EDUCACIÓN, ÉTICA Y ENVEJECIMIENTO: el aspecto intergeneracional como factor de exclusión en Brasil1
Universidad Federal Fluminense (UFF)
Santo Antônio de Pádua, RJ, Brasil
Universidad Federal Fluminense (UFF)
Santo Antônio de Pádua, RJ, Brasil
DOI: https://doi.org/10.22409/mov.v7i15.42422
RESUMEN
Este
artículo tiene como objetivo presentar una breve investigación
bibliográfica sobre la relación entre educación
y envejecimiento. A través de un análisis crítico
del tema expuesto y la información encontrada, buscamos
elaborar cuáles serían los principales problemas y
posibles soluciones para el aspecto excluyente asociado com el
envejecimiento. Con base en la observación de que
elenvejecimiento de la población y la superpoblación
del planeta ocupan la agenda de la discusión local, regional y
global para pensar sobre las políticas públicas de
reparación y reconocimiento, también es necesario
reconocer y señalar el componente ético de este debate
en la contemporaneidad, especialmente cuando pensado en el ámbito
de la educación. En el curso de este estudio, percibimos la
importancia de defender y solidificar los espacios educativos que
respetan la pluridiversidad de los indivíduos que pertenecen a
la categoría de personas mayores en todas las fases y espacios
de educación formal y no formal, ofreciendo posibilidades de
acogida y atención de manera digna y respetuosa.
Palabras
clave:
Educación. Envejecimiento.
Enseñanza-aprendizaje. Inclusión.
EDUCATION, ETHICS, AND AGING: the intergenerational aspect as a factor of exclusion in Brazil
ABSTRACT
This article aims to present a brief bibliographic research about the relationship between education and aging. Through a critical analysis of the exposed theme and the information found, we sought to outline what the main problems and possible solutions would be for the excluding aspect associated with aging. Based on the observation that the aging population and the overpopulation of the planet occupy the agenda for local, regional and global discussion to think about public policies for repair and recognition, it is also necessary to recognize and point out the ethical component of this debate in contemporary times, especially when thought in the scope of education. In the course of this study, we realized the importance of defending and solidifying educational spaces that respect the pluridiversity of individuals who are in the category of elderly people in all phases and spaces of formal and non-formal education, offering possibilities of welcome and care in a dignified manner and respectful.
Key-words: Education. Aging. Teaching-learning. Inclusion.
EDUCAÇÃO, ÉTICA E ENVELHECIMENTO: o aspecto intergeracional como fator de exclusão no Brasil
RESUMO
Este artigo objetiva apresentar uma breve pesquisa bibliográfica acerca da relação entre educação e envelhecimento. Por meio de uma análise crítica sobre o tema exposto e as informações encontradas, procuramos traçar quais seriam os principais problemas e as possíveis soluções para o aspecto excludente associado ao envelhecimento. A partir da constatação de que o envelhecimento populacional e a superpopulação do planeta ocupam a agenda de discussão local, regional e global para se pensar políticas públicas de reparação e reconhecimento, é preciso igualmente reconhecer e apontar o componente ético desse debate na contemporaneidade, principalmente quando pensado no âmbito da educação. No decorrer deste estudo percebemos a importância de se defender e solidificar espaços educacionais que respeitem a pluridiversidade dos indivíduos que se encontram na categoria de pessoa idosa em todas as fases e espaços da educação formal e não formal, ofertando possibilidades de acolhimento e cuidados de maneira digna e respeitosa.
Palavras-chave: Educação. Envelhecimento. Ensino-aprendizagem. Inclusão.
Introducción
Este artículo aborda el debate sobre el envejecimiento y educación en el contexto brasileño. Desde ese universo, que presentan diferentes autores y autoras como Tereza Lins, Marcelo Mayernyik , Marcos Augusto C. Peres, Ana María Goldani , Vera Masagão Ribeiro y Cinara Nahra que colaboran con el pensamiento crítico que nos permite a apoyar y desarrollar argumentos para una mirada que cuestione la tendencia medicalizada adoptada a menudo en la sociedad, desatendida la diversidad que la conforma a través de las etiquetas y de formas específicas de violencia.
En ese sentido, nos proponemos a reflexionar sobre el valor de la responsabilidad del sujeto de edad avanzada en la sociedad , en su conjunto , y en las escuelas, especialmente. Aquí reconocemos que la misma noción de sujeto anciano se materializa claramente, dependiendo de la clase, de género, de raza, de etnia, de relaciones de interdependencia con la familia, amigos o tutores, y la localización, después de todo, el interior y las zonas rurales do Brasil representan un índice más alto de escuelas con el curso de educación para jóvenes y adultos.
Como veremos a continuación, el número de personas mayores de 60 años que se perciben semianalfabetas o analfabetas es considerablemente grande2. Según Lins,
personas mayores analfabetas, con pocos años de estudio (analfabetismo funcional), sin acceso a la educación formal y educación para el envejecimiento, lo que impide su empoderamiento y protagonismo en la sociedad. (LINS, 2016, pág.1).
Eso nos sugiere la posibilidad y la necesidad de ofrecer espacios de aprendizaje donde los sujetos se sientan seguros , acogidos y respeitados. El descuido de la importancia de un espacio de sociabilidad para las personas mayores plantea una serie de obstáculos, como detallamos en la revisión bibliográfica de este trabajo. En adición, se refleja un estado que no recibe o no reconoce las demandas de este grupo, lo que legitima e institucionaliza la discriminación por edad en Brasil (GOLDANI, 2010).
Según Goldani, “como el racismo, el prejuicio de la edad depende de los estereotipos. Su impacto destructivo se siente en tres áreas principales: prejuicio social, discriminación en el lugar de trabajo y prejuicio en el sistema de salud” (2010. p.413). Es más, la autora informa que la manera en la que se revela este prejuicio se asociaría con las transiciones con nuevas jerarquías morales, basadas en la medicalización de la vejez a finales del siglo XX (GOLDANI, 2010). Más recientemente, en Brasil, los prejuicios resultaron crudos y sustanciales en el discurso oficial relacionado con las prioridades del sistema de salud en tiempos de pandemia , incluidos los funcionarios de Estado y los especialistas en ética3.
Todas estas formas de prejuicio y de exclusión, reforzados por el estado y vivenciados por los ancianos, se han vuelto aún más evidentes en los últimos meses, durante la pandemia COVID-19 en una escala global, dando lugar a un fenómeno social al cual Santos ( 2020) nombró de “soledad de los ancianos”. De acuerdo con el autor, fenómeno se vivió desde la aparente dicotomía " ausencia-presencia o presencia-ausencia del círculo de familia y amigos de afecto" (SANTOS, 2020). Esa experiencia que impone el requisito de edad, Santos sugiere que una patología de la soledad (SANTOS, 2020).
Buscamos observar el fenómeno en el contexto de la educación, teniendo en cuenta el envejecimiento de la población y de la conducta y el cambio de las políticas públicas actuales (al igual que la reforma de las pensiones), entendiendo que tal prejuicio se revela, en particular en Brasil, ya que priva al sujeto anciano de un territorio de sociabilidad, de afecto y de construcción activa y colectiva. Los efectos dañinos sobre la sociedad en su conjunto y en particular en los ancianos deben ser vistos como una parte constitutiva de lo que entendemos ser la creación de un mundo más equitativo y justo.
Cabe señalar que buscamos enfocarnos en cómo la educación necesita incorporar el envejecimiento como categoría pedagógica, reconociendo sus barreras institucionales para la construcción de políticas públicas no medicalizantes. Des s y así, en la primera etapa de este artículo, nos proponemos desarrollar una discusión en torno a la definición de la inclusión y la de la apreciación del anciano como personas capaces y productivas por las políticas educativas. En un segundo paso, el objetivo es destacar una breve discusión sobre cuestiones ético-políticas que rodean el envejecimiento de la población en el mundo contemporáneo y en el futuro.
Cabe mencionar que, por ética, se entiende un conjunto de reglas que establecen la relación del individuo consigo mismo y con los demás (DIAS, 2020). Por lo tanto, es pensar en cómo articular y como defender una educación inclusiva para el envejecimiento y , en términos generales , contribuir a los estudios críticos sobre la medicalización4 de la vejez , como veremos a continuación.
1. El Brasil y la educación para el envejecimiento
En 2015 , Brasil tenía “más de 27,9 millones de personas de 60 años o más” (LINS, 2016, p. 1). Al mismo tiempo, una porción significativa de esta población se encontraba dentro de lo que se denomina “analfabetismo funcional” , entendido como
la capacidad de utilizar la lectura y la escritura con fines pragmáticos, en contextos cotidianos, domésticos o laborales, a menudo en oposición a una concepción más tradicional y académica, fuertemente referida a las prácticas de lectura con fines estéticos y académicos. ( RIBEIRO , 1997, pág.145)
Ribeiro (1997) destaca la necesidad de pensar el analfabetismo funcional en América Latina de una manera contextual particular. Según la autora, este fenómeno apunta, entre otras cosas, a una brecha generacional en cuanto al acceso a la información, la posibilidad de toma de decisiones y, en consecuencia, el reconocimiento y el intercambio de conocimientos. Por tanto , es necesario crear una
combinación de técnicas cuantitativas - que ayudan a medir las capacidades y necesidades de una determinada población, con miras a definir políticas de amplio alcance - y técnicas cualitativas - que revelan tanto las estrategias utilizadas por jóvenes como por adultos para resolver problemas de la vida diaria, así como sus propias representaciones sobre sus habilidades y necesidades. Este segundo enfoque es especialmente útil para la mejora pedagógica de los programas educativos desarrollados para dar respuesta a las necesidades detectadas. ( RIBEIRO , 1997, pág.152)
En ese sentido, entendemos la necesidad de pensar de manera crítica sobre el alcance de los marcos legales, tales como la Política Nacional para el Anciano y el Estatuto del Anciano, dadas las estadísticas sobre la situación de las personas mayores en el país. A partir de esto, evaluamos las herramientas para la creación y la mejora, en su caso, de dichos programas e iniciativas.
Los marcos legales (Política Nacional para las Personas Mayores5) y el estatuto de la tercera edad6 ) abogan por la educación para el envejecimiento, sin embargo, [...] no hubo acciones significativas por parte de las entidades federativas con el fin de hacer de la educación para el envejecimiento un derecho de todos los miembros de la sociedad. Como consecuencia, la sociedad brasileña está muy prejuiciada y dominada por estereotipos y mitos sobre el envejecimiento, la vejez y los ancianos. (LINS, 2016, pág.2).
Por lo tanto, podemos entender que el fracaso en los programas y en las iniciativas de facilitar el analfabetismo funcional del sujeto anciano y afecta sustancialmente la totalidad del proceso de preparación para la vida y para la experiencia de envejecimiento de cada sujeto. De este modo, significa la necesidad de una educación que aprecie la experiencia de las personas mayores y su participación en todas sus fases, garantizándoles también ese derecho en entornos extracurriculares. Así, la educación para el envejecimiento es un proyecto que va más allá de los programas específicos, sugiriendo una reformulación más amplia del significado mismo de educación.
la ausencia de una educación para el envejecimiento dirigida a la población brasileña, generó graves consecuencias como: mantenimiento de mitos y estereotipos sobre el envejecimiento, la vejez y los ancianos; la negación de la vejez por parte de la sociedad; violación de los derechos de las personas mayores; la violencia contra los ancianos [...] funcionarios gubernamentales y familiares consideran a la población anciana como un problema social; la ausencia de solidaridad intergeneracional [...] etc. (LINS, 2016, pág.2).
Por lo tanto, la educación es fundamental en la discusión sobre la salud integral del anciano y la medicalización de la vejez. La desmitificación de lo que consiste ser o volverse anciano implica en percepciones y procesos de reacciones a las secuencias de envejecimiento para los participantes y para que aquellos que los rodean. Después de todo, también es una educación contra un tipo específico de prejuicio que genera violencia dirigida a un grupo no asistido en una determinada etapa de la vida. Luego,
la relación entre educación y envejecimiento se justifica en una sociedad que envejece, ya que el envejecimiento de la población cambia las necesidades formativas de la sociedad: en relación con los ancianos con el aumento de su esperanza de vida; en relación a los profesionales que comenzaron a brindar servicios a un mayor número de personas mayores; y en relación con otros miembros de la sociedad que han llegado a necesitar conocimientos para lograr un envejecimiento de calidad. La relación entre educación y envejecimiento también está justificada, ya que los prejuicios, mitos y estereotipos sobre el anciano y la vejez y el envejecimiento están arraigados en la sociedad. (LINS, 2016, pág.3).
Por lo tanto, el derecho a la educación de las personas mayores debe ser asegurado y garantizado por el Estado. “La Ley [...] tiene como objetivo garantizar los derechos sociales, promover la autonomía, la integración y la participación real de las personas mayores en la sociedad” (LINS, 2016, p. 4). Por lo tanto, el Estatuto del Anciano expresa abiertamente cuáles son los deberes del Estado y la sociedad hacia la población anciana.
a) insertar en los planes de estudio mínimos, en los diferentes niveles de educación formal, contenidos orientados al proceso de envejecimiento, con el fin de eliminar prejuicios y producir conocimientos sobre la materia; c) incluir la Gerontología y la Geriatría como cátedras en los cursos de educación superior; yd) desarrollar programas educativos, especialmente en los medios de comunicación, para informar a la población sobre el proceso de envejecimiento. (LINS, 2016, p. 4 y 5).
Si bien encontramos “una preocupación por la educación para el envejecimiento tanto en el PNI como en el Estatuto” (LINS, 2016, p. 5), la cantidad de investigaciones, proyectos y programas de libre acceso que asumen la vejez y educación en el sentido más amplio, más diversa y acogedora, o sea, que respeta la salud general de las personas mayores.
La gran mayoría de las instituciones educativas desconocen lo que preconizan el PNI y el Estatuto, ya que, en los planes de estudio de la mayoría de los cursos que se ofrecen - en todos los niveles de la educación formal - no hay contenido sobre el tema del envejecimiento ni actividades dirigidas para contemplar este tema. (LINS, 2016, p. 5 y 6).
Por lo tanto, la educación para el envejecimiento se hace necesaria en todas las etapas y en todos los niveles de la educación, la que, en gran parte, es la responsable por la creación de subjetividades y por la formación de relaciones sociales y emocionales del sujeto anciano y aquellos que interactúan directa o indirectamente con él . En ese sentido, pensar y defender una educación para implicar el envejecimiento entender la educación como un proyecto que tiene en cuenta todas las etapas de la vida , el pasado, el presente y el futuro , de forma conyugada, existente en todos los ámbitos y asistiendo a las inter - relaciones que se construyen en el hogar o en la calle, de forma individual o colectiva.
Cuando una población no recibe educación para el envejecimiento, mantiene los estereotipos y mitos sobre el anciano, la vejez y el envejecimiento, que recibe de las generaciones anteriores […]. La negación de la vejez no ayuda a construir la solidaridad intergeneracional, y sin solidaridad intergeneracional, es más difícil o incluso imposible para los brasileños lograr un envejecimiento digno. (LINS, 2016, p. 6 y 7).
2. Vejez: trajetórias e (in)visibilidades
En casa con la familia, niños, jóvenes, adultos y mayores , todos se relacionan de manera afectiva, produciendo una serie de recuerdos y el conocimiento para realizar los posibles vínculos entre una generación y otra. Ese es un ejercicio de enseñanza y de aprendizaje que puede resultar mucho más útil cuando las personas mayores tienen asegurados los espacios de actuación en la sociedad y los derechos básicos como principios garantizados.
Eso también significa decir que cabe al Estado promover una amplia iniciativa que involucre las políticas públicas para promover una cultura positiva de que el sujeto anciano, que reconozca la importancia de la construcción activa de la sociedad.
En ese sentido, el Estado tiene el deber de promover la educación continuada de los ancianos para que se pueda reconocer el envejecimiento positivo y por lo tanto desmedicalizar estos temas, eliminando el peso negativo en esta etapa de la vida vista como un momento no deseado.
Como resultado de la falta de educación para el envejecimiento para todos en la sociedad brasileña, tenemos la violación de los derechos de las personas mayores, [...] todavía es invisible para la sociedad que desconoce los tipos de violencia que sufren las personas mayores y, principalmente, porque por su carga cultural, no ve la violencia existente como una violación de los derechos de las personas mayores. (LINS, 2016, pág.7).
Llamando la atención sobre casos de violencia7 , Lins, una vez más , nos advierte de la “necesidad permanente de buscar el endurecimiento de las penas y el rigor en su aplicación en un intento de frenar la violencia contra los ancianos” (2016, p. 7). Debe tenerse en cuenta que no entendemos el resurgimiento de la alternativa de la ley para la interrupción del ciclo de la violencia contra cualquier minoría política. Por el contrario, defendemos una concepción de educación anti-punitivista e integrada, que permite la incorporación de diferentes narrativas y espacio- tiempo para pensar, crear y vivir formas alternativas de relaciones. Por lo tanto , entendemos la educación como un instrumento de emancipación social para ayudar en las relaciones sexuales del envejecimiento.
Una educación que contribuya para el empoderamiento y protagonismo de las personas mayores actuales y futuras. Una educación que proporcione al anciano las herramientas necesarias para su participación e intervención en la toma de decisiones relacionadas con su vida, dentro de la sociedad, sin actuar como sujeto pasivo de la acción de los demás sobre sí mismo y sus necesidades. (LINS, 2016, pág.8).
Luego, entendemos que el programa dirigido a una educación gerontológica es tema miembro de una práctica interdisciplinaria y extraescolar ya que la diversidad y la pluralidad debe hacer parte de los elementos que forman los debates asumidos en toda la concepción de la educación que ha de ser inclusiva , comprometidos y dedicados .
La educación en ese sentido puede manejarse de forma dinámica en relación con el proceso de envejecimiento. Los temas que se podrían proponer se encuentran en una amplia variedad de posibilidades y alcances interdisciplinarios, sin embargo, “se deben utilizar contenidos, material didáctico y metodologías adecuadas a cada segmento poblacional” (LINS, 2016, p. 9), destacando la dimensión de proceso de enseñanza y aprendizaje y / con / sobre la trayectoria del envejecimiento como principio. Después de todo, también es necesario reconocer la pluridiversidad de las personas mayores. Es importante recordar que definirlo en parámetros abstractos nos lleva también a tomar nuevos estereotipos y, en consecuencia, una mirada superficial y descontextualizada de cada experiencia y cada trayectoria.
Por tanto, es necesario reconocer la necesidad de la educación gerontológica como parte integral de lo que convencionalmente llamamos Educación. Después de todo,
ante la falta de reconocimiento por parte de la sociedad y los gobiernos de que el país está envejeciendo rápidamente. [...] es urgente que los profesionales e investigadores, que trabajen en gerontología biológica, social y educativa, profesores de colegios y universidades, que formen profesionales para trabajar con y en favor de las personas mayores, y finalmente, las mismas personas mayores que en su La mayoría no asume, como anciano, tener una visión positiva de la vejez y el envejecimiento. (LINS, 2016, pág.10).
Por tanto, es de gran importancia abordar el proceso de envejecimiento en todas las fases y en todos los espacios de la educación formal y no formal, incluyendo los temas relacionados con la vejez y el proceso de envejecimiento en los planes de estudio.
3. Una educación para el envejecimiento: desmedicalizar a los ancianos
"No son visibles las medidas adoptadas por los organismos responsables con el fin de fomentar la solidaridad entre las generaciones" (Lins, 2016, p. 10). Con esa observación, Lins propone que pensemos políticas públicas para una educación asentada en la solidaridad entre las generaciones , es decir, a una concepción de la educación que no sólo incluyen el sujeto anciano en su plan de estudios y el espectro contendiste, pero también integra hacia combatir y “revertir la visión negativa que la sociedad tiene sobre el envejecimiento” (Ibidem , p. 10). De esa forma, la educación para el envejecimiento se entiende como un proyecto más amplio de la sociedad plural y diversa, de apoyo y bienvenida.
De acuerdo con Tereza Lins, es fundamental para pensar que una educación para el envejecimiento que no lo corroboran con un sentido de la vejez, como es entendido por muchos como algo que ocultar. Para ella, el tema de la vejez podría pensarse como un tabú, dado que “el desconocimiento de lo que es el envejecimiento no se distingue entre clases socioeconómicas” (LINS, 2013, p. 118). Sin embargo, al parecer, los que tienen más recursos continúa m más probabilidades de beneficiarse de mejores condiciones de envejecimiento.
En este sentido, la enseñanza del envejecimiento también revela los privilegios de clase que hacen que la calidad de las vivencias de la vejez, o su falta, esté marcada por aspectos socioeconómicos, aunque el desconocimiento sobre el envejecimiento se da en todos los estratos sociales. Por lo tanto, reconocer el recorte de clases nos ayuda a pensar en las necesidades de la población que envejece8.
Según Lins, este tema nos lleva a reflexionar sobre la inexistencia del gerontólogo educativo.
Así como no existe una profesión de gerontólogo educativo, tampoco hay un “gerontólogo educativo” profesional. También creo que esto se debe en parte a que en la academia aún no existe una formación específica, que permita la actuación de los profesionales en la vertiente educativa de la gerontología, mediar el conocimiento sobre el proceso de envejecimiento y sus consecuencias para la población en general. (LINS, 2013, págs. 120 - 121).
En ese sentido, podríamos comprender la idea de gerontólogos educativos como profesionales responsables de los procesos de enseñanza-aprendizaje dirigidos a los sujetos ancianos, adultos o "adultos mayores9" . Aún así, ellos10 no estarían limitados a los muros de la escuela y por lo tanto podrían recorrer a otros espacios donde la sociabilidad podría suceder , formalmente o no, como en las bibliotecas, en los hospitales, en las fábricas, en las plazas, en los clubes, etc. De suerte que, este tipo de profesional trabajaría “en las tres grandes áreas de actividad de la gerontología educativa - educación de adultos mayores, gerontología educativa y gerontología académico-profesional” (LINS, 2013, p. 120).
Sin embargo, es cierto que la educación como una posibilidad de ayuda y la orientación de los procesos y las etapas de la vida está más dirigida en general a los espacios formales de educación, tales como escuelas y universidades, y se centran en grupos de edad específicos, como los niños, adolescentes y adultos jóvenes. No obstante, aprender y enseñar, las actividades que se complementan entre sí ocurren en todos los lugares, momentos y etapas de la vida, que incluso pueden ser utilizadas para enfermedades que afectan a la memoria, el habla y / o la movilidad. Por lo tanto, es una educación para incluir y acoger, capaz de reconocer a la persona mayor como sujeto de sí mismo y socialmente activo como ciudadano. Para ello, Tereza Lins refuerza su defensa de una profesional que comprende y se dedica a la educación para el envejecimiento. Por lo tanto, ¿cómo se daría su actuación?
Como primera área importante de actividad en gerontología educativa (educación de adultos), encuentro una que está dedicada a la educación de adultos mayores. Como segunda área (gerontología educativa), aquella que se centra en la educación del público en general y específico sobre los adultos mayores. [...], como tercera área (gerontología académico-profesional), identifico la que está dirigida a la formación de profesionales o pasantes que trabajarán con adultos mayores. (LINS, 2013, 122).
Con el envejecimiento de la población, se ha vuelto " imperativo construir el modelo del gerontólogo educativo brasileño y su formación" (Lins, 2013, 122) , haciendo que se arrojen nuevas miradas al tema del proceso de envejecimiento y a las reacciones de la población y el Estado s s y el fenómeno. En este sentido, ¿cómo reflexionar sobre esta necesidad y qué retos trae consigo?
4.
Posibilidades de la Gerontología Educativa en Brasil
Luego
de una investigación cualitativa y cuantitativa, Tereza Lins
trazó el perfil de los gerontólogos educativos
brasileños en tres categorías consideradas
mayoritarias.
a) Área 1 : Educación de los adultos mayores: Perfiles: - formador de adultos y adultos mayores en todos los niveles de educación; creador y evaluador de procesos de enseñanza-aprendizaje, recursos didácticos y materiales educativos dirigidos a adultos y adultos mayores; Educadora e investigadora ambiental. b) Área 2 : Gerontología educativa: Perfiles: Educador en instituciones de atención e inserción social y acogida de adultos mayores y mediador en procesos de intervención familiar y socioeducativa ; Educador en procesos de intervención social con adultos mayores; Asesor (personal, académico, profesional y laboral (laboral) en cuestiones sobre el proceso de envejecimiento) e investigador. c) Área 3 : Gerontología académico-profesional: Perfiles: Perfil de formación del formador; Perfil de evaluador de sistemas, instituciones y políticas educativas, gerontológicas y educativas dirigidas a las personas mayores y la sociedad; consultor y gestor de formación para organizaciones en el ámbito del envejecimiento; director de centros e instituciones educativas y socioeducativas dirigidas a adultos mayores, supervisor de la administración educativa y gerontológica dirigida a adultos mayores e investigadora. (LINS, 2013, p. 126 y 127).
De acuerdo a Lins, las diversas áreas profesionales que atieden a esas demandas se incluyen también en su exactitud, como en la formación especializad a áreas específicas de la gerontología educativa . Además, la autora señala que la investigación relacionada con la gerontología está dedicada al estudio de la trayectoria del envejecimiento junto con el proceso de enseñanza y aprendizaje en varios niveles y espacios. Por lo tanto,
El gerontólogo educativo brasileño tiene las siguientes funciones generales: analizar aspectos que configuran situaciones gerontológicas educativas y socioeducativas en diferentes contextos de formación; Desarrollar y monitorear y evaluar proyectos, programas, acciones, campañas, intervención comunitaria, implementados para cada contexto educativo de adultos y adultos mayores. (LINS, 2013, pág. 127).
De esa forma, Lins concluye que estos eran los aspectos que en conjunto se formarán las funciones de gerontólogo educativa: el análisis - supervisión, investigación, creación y seguimiento de los procesos educativos; función organizadora - administración, el personal, recursos, organización, dirección y creación de técnica socioeducativa y función de desarrollo - guía informativa, evaluación de programas y proyectos, hacia instituciones, grupos y personal (Lins, 2013). Es importante destacar que, entendemos aspectos tales como abierta y no concluyentes, sujeto a revisión constante y contextualizado bajo el riesgo gerontólogo profesional no estar al tanto de los detalles y las realidades de cada sujeto de edad avanzada. En ese sentido, su actuación sería en sí misma una actividad sensible, en la que cuidar11 aparece como un elemento ético a la mediación de las relaciones que se establecen entre las teorías y los lineamientos, el sujeto profesional y el anciano. De este modo, se nota la importancia de la ética del cuidado poseía i que para pensar en una sociedad basada en la apreciación del enfoque intergeneracional.
En cuanto a la actuación del gerontólogo educativo en Brasil, Lins la divide en cuatro: la formación institucional - educación, formación e inclusión, formación permanente, formación en enfermería en todos los niveles, entre otros; contextos educativos diversos - formación y preparación para la jubilación, formación empresarial, orientación e integración laboral, entre otros; servicios sociales especializados - atención a la tercera edad, clubes sociales y centros, creación y desarrollo de programas educativos y de salud - creación y desarrollo de la formación de adultos en el hospital durante largos períodos de tiempo, la participación en equipos de salud familiar, la educación continua del personal que trabaja con adultos mayores, entre otros (LINS, 2013). Para esta investigadora, es importante resaltar estos aspectos, porque,
la construcción del modelo del gerontólogo educativo brasileño y su formación, el vacío será llenado por un profesional con formación específica, para trabajar en las tres grandes áreas de actividad de la gerontología educativa, con condiciones para responder a las demandas derivadas del fenómeno del envejecimiento poblacional brasileño, ya que su formación cumplirá requisitos en materia de conocimientos: andragógico , específico, gerontológico , tecnológico, saber hacer , etc. (LINS, 2013, pág.139).
Como se puede observar, según Lins (2013), el profesional gerontólogo educativo estaría en condiciones de trabajar la educación desde el punto de vista de los adultos mayores en diferentes niveles, campos y etapas. Por otro lado, el investigador Marcos Augusto de Castro Peres (2010) llama la atención sobre la ausencia del adulto mayor como categoría digna de ser tratado de acuerdo a sus especificidades y singularidades en relación a la Ley de Lineamientos y Bases de la Educación (LDB12). De acuerdo a él , cuando se trata de modelos de inclusión y formación acompañados / continua para adultos y edad activa, observamos
mucha diferencia entre un adulto de 25 o 30 años, y un “adulto” (¿o sería mayor?) de 50 o 60 años. Y esto nunca se tiene en cuenta en la LDB, una ley que, por cierto, ni siquiera menciona la vejez, ignorándola por completo. Se podría suponer que las personas mayores pertenecerían, en este caso, a la categoría de adultos. Sin embargo, no diferenciar la vejez de la adultez, como una etapa que requiere especial atención, así como las metodologías de enseñanza, sería asumir una perspectiva reduccionista al menos [...]. (PERES, 2010, pág.62)
Cabe señalar que la mitad de la población anciana urbana brasileña está afectada por analfabetismo funcional13. Entretanto, está claro que los aspectos que distinguen la vida de un anciano en la vida cotidiana urbana son bastante diferentes de su vida cotidiana dentro o en el campo. En ese sentido, la LDB no debería solamente diferenciar etapas adultas de edad, pero, igualmente, también reflejar la pluridiversidad de los ancianos.
Los datos presentados anteriormente, recopilados por la Fundación Perseu Abramo, son del año 2007 e incluyen solo a los residentes mayores de los grandes centros urbanos, dejando fuera a una gran parte de la población que vive en otras regiones y por lo tanto construye otra sociabilidad, de comunidad y de relaciones con el propio territorio en el que viven y el tiempo en que viven.
De todos los modos, el resultado de la investigación adquiere importancia como panorama de la situación del anciano en Brasil y de los procesos de enseñanza-aprendizaje que pueden y / o deben ser pensados como una plataforma educativa en el país. Después de todo, aunque los datos sean alarmantes, las políticas públicas que definen los principios de educación brasileña no incluyen a los ancianos como el núcleo de los procesos de enseñanza-aprendizaje, centrándose más en la atención en los individuos de las primeras etapas de la vida14. De esta forma,
al no contemplar a los ancianos como destinatarios de las políticas educativas, el Estado brasileño incumple la propia Constitución, esta vez no por acción, sino por omisión. Es necesario destacar, sin embargo, que esta omisión es consistente con la lógica de exclusión que se encuentra en la sociedad capitalista en su conjunto (no solo en Brasil) y con la forma en que se construyeron los sistemas educativos, especialmente en el capitalismo industrial. (PERES, 2010, pág.63).
Con las personas mayores fuera del centro de las preocupaciones y de las plataformas educativas, el resultado no podría ser diferente: alrededor del 50% de la población anciana es considerada analfabeta funcional. A partir de eso, se genera una advertencia acerca de los procesos de inclusión y el reconocimiento de la ciudadanía de los sujetos s en Brasil. Es, por lo tanto, la consecuencia inmediata de la fragilidad y la concreción del derecho básico a una educación no garantizada. El impacto del analfabetismo en la vida cotidiana debilita en gran medida a las personas que vienen a ejercer su ciudadanía con dificultad, sin a veces, poder reconocer sus derechos.
Para evaluar esta situación, es fundamental tener presente todo el proceso histórico, político y económico de nuestro país. Esto afectó, de forma distinta, diferentes generaciones en diversas regiones, en función de los sistemas, los procesos y las oportunidades circunstanciales. En adición, hay que pensar en los cruces de la raza, del sexo, de clase y de la sexualidad, que son las identidades de los sujetos . Solo así se podrá observar la profundidad y la severidad de la exclusión de ancianos de la plataforma educativa. La historia de los ancianos en Brasil se convierte en parte constitutiva de una narrativa marcada principalmente por una gran desigualdad social.
Los propios cuerpos y las memorias cuentan y cargan con las injusticias cotidianas resultantes de estructuras que distribuyen de manera desigual las oportunidades y el sentido de la ciudadanía. Por lo tanto, les corresponde a nosotros para contar la historia de los sujetos marginados en ese proceso, reconociendo el paradigma de la edad como una fuente de conocimiento que retrata las dificultades, las penas y los desafíos . Por otro lado, ellos comúnmente hablan de las alegrías, las luchas y las creaciones de los sujetos concretos que recibieron y forman parte de la foto y la coreografía de Brasil. Nombrarlos y reconocerlos es clave para comenzar un nuevo proceso cooperativo de enseñanza y aprendizaje.
5. Un envilecimiento poblacional y la esperanza de vida: breves consideraciones éticas y políticas para el futuro
A la vista de lo expuesto hasta el momento presente, es decir, del compromiso asumido en torno a la defensa de un proyecto que reconozca el lugar de las personas mayores en los procesos educativos, nos queda por afrontar algunas cuestiones planteadas por la filosofía práctica en las últimas décadas.
Este es el componente (bio) ético del debate sobre el envejecimiento de la población. Después de todo, con el aumento de la esperanza de vida paralelo al crecimiento de la población de mil millones cada 12 años, según el Populación Reference Bureau (2010), ¿cómo podemos garantizar efectivamente una calidad de vida mínima para toda la población?
Parece que este es un tema bioético inminentemente contemporáneo. Después de todo, en vista del aumento de la esperanza de vida, parecen surgir varios problemas relacionados con la redistribución del ingreso dentro de los estados-nación. En este escenario, cree una discusión sobre cómo podemos hacer frente a la actuación de la lógica del mercado en la vida, con el fin de hacerla útil o inútil, en función de su capacidad de energía y de consumo. En este panorama los ancianos pasan a ser percibidos como cuerpos negociables, destituidos de valor propio, desechables para una sociedad que tiene en vista un padrón estético-político específico. Esa mirada fundamentalmente el carácter neoliberal de la vida y la muerte se ha vuelto bastante presente y poco combatida, pero algunos lucharon en la forma en que los trabajadores de salud de gran parte del mundo comenzaron a referirse al tema anciano durante la pandemia de COVID-19.
Según las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que designó a las personas mayores como pertenecientes al grupo de riesgo15 del COVID-19 , la opinión sobre estos sujetos afectados por el virus pasó a ser de total negligencia . La ostensiva discriminación por edad ha llegado para validar la " elección de Sofía 16": quién vive y quién muere. La pandemia, que hoy mata y hace morir a muchas personas en todo el mundo, especialmente a las afectadas por todo tipo de abandono y de violencia social, es el telón de fondo de este texto. Ella evidencia la cantidad de ancianos que están en riesgo bajo los auspicios de una sociedad que los valores de la vida y la muerte a partir del potencial productivo de los individuos. Por eso, enfatizamos que el duelo y la indignación son parte de este artículo.
Diversos autores proponen varias soluciones para pensar en este problema. Entre tantas, están las que tienen un enfoque en las políticas públicas que, dado el rápido ritmo de crecimiento y la longevidad de la población, en el marco liberal, que sugieren que: (1) que se estimule la estabilización de la población; (2) que la producción y el consumo de esta población mundial se evalúe mediante la insostenibilidad de los recursos naturales; (3) que se recreen mecanismos de capitalización acordes al ritmo de vida productiva. Si bien todos de estos aspectos son de curso correspondiente a la discusión que aquí se expone, examinaremos muy especialmente el tercer elemento.
El aumento de la expectativa de vida de la población es un patrón constante. La expectativa de vida en el mundo se ha más que duplicado en los últimos dos siglos, de aproximadamente 25 años a aproximadamente 65 años para los hombres y 70 años para las mujeres. [...] Si nos fijamos en las estadísticas de Brasil, los datos del IBGE muestran que la expectativa de vida promedio en Brasil a principios del siglo XX, más precisamente en 1919, era de 34 años, mientras que estas cifras subieron a 67 años ( casi se duplicó) en 1991 y pasó a 72 años en 2007. Desde principios hasta fines del siglo XX, la expectativa de vida se duplicó en Brasil. (NAHRA, 2013, p. 91).
Después de todo, si hay un crecimiento de la población mundial, también tenemos un aumento en la expectativa de vida, es decir, una población que envejece. A la vez, sabemos que hay una gran indiferencia hacia el anciano, lo que nos hace creer que, en tiempos de dificultades reales o supuestas, esa va a ser la población más frágil y más vulnerable al contexto de crisis. La pandemia COVID-19 revela exactamente el grado y la intensidad de la fragilidad y la vulnerabilidad, ya menudo respaldada como práctica pública por sus propios trabajadores de salud y estados.
Siendo así, debemos fortalecer una concepción de sociedad comprometida con el abordaje de los problemas socioeconómicos sin renunciar a los supuestos básicos de la dignidad humana. Desmercantilizar la vida, especialmente los ancianos, implica conceptos básicos de rescate de los derechos humanos y extenderlos con el fin de no delimitar a lo que se considera económicamente útil , la u es, defender el valor de la vida no puede ser tratada de acuerdo con la lógica liberal y de mercado, el cual negocia cada uno de acuerdo a su capacidad productiva y de consumo.
Además, esa alarma bioética nos permite analizar críticamente cómo las sociedades interpretan el lugar de los ancianos en la economía de cada Estado-nación. Las reformas relacionadas con la seguridad social en Brasil, por ejemplo, además de todas las cuestiones ético-políticas relacionadas con la transición de un modelo de distribución a la capitalización, son un ejemplo significativo de la forma en que se interpreta negativamente la participación social de las personas mayores.
La forma en que empezamos a enfrentar el envejecimiento tiene repercusiones ético-políticas sustanciales en las discusiones sobre el lugar del sujeto anciano en la sociedad brasileña , es decir, sobre el tipo de sociedad que pretendemos construir y qué relaciones queremos tejer en el ínterin. Este lugar, además de forjar una epistemología sumamente relevante para la reflexión social, nos invita también a pensar en los mecanismos y las políticas públicas que queremos y los que no podemos aceptar como una imposición de intereses económicos , pues que rigen la vida de las políticas minoritarias más diversa como la de los ancianos.
Consideraciones finales
Tenemos una clara necesidad de producir y proveer espacios interdisciplinarios de socialización, involucrando el proceso de enseñanza y aprendizaje, dirigido a las personas mayores. Vivimos en un período de la historia en el que el sistema económico parece prevalecer y solidificar una mentalidad, o más bien, una racionalidad neoliberal (Casara, 2018) que viola los derechos básicos de los sujetos considerados desechables en el mercado de la vida. Es, por así decirlo, un necroeconomia la política a partir de la fusión de ese paradigma por las medidas del gobierno.
En ese campo, el sujeto anciano comienza a ser percibido por la comunidad como un individuo desechable, ya que se entiende como una que ya no corresponde a las necesidades y la urgencia de un tiempo presente, acelerado. Esto hace con que surja la idea de que la juventud es útil de la misma manera que la vejez es para desecharse. Así, asocian se las etapas de la vida a su potencial y a su velocidad de producción, muy relacionada con la formación de un sujeto como consumidor - consumible (Oliveira, Tavares, 2018).
El impacto de este imaginario, que se refleja en espacios públicos y privados, referenciados en políticas públicas de desprecio, genera no solo camadas de menosprecio, sino la propia negación de la vejez, llevando el sujeto anciano al sufrimiento y la exclusión simbólica y concreta. Además de entorpecer posibilidades y potencialidades, enmascara la belleza de la vida e induce la devaluación del propio envejecimiento. Con ello , se profundiza una práctica que reedita la medicalización de la vejez en todos los ámbitos de la vida, dado que las personas mayores son percibidas y reforzadas en todas las instancias y en todo momento como improductivas, inútiles y dependientes.
En esta lógica, la noción de dependencia y se enmascara el aspecto interactivo de las relaciones intergeneracionales , en las que cada uno participa de manera cooperativa y colaborativa, creando una relación de interdependencia. Reconocer la característica positiva y enriquecedora de esta interdependencia de relaciones deshace el nudo que despoja del valor a cada sujeto, inclusive y sobre todo a los ancianos.
Podemos concluir que una agenda educativa más integral e inclusiva debe tener entre sus metas de creación, la implementación y el seguimiento de una serie de actividades que involucren proyectos para la población anciana en su conjunto y, particularmente para aquella en situación de mayor vulnerabilidad.
Sin embargo, cabe destacar, antes de concluir, la pluridiversidad de la comunidad de ancianos. Por lo tanto, dichos proyectos deben reconocer la singularidad de ese sujeto, así como sus recorridos y sus trayectorias específicas atravesando las oportunidades y las desigualdades estructurales que se materializan de manera diferente sobre los grupos.
De esta forma, la comunidad de ancianos debe ser percibida en su complejidad, en la cual los componentes de la raza, de clase, de género y de la sexualidad son parte del reconocimiento de estos individuales como sujetos situados , con una historia que les pertenence. Este s reconocimiento y amplía enormemente y enriquece la forma en que podemos construir caminos hacia un futuro más generoso, atento y cuidadoso.
De esta forma, las instituciones que ofrecen herramientas que pueden acomodar las demandas del universo y mejorar el intercambio de conocimientos entre los diferentes grupos de edad, teniendo en cuenta la diversidad que contienen, que pueden estimular una amplia ciudadanía, a través de la socialización de afectos. Por lo tanto, creemos que podemos señalar un horizonte en el cual se reconoce la dignidad de las personas mayores y, de este modo generar caminos que promuevan hacia sociedades más democráticas e igual para todos, todes y todo.
Referencias revisar
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ACERCA DE LOS AUTORES
FABIO ALVES GOMES de OLIVEIRA Tiene un doctorado en Filosofía de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), con un período intermedio en el Centro de Teoría Moral, Social y Política de la Universidad Nacional Australiana (ANU),una Maestría en Filosofía de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), profesor del Departamento de Humanidades y el Programa de Posgrado en Bioética, Ética Aplicada y Salud Colectiva (PPGBIOS) de la Universidad Federal Fluminense (UFF), coordinador del Laboratorio de Ética Ambiental (LEA), miembro colaborador del Antígona - Laboratorio de Filosofía y Género y d del Centro de Etica Aplicada(NEA),ambos de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ)y DEGENERA: Centro de Investigación y Deconstrucción de Géneros de la Universidad Estatal de Río de Janeiro(UERJ) Universidad Estadual do Estado do Rio de Janeiro ( , coordinador del Proyecto de Extensión de Cine Color: Diversidad en Pantalla, y colaborador del Curso de Justicia Social y Extensión de Derechos Básicos: desde una perspectiva más inclusiva
Correo electrónico: fagoliveira@id.uff.br
THIAGO DA SILVA GABRY es pedagogo por el Instituto Fluminense Noroeste de Educación Superior de la Universidad Federal Fluminense (UFF).
Correo electrónico: thiagosgabry@gmail.com
Recibido: 29.04.2020
1 Dedicamos este texto a dos sujetos mayores con los que he compartido diferentes momentos de mi vida hasta ahora: Nilza y Theo. El primero me enseñó sobre la sencillez; el segundo sobre la amistad entre especies (Fabio Oliveira).
2 La caída de las tasas de analfabetismo se produjo en todos los grupos de edad, quedando la población mayor de 65 años con la mayor incidencia de analfabetismo (25,7%), [...] . El envejecimiento de la población analfabeta se puede observar a partir de la distribución de esta población por grupos de edad. En 2015, el 60,5% de los analfabetos tenía más de 55 años, mientras que en 2005 este porcentaje era del 47,5%, es decir, las personas mayores se convirtieron en la mayoría del total de la población analfabeta . (IBGE, 2016, pág.65).
3 Para obtener más información, lea: Gonçalves, L; Dias, MC (2020).
4 Para más información sobre el concepto de medicalización y de su conexión con la educación , ver: Viégas . L. y col . (2014).
5 LEY - N ° 8.842, de 4 de enero de 1994.
6 Después de siete años en el Congreso Nacional Brasileño, en 2003, el Estatuto del Anciano fue sancionado por el presidente Luís Inácio Lula da Silva. Es un instrumento legal (118 artículos) que combina muchas de las leyes y políticas ya aprobadas. Su objetivo principal es reforzar los lineamientos presentes en el PNI [Política Nacional de Mayores]. (LINS, 20016, pág. 5).
7 Sobre la violencia ver: JOVEN, Iris Marion. Justicia y política de la diferencia . Nueva Jersey: Princeton University Press, 1990.
8 Contrastando los discursos y representaciones sociales sobre el anciano, está el “ido” como el que era, el “viejo” como obsoleto, el anticuado, desfasado, la “vejez” terminología creada en Francia a finales de los años 60. La primera edad se caracteriza por la dependencia e inmadurez del niño y el inicio de la adolescencia, la segunda, por la productividad y la tercera, por el retorno o regresión a la improductividad. En esto, es común encontrar el eufemismo de la mejor edad, apelaciones [...] atractivas y comerciales, conceptos que traen la dimensión de procesos capitalistas, [...] que se refiere al proceso de envejecimiento y no a la reedición de la adolescencia. a edades más avanzadas. De ahí la escritura del término “envejecimiento” y no envejecimiento , con “ sc ”, [...]. (SCURO, 2012, pág.37).
9 El término "adulto mayor" [...] incluye a los adultos a partir de los 60 años y las personas mayores, que en algunos [...] momentos también llamamos ancianos o ancianos. (LINS, 2013, pág.120).
10 [...] El profesional gerontólogo educativo, egresado, debe desarrollar sus funciones actuando en cuatro grandes campos: educación institucional, educación en otros contextos, servicios sociales especializados y salud, siendo que estos dos últimos campos sean vistos desde una perspectiva educativa, trabajando siempre en las tres grandes áreas de la gerontología educativa: [...] delimitando la educación / formación como foco. [...] Sin embargo, la formación inicial en gerontología se llenó con la aparición de las licenciaturas en gerontología, [...], esta brecha aún existe en relación a la formación inicial en gerontología social y gerontología educativa. Lamentablemente, la profesión de “gerontólogo” aún no está regulada. (LINS, 2013, pág.119).
11 Para obtener más información sobre la ética del cuidado, consulte: Mayernyick , M. A; Oliveira, FAG Cuidado empático: contribuciones a la ética y su interfaz con la educación en salud moral , 2016.
12 Ley de Bases y Lineamientos de la Educación Nacional - Ley N ° 9.394, de 20 de diciembre de 1996.
13 FUNDACIÓN PERSEU ABRAMO. Las personas mayores en Brasil: experiencias, desafíos y expectativas en las personas mayores . Resultado de la investigación publicado el 7 de mayo de 2007.
14 El término "pedagogía" en sí, que significa teoría o ciencia de la educación y la enseñanza, tiene su origen en la educación de los niños. En la etimología de la palabra, de origen griego, “ payós ” significa niño. (PERES, 2013, pág.63).
15 Usaremos la nomenclatura “grupos en riesgo” en este artículo para hacer justicia a la forma en que la OMS se ha referido a aquellos y aquellos que son más susceptibles a morir durante la pandemia. Destacamos, sin embargo, nuestro rechazo a esta terminología, entendiendo que enmascara la vulnerabilidad social que se produce y gestiona por las relaciones de poder biopolíticas y medicalizanes. Por lo tanto, sugerimos utilizar el término "grupos en riesgo".
16 Referencia a “ Sofia's Choice ” de Willian Styron , adaptada para el cine por Alan J. Pakula, en 1983.