POSTGRADO EN BRASIL: itinerarios y desaf�os

 

 

Carlos Roberto Jamil Cury

Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG)

Belo Horizonte, MG, Brasil

 

DOI: https://doi.org/10.22409/mov.v7i14.42346

 

RESUMEN

En los �ltimos 55 a�os, la calificaci�n de profesores y investigadores brasile�os en el pa�s y en el extranjero resulta de una pol�tica de posgrado a trav�s de una acci�n directa del Estado cuyos resultados pueden ser mostrados en m�ltiples foros y en la vida acad�mica. Este art�culo pretende aportar elementos hist�ricos y jur�dicos de esta trayectoria, destacando, por un lado, la acci�n proactiva del Estado en la formaci�n de �lites acad�micas para la investigaci�n cient�fica y, por otro lado, la presencia de la comunidad cient�fica en comit�s, evaluaciones relacionadas con estudios de posgrado. Esto no significa la ausencia de cr�ticas y problem�ticas. La acci�n deliberada del Estado y la participaci�n de la comunidad cient�fica, a trav�s de representantes o directamente, fueron importantes en la elaboraci�n de los Planes Nacionales de Posgrado. Este largo camino de construcci�n de una pol�tica virtuosa puede deconstruirse r�pidamente cuando los gobiernos reducen los recursos y toman iniciativas contrarias al esp�ritu cient�fico.

Palabras clave: Estudios de Posgrado en Brasil. Postgrado en Brasil: hist�rico. Postgrado en Brasil: aspectos legales.

 

 

THE POST-GRADUATION IN BRAZIL: Itineraries and challenges.

 

 

ABSTRACT

The qualification of Brazilian teachers and researchers in our country and abroad results, in the last 55 years, from a postgraduation policy through a direct action of the State whose consequences can be displayed in many forums an in the academic life. This article intends to bring some historical and legal components of this trajectory, distinguishing, on one side, the State active action in preparing academic elitesfocused on scientific research and, on the other side, the continuous presence of the scientific community in committees, evaluations of the postgraduation. Not in the least the scientific community stopped criticizing many points of the policies. The deliberate action of the State and the participation of the scientific community, by delegates or directly, were important in the elaboration of the National Plans of Post-Graduation. This long and hard way of a virtuous politics can be quickly destroyed when the public administration decreases resources and take contrary initiatives to scientific spirit.

Keywords: The Post-Graduation in Brazil. The Post-Graduation in Brazil: historical elements. The Post-Graduation in Brazil: legal aspects.

 

 

 

A P�S-GRADUA��O NO BRASIL: itiner�rios e desafios

 

 

RESUMO

A qualifica��o de docentes e pesquisadores brasileiros no pa�s e no exterior resulta, nos �ltimos 55 anos, de uma pol�tica de p�s-gradua��o por meio de uma a��o direta do Estado cujos resultados podem ser exibidos em m�ltiplos f�runs e na vida acad�mica. Esse artigo pretende trazer elementos hist�ricos e legais dessa trajet�ria, destacando, de um lado, a a��o proativa do Estado na forma��o de elites acad�micas coltadas para a investiga��o cient�fica e, de outro lado, a presen�a da comunidade cient�fica em comiss�es, avalia��es relativas � p�sgradua��o. Isso n�o significou a inexist�ncia de cr�ticas e de problematiza��es.

A a��o deliberada do Estado e a participa��o da comunidade cient�fica, por meio de representantes ou diretamente, foram importantes na elabora��o dos Planos Nacionais de P�s-Gradua��o. Esse caminho longo de constru��o de uma pol�tica virtuosa pode ser rapidamente desconstru�do quando os governos diminuem os recursos e tomam iniciativas contr�rias ao esp�rito cient�fico.

Palavras-Chave: A P�s-gradua��o no Brasil. P�s-Gradua��o no Brasil: hist�rico. P�s-Gradua��o no Brasil: aspectos legais.

 

 

Introducci�n

La calificaci�n de profesores e investigadores brasile�os en el pa�s y en el extranjero resulta, en los �ltimos 55 a�os, de una pol�tica de posgrado a trav�s de una acci�n directa del Estado cuyos resultados pueden ser exhibidos en m�ltiples foros y en la vida acad�mica.

O Conselho Nacional de Pesquisa (CNPq) e a Coordena��o de Aperfei�oamento de Pessoal de N�vel Superior (CAPES/MEC) Siempre han otorgado becas a estudiantes brasile�os con el fin de llevar a cabo estudios de posgrado stricto sensu en el pa�s y en el extranjero. Si a�adimos a estas Fundaciones Estatales de Apoyo a la Investigaci�n (FAP) y a otras agencias estatales como el Financiador de Estudios y Proyectos (FINEP), Brasil ha mantenido un n�mero significativo de becarios en estos 55 a�os, a pesar de los cambios pol�ticos que han determinado per�odos de mayor o menor concesi�n.

Los estudiantes que obtuvieron becas en el extranjero se diversificaron en m�s de 40 pa�ses que cubren todos los continentes. En orden descendente, Estados Unidos es el pa�s de destino con el mayor n�mero de becas, seguido de Francia y Gran Breta�a. Las cifras revelan que el sistema de posgrado ha estado cumpliendo con su tarea de profesores titulares a nivel de maestr�a y/o doctorado.

Estas cifras se pueden consultar en el Plan Nacional de Posgrado: 2011-2020. Para hacerse una idea, en 1976, el a�o del inicio de las evaluaciones peri�dicas de cabos, hubo 699 cursos. En 2009, a�o de la asamblea del Plan, se impartieron 4.101 cursos, de los cuales 2.436 fueron m�steres y 1.422 fueron cursos de doctorado. El m�ster acad�mico absorbi� a 93.059 alumnos, 10.135 en el m�ster profesional y 57.923 en doctorado. El Plan contiene numerosos gr�ficos y tablas, presentando n�meros por dependencia administrativa, por regiones, desplegados por grandes �reas. El n�mero de profesores fue de 57.270.

Es en este marco que pretendemos entender la presencia del Estado en la construcci�n de un sistema de posgrado como una inversi�n a largo plazo que ha tra�do la mejora del sistema de posgrado. Este sistema es elogiado en esta inversi�n que tiene un costo y ha representado un factor de calificaci�n para la carrera acad�mica de profesores e investigadores.

Si tomamos la r�pida expansi�n de la educaci�n superior, especialmente a partir de 1997, y la articulamos con los requisitos de valoraci�n previstos en la Ley de Directrices y Bases de Educaci�n Nacional (Ley n� 9.394/96, LDB) en el art. 52, se puede afirmar que hubo un crecimiento expresivo para la educaci�n de posgrado. Despu�s de todo, el n�mero de profesores que se cualifican obligatoriamente ha crecido, los requisitos de valoraci�n son obligatorios y el n�mero de programas recomendados, y evaluados por CAPES, acreditados por el Consejo Nacional de Educaci�n, no siempre son capaces de satisfacer toda la demanda.

Pero tambi�n es cierto que se ha abierto un campo para que algunas instituciones extranjeras vean all� una oportunidad para transformar la flexibilidad existente en el PLD en propuestas irregulares de graduaci�n. Se puede decir que all� radica un sentido muy t�pico del mercado de comprar y vender un bien[1].

En cualquier caso, esta cualificaci�n en el pa�s o en el extranjero tiene antecedentes remotos y cercanos.

 

1. Antecedentes remotos

Brasil, gracias a sus inicios marcados por una peculiar formaci�n colonial, fue incapaz de organizar la formaci�n de aut�ctono de intelectuales e investigadores. La falta de una organizaci�n sist�mica de (entonces) educaci�n primaria se convirti� en un impedimento estructural para una afirmaci�n aut�noma y ampliada de la educaci�n superior incluso cuando, despu�s de 1822, esto se hizo posible, eficaz algunas escuelas de educaci�n superior. Y s�lo segmentos espec�ficos de nuestras �lites tuvieron la oportunidad de obtener, en el extranjero, una educaci�n de nivel superior, dadas las limitaciones internas[2]. Por lo tanto, cuando las condiciones internas permitieron una formaci�n m�s integral, el atractivo acad�mico externo sirvi� como referencia para pensar y crear su propio sistema de posgrado, especialmente en la formaci�n de un profesor cualificado y calificado.

Por lo tanto, cuando las condiciones internas permitieron una formaci�n m�s integral, el atractivo acad�mico externo sirvi� como referencia para pensar y crear su propio sistema de posgrado, especialmente en la formaci�n de un profesor cualificado y calificado. Lo que se ha hecho en los �ltimos 55 a�os es, en cierto modo, la expansi�n consciente y sistem�tica de un v�nculo que, sin ser un programa de posgrado tal y como lo conocemos hoy en d�a, viene de lejos, aunque llegue a un peque�o n�mero de personas.

Se puede decir que la consolidaci�n del sistema nacional de posgrado en Brasil, desde finales de la d�cada de 1960, tuvo esta inversi�n consciente, asegurada por el Estado, sumando la capacidad interna con la adquirida en el extranjero[3].

As�, ya al comienzo de la Rep�blica, el Decreto No 667, de 16 de agosto de 1890, crea lo Pedagogium, a�n en el t�rmino del breve Ministerio de Instrucci�n P�blica, Correos y Tel�grafo. El Pedagogium debe ser un centro de impulsor de las reformas educativas que, sirviendo de modelo para la federaci�n, fortalecer�a las relaciones con los sistemas educativos estatales y con los pa�ses extranjeros. Habr�a un intercambio de documentos, mejoras agregadas e invenciones y publicar una revista. Tambi�n debe actualizar su biblioteca y estar al d�a con el progreso de la ense�anza. Con este fin, el Decreto de la Reforma dijo en su art. 22:

De dois em dois anos o conselho diretor designar�, com a aprova��o do governo, dois professores, um do sexo masculino e outro do sexo feminino, que v�o a pa�ses estrangeiros examinar miudamente os progressos do ensino prim�rio e habilitar suas habilita��es profissionais.

 

A su debido tiempo, � 2 del mismo art�culo 22, dice:

O Pedagogium estabelecer� rela��es estreitas com as autoridades e as institui��es cong�neres dos demais Estados da Rep�blica e dos pa�ses estrangeiros, a fim de fazer- se a constante permuta de documentos e aquisi��o de esp�cimens de todas as inven��es e melhoramento dignos de aten��o[4].

 

Las reformas republicanas de educaci�n superior firmadas por Floriano Peixoto y Fernando Lobo (Decreto n� 1.159, de 3 de diciembre de 1892), por Campos Salles y Epit�cio Pessoa (Decreto n� 3.890, de 1 de enero de 1901) dispon�a que, cada dos a�os, la congregaci�n de cada instituci�n p�blica de educaci�n superior pod�a indicar una lente para realizar estudios, investigaciones cient�ficas observaciones pr�cticas en pa�ses extranjeros. Estas reformas tambi�n proporcionaron al mejor estudiante el premio de viaje a Europa o Am�rica con el fin de aplicar a estudios m�s avanzados. Cuando el Ministerio de Justicia y Asuntos del Interior absorbi� la Direcci�n de Negocios de Educaci�n P�blica, sigui� teniendo presencia brasile�a en el extranjero a trav�s de las Comisiones Cient�ficas en Europa[5].

Puede ser que estas iniciativas fueran un golpe inspirador para la creaci�n de lo que m�s tarde se convertir�a en CAPES, CNPq e INEP.[6]

Otro aspecto interesante de esta b�squeda de formaci�n es en presencia de Brasil en grandes exposiciones internacionales, incluyendo muestras de educaci�n. En estas exposiciones internacionales,

pretendia-se educar as elites dos pa�ses visitantes � bem como as elites nacionais. Ministrava-se uma pedagogia das na��es, expressa nas li��es de organiza��o de um Estado Moderno. Havia uma padroniza��o dos modos de se fazer parte do mundo civilizado [...] (KUHLMANN J�NIOR, p.233, 2001).

 

En la Antigua Rep�blica, en el caso de los Estados miembros que apoyaron la marcha de profesores e investigadores en el extranjero, la iniciativa de Francisco Campos se hizo famosa cuando, bajo la presencia de Antonio Carlos de Andrada, en 1928, en Minas Gerais, emprendi� una importante Reforma Educativa. Al aplicarla, no s�lo trajo una misi�n pedag�gica europea, sino tambi�n los estados unidos de un grupo de profesores de Minas Gerais[7].

En 1931, Francisco Campos, ahora Ministro de Educaci�n y Salud P�blica del Gobierno Provisional de Get�lio Vargas, formaliz� una Reforma de la Educaci�n Superior mediante el Decreto No 19.851 de 11 de abril de 1931, que impuso, como finalidad de la educaci�n universitaria, "la investigaci�n cient�fica en cualquier �mbito del conocimiento humano"[8] (art. 1). Esta ense�anza debe "estimular el esp�ritu de la investigaci�n original, indispensable para el progreso de la ciencia" (BRASIL, 1931). El Decreto preve�a la existencia del diploma de doctorado.

Art. 90. Al�m dos diplomas e certificados referidos nos artigos e paragraphos anteriores, os institutos universitarios de que trata o art. 5�, item I, expedir�o diplomas de doutor quando, ap�s a conclus�o dos cursos normaes, technicos ou scientificos, e attendidas outras exigencias regulamentares dos respectivos Institutos, o candidato defender uma these de sua autoria. � 1� A these de que trata este artigo, para que seja acceita pelo respectivo instituto, dever� constituir publica��o de real valor sobre assumpto de natureza technica ou puramente scientifica. � 2� A defesa de these ser� feita perante uma commiss�o examinadora, cujos membros dever�o possuir conhecimentos especializados da mat�ria (BRASIL, 1931).

 

El art�culo 4 del Decreto n� 19.851/31 tambi�n dice: "Las universidades brasile�as desarrollar�n acciones conjuntas en beneficio de la alta cultura nacional, y se esforzar�n por ampliar sus relaciones y el intercambio con universidades extranjeras cada vez m�s" (BRASIL, 1931).

El Decreto preve�a un Museo Social (art. 110) como lugar de encuentro de informaci�n e investigaci�n.

En el Manifiesto[9], de la Fundaci�n de la Escuela de Sociolog�a y Pol�tica de Sao Paulo, en 1933, se lamenta como un vac�o, en la "reorganizaci�n de la vida del pa�s", la ausencia de "una �lite grande y organizada, instruida bajo m�todos cient�ficos, junto con las instituciones y logros del mundo civilizado". La Escuela propone contratar "maestros de renombre fuera del pa�s y [mantener] intercambios con instituciones extranjeras similares".

El Decreto Estatal n� 6.283, de 25 de enero de 1934, por el cual el Estado de Sao Paulo crea la Universidad de Sao Paulo (USP) dice, en su Introito, que la formaci�n de clases dominantes requiere una instituci�n cultural y universitaria que se abra a todos y seleccione a la m�s capaz. Es importante se�alar que, todo el T�tulo VI del decreto, est� dirigido a misiones de profesores extranjeros y becas para viajes y estudios. El art�culo 44 del Decreto preve�a la autorizaci�n para:

a) comissionar no estrangeiro, para especializa��es e aperfei�oamento t�cnico, professores e auxiliares de ensino;

b) contratar, para a inaugura��o, instala��o ou reg�ncia de cursos, pelo tempo que for necess�rio, professores estrangeiros de not�ria compet�ncia nas mat�rias para as quais n�o se encontrarem especialistas no pa�s;

c) promover o interc�mbio de professores da Universidade com os institutos universit�rios do pa�s e do estrangeiro (S�O PAULO, 1934)[10].

 

El art. 45 tambi�n dijo:

Ficam institu�das para a Universidade de S�o Paulo, bolsas de viagem ou de estudos, para o fim de proporcionar os meios de especializa��o e aperfei�oamento em institui��es do pa�s e do estrangeiro, a professores e auxiliares de ensino, ou diplomados pela Universidade de S�o Paulo, que tenham revelado aptid�es excepcionais (S�O PAULO, 1934).

 

Los fondos especiales deben ser asignados en el presupuesto del Estado de Sao Paulo para cumplir con estos prop�sitos[11].

La Universidad del Distrito Federal (UDF), creada por el Decreto n� 5.513 de 4 de abril de 1935, y firmada por Pedro Ernesto, alcalde del Distrito Federal, con An�sio Teixeira como jefe del Departamento de Educaci�n, previsto en el art. 2o letra b que uno de los prop�sitos de la Universidad ser�a: "Fomentar la investigaci�n cient�fica, literaria y art�stica" (BRASIL, 1935). A su vez, el art�culo 45 tiene sobre la contrataci�n de profesores extranjeros[12].

En el abortado Plan Nacional de Educaci�n de 1936-1937, se preve�a, en el art. 189, que las universidades "gozar�n de personalidad jur�dica y autonom�a administrativa, did�ctica y disciplinaria" (BRASIL, 1935).

La competencia de t�tulos y pruebas para un profesor, seg�n el art. 213, requer�a, adem�s de la defensa de la tesis, "estudios y trabajos cient�ficos, especialmente que indiquen la investigaci�n original o revelen conceptos doctrinales personales de valor real" (BRASIL, 1935).

El art�culo 210 tiene la contrataci�n "durante un tiempo determinado de profesores designados, nacionales o extranjeros". Tambi�n en el T�tulo IV sobre educaci�n fuera de la escuela, el Art. 397 preve�a "viajes y excursiones a puntos interesantes del territorio nacional y extranjero, con fines educativos" (BRASIL, 1935).

La referencia a un curso de doctorado aparece en el cap�tulo de las escuelas de derecho. La obtenci�n del t�tulo de m�dico depend�a del buen uso del curso y de la defensa de la tesis que deb�a presentarse como una obra impresa de valor.

La Ley n� 452 de 5 de julio de 1937, por la cual se organiza la Universidad de Brasil, con sede en R�o de Janeiro, establece en su art�culo 8:

A Universidade do Brasil o as demais institui��es federais, que realizem pesquisas cient�ficas e outros trabalhos de natureza intelectual relacionados com o ensino superior, cooperar�o reciprocamente nas respectivas atividades, pela forma que for estabelecida em regulamento (BRASIL, 1937)[13].

 

Art. 32, por otro, los profesores pueden hacer pr�cticas en el extranjero para realizar estudios especiales. El art�culo 33 prev� la contrataci�n anual de profesores extranjeros, de candidatos. Tambi�n el �nico p�rrafo del art. 37 preve�a la posibilidad de enviar al extranjero, con beca, un estudiante de "excepcional m�rito intelectual para estudiar problemas especiales" (BRASIL, 1937).

No hay referencia a un programa de posgrado espec�fico, pero no hay uso de expresiones tales como estudios especiales o complementarios, as� como el marcado de la tesis doctoral, calificaci�n en el extranjero y notas de investigaci�n.

 

2. Antecedentes inmediatos

 

Como una importante iniciativa de la sociedad civil para el desarrollo de la educaci�n y la ciencia, vale la pena recordar el acto fundacional de la Sociedad Brasile�a para el Progreso de la Ciencia (SBPC), cuya letra f del art�culo 3 dec�a: "Movilizar a los cient�ficos para el trabajo sistem�tico de selecci�n y aprovechamiento de nuevas vocaciones cient�ficas, incluso a trav�s de la educaci�n de postgrado [...]" (SBPC, 1948). Recuerda que entre 1955 y 1959, An�sio Teixeira fue presidente de SBPC.

En 1949, el presidente Dutra remiti� al Congreso el proyecto de ley, preparado por un comit� cuyo presidente fue el almirante Alvaro Alberto, creando un Consejo Nacional de Investigaci�n (CNPq), creado m�s tarde por ley
n� 1.310, enero de 1951. En esta Ley, el art�culo 3 establece expl�citamente que el Consejo es responsable de:

a) promover investiga��es cient�ficas e tecnol�gicas por iniciativa pr�pria, ou em colabora��o com outras institui��es no pa�s ou no exterior;

b) auxiliar a forma��o e o aperfei�oamento de pesquisadores e t�cnicos, organizando ou cooperando na organiza��o de cursos especializados, sob a orienta��o de professores nacionais ou estrangeiros, concedendo bolsas de estudo ou de pesquisa e promovendo est�gios em institui��es t�cnico-cient�ficas e em estabelecimentos industriais no pa�s ou no exterior [...] f) manter-se em rela��o com institui��es nacionais ou estrangeiras para interc�mbio de documenta��o t�cnico-cient�fica e participa��o nas reuni�es e congressos, promovidos no pa�s ou no exterior, para estudo de temas de interesse comum (BRASIL, 1951a)[14].

 

En 1951, la iniciativa de An�sio Teixeira, que, bajo la inspiraci�n de R�mulo de Almeida, crea, junto con el Ministerio de Educaci�n, la entonces Campa�a Nacional para la Mejora del Personal de Educaci�n Superior (CAPES), por el Decreto n� 29.741, de 07/11/1951, firmada por Get�lio Vargas y Sim�es Filho y que, hoy en d�a, da gran apoyo a las instituciones formativas de profesores e investigadores.

Art. 2� A Campanha ter� por objetivos:

[...] f) promover a instala��o e expans�o de centros de aperfei�oamentos e estudos p�s-graduados (BRASIL, 1951b).

 

Tanto CAPES como CNPq, siguiendo sus propios caminos, pero convergentes, tendr�n un gran compromiso con la formaci�n de investigadores y profesores de alto nivel. El primero a trav�s de un apoyo inestimable a las instituciones y a los programas de posgrado. El segundo, a trav�s del apoyo y la promoci�n al investigador y las l�neas de investigaci�n en las instituciones. Y hubo promoci�n del intercambio cient�fico de car�cter internacional, en ambos organismos, ya sea por apoyo individual e institucional, o mediante el intercambio sistem�tico de informaci�n. As�, el Decreto de los Cabos ya ten�a, entre otros objetivos, en el art. 3:

a)     Promover em coordena��o com os �rg�os existentes o aproveitamento das oportunidades de aperfei�oamento oferecidas pelos programas de assist�ncia t�cnica da Organiza��o das Na��es Unidas, de seus organismos especializados e resultantes de acordos bilaterais firmados pelo Governo brasileiro (BRASIL, 1951b).

 

En 1946, el Decreto n� 21.321, de 18 de junio, aprueba el Estatuto de la Universidad de Brasil. Vale la pena reproducir el segundo art�culo: �Los objetivos de la Universidad de Brasil abarcan la educaci�n, la ense�anza y la investigaci�n" (BRASIL, 1946).

El Art. 71, carta y lista, entre los cursos de la Universidad los cursos de posgrado. Lo interesante es que la letra f del mismo art�culo se�ala los cursos de doctorado. Tal vez, es la primera vez que, en la legislaci�n federal explicita estos cursos sin referirse a un �rea espec�fica. Y la distinci�n entre ellos:

Art. 76. Os cursos de p�s-gradua��o, destinados aos diplomados, ter�o por fim especial a forma��o sistem�tica de especializa��o profissional, de acordo com o que f�r estabelecido pelo regimento. Art. 77. Os cursos de doutorados ser�o criados pelas escolas e faculdades e definidos nos respectivos regimentos, segundo as conveni�ncias espec�ficas (BRASIL, 1946).

 

Tambi�n el art. 119 dice que, en casos especiales, un profesor o adjunto tendr� un despido temporal, hasta un a�o, "para que se dedique a la investigaci�n en asuntos de su especialidad, en el pa�s o en el extranjero" (BRASIL, 1946).

Sin embargo, antes de la consolidaci�n de las universidades p�blicas federales y estatales en las d�cadas de 1950 y 1960.

Eram poucas as universidades brasileiras onde era poss�vel a realiza��o de estudos de p�s-gradua��o, al�m do que, nessa �poca, a p�s-gradua��o brasileira, por seguir o modelo franc�s antigo, visava apenas ao t�tulo de Doutor. N�o havia o Mestrado entre n�s, e o t�tulo de Doutor, alcan�ado de modo exageradamente artesanal, era ostentado por um n�mero muito reduzido de pessoas (BEIGUELMAN, 1997, p. 34).

 

En el per�odo de las d�cadas de 1950 y 1960, hubo una fuerte corriente que defendi� el doctorado como una forma regular e institucionalizada de crear un cuerpo permanente de cient�ficos en el pa�s[15].

Despu�s del final de la Segunda Guerra Mundial, en la d�cada de 1950:

Verificou-se, ent�o, uma significativa expans�o no n�mero de institui��es e mais do que isto, um papel cada vez mais forte do Estado, representado pelo Governo Federal, na sua manuten��o. � o per�odo da federaliza��o das escolas superiores e sua aglutina��o em universidades (MARTINS, p. 1,1999b).

 

De hecho, a partir de la d�cada de 1950, el movimiento de estudiantes y profesionales en el extranjero comenz� a crecer, incluso a trav�s de becas, donde la cooperaci�n t�cnica y cient�fica se delinea desde entidades gubernamentales y privadas (OLIVEIRA, 1995).

La creaci�n espec�fica de estudios de posgrado tuvo uno de sus momentos m�s significativos en la fundaci�n de la Universidad de Brasilia (UNB) por la Ley
n� 3.998, de 15 de diciembre de 1961, en el que aparece el protagonismo de An�sio Teixeira y Darcy Ribeiro. En esta universidad, los estudios de posgrado se convirtieron en una actividad institucional como se ve en el art. 9 de la ley.

Art. 9� A Universidade ser� uma unidade org�nica integrada por Institutos Centrais de Ensino e de Pesquisa e por Faculdades destinadas � forma��o profissional, cabendo: I - Aos Institutos Centrais, na sua esfera de compet�ncia: a) ministrar cursos b�sicos, de ci�ncias, letras e artes; b) formar pesquisadores e especialistas; e c) dar cursos de p�s-gradua��o e realizar pesquisas e estudos nas respectivas especialidades (BRASIL, 1961a)[16].

 

Cinco d�as despu�s de la llegada de la UNB, salen a la luz las Directrices y Bases de la Educaci�n Nacional, Ley n� 4.024/61, que institucionaliza, en su art. 69, letra b, los cursos de posgrado.

Art. 69. Nos estabelecimentos de ensino superior podem ser ministrados os seguintes cursos: a) de gradua��o, abertos � matr�cula de candidatos que hajam conclu�do o ciclo colegial ou equivalente, e obtido classifica��o em concurso de habilita��o; b) de p�s-gradua��o, abertos a matr�cula de candidatos que hajam conclu�do o curso de gradua��o e obtido o respectivo diploma (BRASIL, 1961b)[17].

 

El posgrado pasar� a formar parte de un marco legal m�s amplio a trav�s de la Opini�n Legal de CFE n� 977/65 del miembro Newton Sucupira como Relator ha sido firmado por los otros miembros importantes del Consejo Federal de Educaci�n (CFE).

Seg�n este Opini�n Legal, el posgrado tendr�a como objetivos la formaci�n de un profesorado preparado y competente, la formaci�n de investigadores de alto nivel y la cualificaci�n profesional de otros t�cnicos y administrativos necesarios para el desarrollo nacional.

El posgrado debe tener lugar en la universidad, porque es "parte del complejo universitario, necesario para lograr los prop�sitos esenciales de la universidad" (CAPES, 1965)[18].

El Opini�n Legal reconoce que el sistema brasile�o de educaci�n superior todav�a "no dispone de mecanismos capaces de garantizar la producci�n de personal docente cualificado". As� pues, las conclusiones prosiguen:

Permanecemos at� agora aferrados � cren�a simplista de que, no mesmo curso de gradua��o, podemos formar indiferentemente o profissional comum, o cientista e o tecn�logo. O resultadoque, em muitos setores das ci�ncias e das t�cnicas, o treinamento avan�ado de nossos cientistas e especialistas h� de ser feito em universidades estrangeiras (CAPES, 1965).

 

Y para proporcionar al pa�s un proceso sistem�tico de posgrado, es necesario urgencia

a fim de que possamos formar os nossos pr�prios cientistas e tecn�logos sobretudo tendo em vista que a expans�o da ind�stria brasileira requer n�mero crescente de profissionais criadores, capazes de desenvolver novas t�cnicas e processos, e para cuja forma��o n�o basta a simples gradua��o. (CAPES, 1965)

 

Y Sucupira contin�a:

Sendo, ainda, incipiente a nossa experi�ncia em mat�ria de p�s-gradua��o, teremos de recorrer inevitavelmente a modelos estrangeiros para criar nosso pr�prio sistema. O importanteque o modelo n�o seja objeto de pura c�pia, mas sirva apenas de orienta��o (CAPES, 1965)[19].

 

Este Opini�n Legal est� en consonancia con el Informe del Grupo de Trabajo sobre la Reforma Universitaria (GTRU) compuesto el 7/2/1968 por el Decreto n� 62.937/68, que establece

[...] a urg�ncia de se promover a consolida��o dos cursos de p�s-gradua��o, tendo em vista a necessidade do pa�s de formar seus pr�prios cientistas, professores e t�cnicos que h� muito recorriam �s universidades estrangeiras (OLIVEIRA, 1995, p.63).

 

La Ley n� 5.540/68, Ley de Reforma Universitaria, de 28/11/1968, impuesta por el r�gimen militar[20], respalda tanto el Dictamen n� 977/65 como la sugerencia de lo GTRU. La universidad se defini� adecuadamente como una instituci�n caracterizada por la insociabilidad entre la ense�anza, la investigaci�n y la extensi�n, condicionada a la forma de la ley, de acuerdo con su art�culo 3.

Lo CFE, en el Opini�n Legal n� 977/65 y otros, sistematiza el Programa de Posgrado a trav�s de requisitos en torno a campos tales como la revalidaci�n de diplomas emitidos por universidades extranjeras y la acreditaci�n de programas de posgrado stricto sensu seg�n lo dispuesto en el Art. 8, � 1o.

Do candidato a professor em curso de p�s-gradua��o ser� exigido o t�tulo de doutor, conferido por institui��es id�neas, sendo ainda indispens�vel a apresenta��o de outros t�tulos que comprovem satisfat�ria especializa��o no campo de estudos a que se destina, tais como: 1) � atividade cient�fica, cultural ou t�cnica, constante de publica��es feitas em livros ou peri�dicos conceituados, nacionais ou estrangeiros (DOU).

 

La consolidaci�n de los estudios de posgrado se aceler� cuando CAPES y CNPq y otros organismos p�blicos recibieron encomendado el Decreto-Ley n� 464 de 11.2.69, art. 36, para promover la formaci�n y mejora del personal docente de educaci�n superior y formar parte de una pol�tica nacional y regional de posgrado.

Estas agencias de financiaci�n comenzaron a proporcionar a instituciones universitarias calificadas un sistema de becas para m�steres (inicialmente tambi�n en el extranjero) y doctorados, en el pa�s y en el extranjero.

Hay que decir, junto con estos organismos, el Fondo Nacional para el Desarrollo Cient�fico y Tecnol�gico (FNDCT) que proporcion� recursos al Financiero de Estudios y Proyectos (FINEP). La FINEP se convirti� en el organismo de financiaci�n de las �reas tecnol�gicas, especialmente despu�s de 1985, con la creaci�n del Ministerio de Ciencia y Tecnolog�a (MCT).

El 10 de enero de 1969, el Decreto-Ley n� 416 extiende los beneficios aduaneros a los cient�ficos y t�cnicos que viven en el extranjero y que transfieren su domicilio a Brasil, dejando los criterios en nombre del Consejo Nacional de Investigaci�n (CNPq). En estas condiciones, la institucionalizaci�n de los estudios de posgrado en el pa�s ha avanzado hacia un Sistema Nacional de Posgrado.

Si el Consejo Federal de Educaci�n fue asignado, por el art�culo 24 de la Ley n� 5.540/68, la competencia para conceptualizar y estandarizar los estudios de posgrado, el Estado pudo imponerse, progresivamente, como garante de un desarrollo cient�fico-acad�mico, considerado importante para la b�squeda del desarrollo de una autonom�a nacional.

 

3. Planes Nacionales de Posgrado

El 4 de enero de 1974, el Decreto n� 73.411 cre� el Consejo Nacional de Posgrado (CNPG) como un �rgano capaz de coordinar a nivel nacional las actividades de posgrado y desarrollar para �l un plan nacional. El Plan Nacional de Posgrado de 1975-1979, aprobado por el Decreto n� 76.058 de 30 de junio, se centra agresivamente en la formaci�n y cualificaci�n de los recursos humanos dirigidos al desarrollo de la ciencia, la tecnolog�a y la cultura. En su Introducci�n, el Plan Nacional de Posgrado establece que,

a capacita��o dos docentes das institui��es brasileiras deve ser programada em fun��o das capacidades de atendimento dos cursos aqui localizados; nos casos espec�ficos de impossibilidade de atendimento em �mbito nacional, devem ser programados conv�nios e interc�mbios com institui��es estrangeiras (BRASIL, 1975)[21].

 

Con este fin, el Plan preve�a el Programa Institucional de Formaci�n del Profesorado (PICD) como forma institucional de capacitar a profesores, investigadores de posgrado y personal especializado de universidades.

Junto con PICD, el 1� PNPG tambi�n instituy� el Programa de Becas de Demanda Social abierto a investigadores, profesores y estudiantes universitarios interesados en calificar. Adem�s de las becas, hab�a otros incentivos financieros y mecanismos de cooperaci�n t�cnica dentro y fuera del pa�s, como el programa de reemplazo de maestros para compensar a aquellos que se hab�an beneficiado de PICD (dentro o fuera del pa�s).

[...] a pol�tica de forma��o de recursos humanos obedecia �s duas linhas fundamentais: a necessidade futura de m�o-de-obra especializada para preencher os novos empregos criados pelo desenvolvimento econ�mico previsto e a necessidade de cientistas, pesquisadores e t�cnicos aptos a desenvolver a pesquisa indispens�vel para a mudan�a, ao longo dos anos, do eixo de origem e de sustenta��o do desenvolvimento, do exterior em dire��o ao pr�prio Pa�s (MARTINS, 1991, p.94).

 

Por lo tanto, la urgencia requerida por ciertas �reas s�lo podr�a consolidarse en torno a grupos constituidos de investigaci�n si existiera un proceso formativo de m�dicos en el extranjero.

No hay duda de que el programa de posgrado asumi� una posici�n estrat�gica en el �mbito educativo y tambi�n en t�rminos del modelo de desarrollo del pa�s entonces en vigor bajo el r�gimen militar. En ese momento, este modelo favorec�a, por un lado, el desarrollo econ�mico y, por otro, la pol�tica de seguridad.

Del desarrollo surgi� una pol�tica de cualificaci�n de cuadros ya sea en el �mbito econ�mico, ya sea en el segmento universitario o en el segmento de la ciencia y la tecnolog�a.

En 1991, un alto funcionario del CNPq escribi�:

O pa�s precisar� formar aproximadamente 400 mil novos cientistas para que possa competir internacionalmente em termos de desenvolvimento econ�mico, cient�fico e tecnol�gico. Evidentemente, essa estimativaquestion�vel, inclusive facenecessidade de supera��o de diferentes car�ncias sociais. Por outro lado, � indisput�vel que a atual base t�cnico-cient�fica brasileira � numericamente insuficiente para enfrentar os desafios impostos pelo desenvolvimento econ�mico, cient�fico e tecnol�gico do pa�s, qualquer que venha a ser o modelo de desenvolvimento escolhido (ROCHA NETO, 1991, p.80).

 

Y este mismo autor continua:

A capacidade interna de forma��o de mestres e doutores seria suficiente para suprir cerca de 2/3 dos 400 mil novos mestres e doutores nos pr�ximos vinte anos, sem supor qualquer melhoria de produtividade. Entretanto, atrav�s de investimentos na melhoria da infraestrutura para a pesquisa e p�s-gradua��o e ainda contando com os programas de forma��o de recursos humanos no exterior, o pa�s teria condi��es de atingir seus objetivos (ROCHA NETO, 1991, p.80).

 

En el contexto de las universidades, se cre�, en ese momento, lo que se llamaba una cultura de valoraci�n, porque sin ella ser�a dif�cil obtener un lugar jer�rquico en la carrera docente.

El requisito de un m�ster y doctorado a los efectos de la carrera universitaria, de acuerdo con el Decreto n� 465/69 de 11 de febrero de 1969, art. 11, estimular� la salida de muchos profesores en el extranjero e impulsar� una pol�tica nacional de posgrado.

Es necesario inscribirse dentro de esta "cultura de valoraci�n" tanto la creaci�n de programas de Becas de Iniciaci�n Cient�fica (BIC) de CNPq, como el Programa Especial de Formaci�n (PET) entonces en CAPES, creado en 1979, ambos dirigidos a la calificaci�n de estudiantes de grado. Con gran �xito, estos programas, financiados por las agencias de financiamiento, a menudo han tenido su alcance de aplicabilidad multiplicado por becas similares con recursos propios de las universidades y las Fundaciones de Apoyo a la Investigaci�n de los Estados. Se pretend�a que se tratara de una cadena virtuosa de profesionalizaci�n de recursos humanos cualificados para el mercado acad�mico.

El segundo Plan Nacional de Posgrado (1982-1985), por Decreto n� 87.814, de 16 de noviembre de 1982, insiste en el objetivo de formar una masa cr�tica de profesores e investigadores de alto nivel y pone, como eje central, la b�squeda de la calidad. Los programas de intercambio dentro del pa�s y entre el pa�s y el extranjero son una presunci�n que se debe activar cuando sea necesario.

Sin embargo, este Plan lleva una advertencia importante, v�lida para nuestros d�as:

Apesar de todos os esfor�os, ainda persistem alguns dos problemas estruturais que dificultam a institucionaliza��o e consolida��o da p�s-gradua��o. A excessiva depend�ncia de recursos extraor�ament�rios, a sujei��o a repentinos cortes de verbas, a instabilidade empregat�cia e profissional dos docentes, t�cnicos e pessoal de apoio, continuam sendo problemas b�sicos da p�s-gradua��o atual [...] Existe ainda a quest�o da incerteza no suprimento dos recursos. O laborioso e lento processo de formar e consolidar um grupo de pesquisas contrasta com a rapidez com que este se desintegra, diante dos desgastes causados pela irregularidade dos financiamentos, muitas vezes gerados pela lentid�o no julgamento dos pedidos e na libera��o dos recursos (BRASIL, 1982)[22].

 

El 12 de mayo de 1986, a trav�s del Decreto No 92.642, se prev� la creaci�n del Consejo T�cnico Cient�fico de CAPES (CTC), cuyo objetivo es involucrar a la comunidad cient�fica en la definici�n de pol�ticas de posgrado y ayudar en la propuesta, coordinaci�n y planificaci�n de las acciones de esta etapa de educaci�n superior.

El tercer Plan Nacional de Posgrado (1986-1989), Decreto n� 93.668/1986, bajo el papel de CTC como �rgano colegiado, mantiene el objetivo de capacitar recursos humanos calificados en vista de la autonom�a del pa�s en ciencia y tecnolog�a, investigaci�n b�sica y aplicada.

importante considerar a situa��o de cada sub- �rea e avalia��o de sua capacidade de forma��o interna para que se possa definir uma pol�tica seletiva de concess�o de bolsas no exterior. Necessita-se de um tratamento mais minucioso para treinamento no exterior, conjugado a investimentos nos cursos de doutorado no pa�s [...]. Os cursos de doutorado no pa�s precisam ser complementados com est�gios de dura��o mais curta no exterior. Evidentemente, algumas �reas, seja pela necessidade de forma��o em massa, seja pela incipi�ncia dos cursos existentes, ou ainda pela inexist�ncia de cursos no pa�s, dependem fortemente do treinamento no exterior (BRASIL, 1986)[23].

 

Y el Plan cont�nua:

Considera-se, por isso, importante a continuidade e o refor�o aos programas de coopera��o t�cnica internacional que se destinem a viabilizar o interc�mbio de docentes e pesquisadores com os seus pares de institui��es do exterior, com o objetivo de desenvolvimento de projetos comuns de ensino e pesquisa. Assim sendo, os projetos de coopera��o institucional precisam ser ampliados e os projetos de coopera��o internacional, apropriadamente articulados com os de coopera��o nacional, para melhor aproveitamento e difus�o de seus benef�cios (BRASIL, 1986).

 

Las estrategias del Plan dec�an:

6.8. apoiar o interc�mbio com centros de pesquisa e de p�s-gradua��o, possibilitando a participa��o de docentes e pesquisadores em reuni�es cient�ficas no pa�s e no exterior [...] 6.17. refor�ar o programa de p�s-gradua��o no exterior, como parte integrante do sistema de forma��o de pessoal qualificado [...] 6.20. facilitar a importa��o de equipamentos, pe�as e insumos, assim como de livros e peri�dicos (BRASIL, 1986).

 

En 1987, el Ministerio de Ciencia y Tecnolog�a cre� el Programa de Formaci�n de Recursos Humanos en �reas estrat�gicas (RHAE), establecido por la Portaria n� 35 de 16 de septiembre de 1987, firmado por el ministro Renato Archer, con la implementaci�n por el Consejo Nacional de Desarrollo Cient�fico y Tecnol�gico (CNPq), con el fin de garantizar la autonom�a del pa�s en �reas de alta gama que apoyan la formaci�n de personal cualificado en el pa�s y en el extranjero, especialmente en empresas. El 24 de marzo de 1988, la Portaria n� 55, firmada por el ministro Luiz Henrique, aprob� el Documento B�sico de este programa, con el fin de asegurar la formaci�n del personal como masa cr�tica en ciencias de la computaci�n, biotecnolog�a, qu�mica fina, mec�nica de precisi�n y nuevos materiales. Este programa tambi�n se destin� al desempe�o institucional con universidades, centros de investigaci�n y empresas, favoreciendo la multidisciplinariedad.

En 1988, la Constituci�n Federal estableci� como inherente a la universidad tanto la autonom�a como la insociabilidad entre la ense�anza, la investigaci�n y la extensi�n, en el art. 207. Cabe constancia de que el art�culo 218 de la Constituci�n establece claramente: "El Estado promover� y fomentar� el desarrollo cient�fico, la investigaci�n y la creaci�n de capacidad tecnol�gica" (BRASIL, 1988)[24].

El mismo art�culo dice que la investigaci�n cient�fica b�sica debe recibir un tratamiento prioritario por parte del Estado. Tal vez, debido a este conjunto de disposiciones legales, y como resultado de los esfuerzos de la comunidad cient�fica para mantener CAPES, no fue posible desarrollar un PNPG a partir de 1990.

Mantuvo la agencia, ahora como Fundaci�n, CAPES propuso, en 1996, un Seminario para discutir estudios de posgrado en el pa�s que reuniera a profesores, investigadores, invitados extranjeros y representantes de universidades y organismos p�blicos. A partir de este seminario se dio lugar a la creaci�n de una Comisi�n con el fin de proponer un borrador de lo que ser�a el IV PNPG y cuya producci�n hab�a una versi�n del IV PNPG.

Sin embargo, en un documento FOPROP (2003), est� el nombramiento de las directrices de este Plan:

expans�o do sistema nacional de p�s-gradua��o e manuten��o de sua qualidade acad�mica; diminui��o das desigualdades regionais na oferta e no desempenho da p�s-gradua��o; maior compromisso institucional da p�s-gradua��o com a gradua��o, visando da renova��o deste n�vel de ensino.

 

Como se expresa en la historia del PNPG, en el texto del V PNPG, se lee sobre esta versi�n de lo que podr�a haber sido el IV PNPG:

Uma s�rie de circunst�ncias, envolvendo restri��es or�ament�rias e falta de articula��o entre as ag�ncias de fomento nacional, impediu que o Documento Final 18 se concretizasse num efetivo Plano Nacional de P�s-Gradua��o. No entanto, diversas recomenda��es que subsidiaram as discuss�es foram implantadas pela Diretoria da CAPES ao longo do per�odo, tais como expans�o do sistema, diversifica��o do modelo de p�s-gradua��o, mudan�as no processo de avalia��o e inser��o internacional da p�s-gradua��o (BRASIL, 2004, p. 17-18).

 

A finales de 1996, se aprobaron las Directrices y Bases de La Educaci�n Nacional, Ley n� 9394/96, que reanuda la escuela de posgrado.

El art. 9 de la LDB, punto VII, asigna a la Uni�n las normas generales sobre cursos de pregrado y posgrado. Estas normas est�n presentes tanto en el propio LDB como en la Ley n� 4.024/61 con la redacci�n dada por la Ley n� 9.131/95, que recre� el Consejo Nacional de Educaci�n y estableci� normas para el proceso de evaluaci�n educativa. Y est�n presentes en otras leyes y decretos, como la Ley n� 10.172/01, El Plan Nacional de Educaci�n (2001-2010), que incluye metas para estudios de posgrado y la Ley n� 10.861/04, conocida como Ley SINAES.

El art�culo 48, p�rrafo 3, de la LDB/96 prev� el reconocimiento de los diplomas de posgrado expedidos por universidades extranjeras.

Por otro lado, la presi�n de calificaci�n se registr� en esta misma ley cuando, en el art. 52, se requiere "un tercio de la facultad, al menos, con un t�tulo acad�mico de maestr�a o doctorado" (BRASIL, 1996)[25].

Dado el papel destacado del estado en la acci�n deliberada en la formaci�n de personal y en el mantenimiento de programas de posgrado, hubo una asistencia discreta de organizaciones internacionales y fundaciones en la formaci�n de recursos humanos como la Fundaci�n Kellog en el campo de la salud p�blica, la Fundaci�n Ford en agricultura y humanidades y ciencias sociales y la Fundaci�n Rockfeller trabajando en diversas �reas.

El Plan Nacional de Posgrado, 2005-2010, adem�s de las pol�ticas de cooperaci�n internacional y formaci�n de recursos humanos en el extranjero, pide el mantenimiento de las iniciativas existentes, refuerza los modelos de asociaciones institucionales dentro de una relaci�n de reciprocidad y simetr�a y la intensificaci�n de la participaci�n en la orientaci�n de los estudiantes de doctorado.

Muchas ser�n las continuidades en relaci�n con el plan 2005-2010, en el Plan Nacional de Posgrado 2011-2020, como la lucha contra las asimetr�as, el �nfasis en la inclusi�n social y la b�squeda de la internacionalizaci�n. No faltar�n inflexiones importantes en la evaluaci�n y las acciones estrat�gicas, apoyadas por la propuesta de crear una Agenda Nacional de Investigaci�n, en asociaci�n con el CNPq, FINEP y los FAPs.

A nivel conceptual, la principal novedad fue la adopci�n de una visi�n sist�mica en los diagn�sticos, directrices y propuestas, lo que llev� a la b�squeda de la articulaci�n y el enredo de temas, en lugar de su separaci�n y desmembramiento. Otro concepto importante, asociado con la directriz para combatir las asimetr�as de las AAP, es el de la mesoregi�n, que proporciona la herramienta para evidenciar las distorsiones dentro de la misma regi�n.

 

Algunas conclusiones

Al programa de posgrado se le asign� la tarea de crear un espacio acad�mico intrauniversitario y calificar la inserci�n profesional de los graduados y, al mismo tiempo, se esperaba una interacci�n virtuosa entre ellos.

Esta pol�tica intencional de formaci�n del personal ha logrado �xitos innegables y su modelo es reconocido internacionalmente. Esta pol�tica intencional tambi�n era internacional, ya que las solicitudes de becas en el extranjero no se limitaban a uno o dos pa�ses. Por este, muchos de los departamentos universitarios tienen una variedad formativa, con la circulaci�n de diferentes puntos de vista, con una internacionalizaci�n de la facultad en t�rminos de formaci�n acad�mica cient�fica.

Aunque con altibajos, esta pol�tica sigue atrayendo a profesores e investigadores en busca de intercambio, cualificaci�n y actualizaci�n a trav�s de postdoctoral, doctorado, doctorado - s�ndwich, pr�cticas y participaci�n en eventos internacionales. Cabe se�alar que esta pol�tica de posgrado se tradujo en logros y manifestaciones porque se impuso dominantemente como una acci�n deliberada del Estado.

[...] caso raro na hist�ria da educa��o brasileira, os planos nacionais de p�s-gradua��o constitu�ram de fato um instrumento de pol�tica, isto �, as a��es de governo guardaram suficiente coer�ncia com os objetivos e metas declarados nos planos (MARTINS, 1991, p.99).

 

Es en el mantenimiento de estos organismos y en el apoyo al desarrollo cient�fico y tecnol�gico que el Estado invertir� conscientemente. Y para ello tendr� una respuesta positiva y cr�tica de las instituciones universitarias. Una de las razones del �xito de la Pol�tica de Posgrado se debe a una mayor continuidad que siempre ha contenido el apoyo y la participaci�n consciente de la comunidad cient�fica, presente en las Instituciones Universitarias de Educaci�n Superior.

Dentro de esta acci�n deliberada del Estado, los estudios de posgrado constituyen un nivel b�sico para la difusi�n de programas de maestr�a y doctorado en el pa�s y para su consolidaci�n calificada.

 

Tendencias atuales

La expansi�n de los estudios de posgrado se articula intrasistema con el crecimiento de la educaci�n de grado y superior en su conjunto. Por lo que hemos visto, el crecimiento de la oferta de estudios de posgrado se articula entonces con la expansi�n de la graduaci�n, con la tradici�n de esta oferta a trav�s de agencias cualificadas y cualificadas, con los requisitos legales, tambi�n entendidos como los relacionados con los planes de carrera de las instituciones de educaci�n superior.

Y esta expansi�n tambi�n pretende centrarse en el desarrollo cient�fico y tecnol�gico del pa�s en t�rminos de investigaci�n b�sica aplicada e innovaci�n para el mejor desarrollo nacional.

En ambos casos, la acci�n inductora y de financiaci�n del Estado brasile�o es tradicional y sigue siendo indispensable.

La formaci�n de postgrado en Brasil y para Brasil tiene una larga tradici�n, aunque su car�cter sistem�tico y integral es m�s reciente. Se debe a la constituci�n de una apertura para la inserci�n profesional que hace de la ense�anza cualificada y la investigaci�n la prestaci�n de un servicio p�blico sobre la propia autonom�a nacional. Dada la interactividad que caracteriza los tiempos de globalizaci�n, la formaci�n de maestros y m�dicos debe contener una din�mica internacional.

El conocimiento disponible ya no se limita a esperar a la �ltima revista impresa o al �ltimo art�culo sobre un tema que viene por correo. La velocidad de los medios de comunicaci�n hace que la educaci�n de posgrado, en Brasil o fuera de ella, se compone de una literatura que expresa el avance del conocimiento en todos los rincones del mundo. Y el avance del conocimiento, especialmente centrado en la autonom�a del pa�s en la ciencia, es un servicio p�blico.

Y son precisamente estos ejes los que est�n en peligro hoy en d�a. Un peligro que, como se ha indicado anteriormente en el II Plan Nacional de Posgrado, el largo camino de la construcci�n de una pol�tica virtuosa se deconstruye r�pidamente cuando la financiaci�n cae a niveles desproporcionados, cuando el privado sin control avanza en el sistema, cuando las etapas anteriores de los estudios de posgrado sufren la congelaci�n de recursos, cuando el art�culo 5 de la Constituci�n o la libre expresi�n de la actividad intelectual sufre limitaciones y arbitrariedades y cuando se cuestiona la autonom�a universitaria sobre sus fundamentos.

El programa de posgrado y, a mayor escala, la universidad ha pasado por tiempos bastante dif�ciles y sab�a, con su fuerza, para seguir combatiendo las limitaciones y la arbitrariedad, y seguir persiguiendo el avance del conocimiento.

Este es un nuevo desaf�o que surge ante todo el sistema nacional de posgrado.

 

 

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ACERCA DEL AUTOR

 

CARLOS ROBERTO JAMIL CURY tiene un doctorado y una maestr�a en educaci�n: historia, pol�tica y sociedad de la Pontificia Universidad Cat�lica de Sao Paulo (PUC-SP), profesor em�rito de la Facultad de Educaci�n de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), profesor adjunto de la Pontificia Universidad Cat�lica de Minas Gerais (PUC-MG), habiendo realizado cuatro estudios postdoctorales, primero en la Facultad de Derecho de la Universidad de Sao Paulo (USP), luego junto a la Universidad de Par�s-Ren� Descartes, tercero en la Escuela de Estudios en Ciencias Sociales (EHESS) y otro en la Universidad Federal de R�o de Janeiro (UFRJ). Fue miembro del Consejo Estatal de Educaci�n de Minas Gerais (CEE-MG), del Consejo Nacional de Educaci�n/C�mara de Educaci�n B�sica (CNE/CEB) del que fue su presidente dos veces, tambi�n, fue presidente de CAPES y miembro del CTC de Educaci�n B�sica de CAPES y miembro de la Comisi�n de Educaci�n del SBPC y actual miembro de su Consejo Nacional.

Correo electr�nico: crjcury.bh@terra.com.br

 

 

 

Recebido: 26.04.2020

Acetado: 18.05.2020

 

 



[1] En los �ltimos a�os han surgido varios programas de posgrado, con sede en el extranjero, con propuestas suavizadas e irregulares y, en el escalofr�o de la ley y el esp�ritu de ciertos acuerdos gen�ricos, han logrado enga�ar a muchos, muchos incautos.

 

[2] Cf. Pinassi (2003), sobre brasile�os en el Instituto Hist�rico de Par�s entre 1834 y 1856.

[3] Cf. Ferreira, 2003 y la presencia intelectual brasile�a en Francia.

 

[4] Sabe-se, por exemplo, da ida do prof. Ramiz Galv�o, Diretor Geral da Instru��o P�blica, � Alemanha, para fazer estudos sobre a instru��o p�blica naquele pa�s, ap�s 1890.

[5] Este es un campo todav�a abierto a la investigaci�n.

[6] Aparentemente, no hay investigaciones m�s rigurosas sobre el desempe�o efectivo de estas iniciativas.

 

[7] Sobre esta iniciativa, cf. Peixoto (1983), esp. p�g. 144-149. Tambi�n en la d�cada de 1920, hubo muchas iniciativas encaminadas a profesionalizar ciertos segmentos de las instituciones sociales, como la Iglesia Cat�lica y la Iglesia Cat�lica siendo uno de los objetivos de estas instituciones la formaci�n de sus propias �lites y para las cuales hubo el uso de la formaci�n en el extranjero.

[8] Disponible en: https://www2.camara.leg.br/legin/fed/decret/1930-1939/decreto-19851-11-abr
il-1931-505837-publicacaooriginal-1-pe.html. Consultado en: 26 dic. 2019.

[9] Disponible en: https://www.fespsp.org.br/a-fespsp/manifesto. Acceso: 26 dic. 2019.

[10] Disponible en: http://www.leginf.usp.br/?historica=decreto-n-o-6-283-de-25-de-janeiro-de-1934. Acceso: 26 dic. 2019.

[11] Aqu� est� el nacimiento de LA FAPESP que ser�a confirmado tanto por la Constituci�n de Sao Paulo de 1946 como por el posterior reglamento por la Ley Estatal No 5.918, de 18 de septiembre de 1962.

 

[12] Las razones pol�ticas han llevado a la extinci�n de esta prometedora Universidad.

[13] Disponible en: http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/LEIS/1930-1949/L0452.htm. Acceso en: 26 dic. 2019.

[14] Disponible en: http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/LEIS/1950-1969/L1310.htm. Acceso en: 26 dic. 2019.

[15] V�ase a este respecto la tesis doctoral de Janete Magalh�es Carvalho (1992).

[16] Disponible en: https://www2.camara.leg.br/legin/fed/lei/1960-1969/lei-3998-15-dezembro-1961-376850-publicacaooriginal-1-pl.html. Acceso em: 26 dic. 2019.

[17] Disponible en: http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/leis/L4024.htm. Acceso en: 26 dic. 2019.

[18] Disponible en: https://www.capes.gov.br/images/stories/download/avaliacao/avaliacao-n/Parecer-977-1965.pdf. Acceso: 26 dic. 2019.

[19] Sobre lo tema, cf. Cury (2005).

[20] Sobre el itinerario de esta reforma, cf. Cunha (1988), Nicolato (1988), Cury (2009).

[21] Disponible en: https://www.capes.gov.br/images/stories/download/editais/I_PNPG.pdf. Acceso en: 26 dic. 2019.

[22] Disponible en: https://www2.camara.leg.br/legin/fed/decret/1980-1987/decreto-87814-16-novembro-1982-437804-publicacaooriginal-1-pe.html. Acceso en: 26 dic. 2019.

[23] Disponible en: https://www2.camara.leg.br/legin/fed/decret/1980-1987/decreto-93668-9-dezembro-1986-444281-publicacaooriginal-1-pe.html. Acceso en: 26 dic. 2019.

[24] Disponible en: http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/constituicao/constituicao.htm. Acceso en: 26 dic. 2019.

[25] Disponible en: http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/leis/l9394.htm. Acceso em: 26 dic. 2019.