol de Cátia Cristina Tavares da Silva.

2 Padre Mira - João Manuel Lima Mira. Disponible en: https://www.wulinpraticasorientais.com.br/quem-somos-nos/padre-mira-joao-manuel-lima-mira/. Memorial de um jesuíta samurai místico. Disponible en:http://luizaugustopassos.com.br/memorias.

3 Fue la RENOV de Maria Nildes Mascellani quien, junto con Elza Lobo, en ese mismo período, asesoraba a petición de Mons. Pedro Casaldáliga la construcción del currículo de formación de los profesores del Ginásio de Araguaia. El curso de Planificación fue de dos años, concluí, sido el único a entregar el trabajo de conclusión: "Los alumnos y alumnas de la Escuela-Fábrica", Assinado y estampado por la Madre Cristina.

4 Trabajé en la Secretaría de Justicia, en Mato Grosso, y participé en el primer programa del PT Nacional en el Centro Cajamar.

5 Raimundo Ferreira Lima, más conocido como "Gringo", líder sindicalista de São Geraldo de Araguaia (PA), agente de la Pastoral de la Tierra, vinculado a la Teología de la Liberación, fue asesinado el 29 de mayo de 1980. Sin testigos, su caso fue desestimado. Ya a principios de 2000, la Comisión de Amnistía, al analizar el caso, descubrió que agentes del servicio secreto del ejército siguieron la trayectoria sindical de Gringo desde 1972, inicio de la guerrilla de Araguaya.

6 Ahí los paradigmas se convierten en paradogmas...” (ALVES, 1981, p. 160).

7 Conducir, abrir caminos.

8 Reducimos y nos empobrecemos de la densidad sinestésica de nuestros cuerpos que, para entender una sensación, dejan todas las demás silenciadas. "No se puede entender los sentidos como elementos separados, por áreas y cajones específicos, que se mantendrían, a falta de todos los demás. En Merleau-Ponty sólo podremos pensar un sentido como sineste-sia,- osyn griego significa la unión inaplazable,- de yugo, vínculo, localizado en múltiples for-mas que ennoblecen siempre en triple dimensión, significados: topológicos, cromáticas e eidéticas que se pegan a nuestra piel" (PASSOS; CUNHA, 2019, p. 354).

9 Thanatos: mortal, contagioso

Movimento-Revista de Educação, Niterói, ano 7, n.12, p. 619-635, jan./abr. 2020.