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METAMORFOSES DE LA EDUCACION SUPERIOR BRASILE�A:

DE "FORMACI�N DE �LITE" A "PRAGMATISMO RAMPANTE"

 

Entrevista con Afr�nio Mendes Catani

 

 

Marcos Marques de Oliveira

Universidad Federal Fluminense

Niter�i, RJ, Brasil

 

 

Nevaldo Leoc�dia Bastos Junior

Universidad Federal Fluminense

Niter�i, RJ, Brasil

 

DOI: https://doi.org/10.22409/mov.v7i14.45742

 

 

 

A principios de 2019, la Pro-Rector�a de Estudios de Posgrado, Investigaci�n e Innovaci�n de la Universidad Federal Fluminense (PROPPI/UFF) lanz� otro anuncio de profesor visitante. Jorge Nassim Vieira Najjar, entonces Coordinador del Programa de Posgrado en Educaci�n de UFF, nos vino emocionado por la noticia de la posibilidad de tener la presencia de Afr�nio Mendes Catani, Profesor Titular de la Facultad de Educaci�n de la Universidad de Sao Paulo (USP), que se retiraba.

Con el aval del colegiado, hicimos el registro y est�bamos esperando el resultado del edicto popular - que por lo general trae importantes investigadores de diversas �reas para reforzar los cursos de maestr�a y doctorado de la instituci�n. La noticia positiva no fue una novedad, debido al extenso y cualitativo curr�culo de nuestro entonces candidato. Pero corrobor� una de las principales caracter�sticas del difunto profesor Jorge Najjar: la intensa dedicaci�n que siempre puso a disposici�n para honrar los numerosos cargos que ocup�, dentro y fuera[1].

Es en honor de �l, por lo tanto, que dedicamos la transcripci�n de esta entrevista con Afr�nio Mendes Catani � quien, para nuestro honor, acaba de renovar su contrato por otro a�o como Profesor Visitante del Programa de Posgrado en Educaci�n en UFF.

En esta conversaci�n, de casi cuatro horas de duraci�n, el tema central fue en torno a las metamorfosis que ocurrieron en el sistema de educaci�n superior brasile�o, que seg�n el especialista tiene cuatro hitos institucionales fundamentales: la creaci�n de la USP, en la d�cada de 1930, se centr� en la formaci�n de las �lites de Sao Paulo; la reforma universitaria llevada a cabo por la Dictadura Militar a finales de la d�cada de 1960, que marc� un primer movimiento para la expansi�n de las llamadas universidades federales brasile�as, con el objetivo de adoptar el modelo departamental de la universidad estadounidense; la promulgaci�n de la Ley Nacional de Directrices y Bases educativas (LBDEN) de 1996, durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, que ten�a como objetivo actualizar nuestro sistema de educaci�n superior a las prerrogativas privatizacionistas de un proyecto de integraci�n del pa�s a la globalizaci�n transnacional; y, por �ltimo, las pol�ticas educativas de los gobiernos de Lu�s In�cio Lula da Silva, quienes con miras a configurar un nuevo movimiento para ampliar la matr�cula en la educaci�n superior brasile�a, buscaron combinar iniciativas que satisfagan tanto los intereses de los sectores de la educaci�n privada, como las prerrogativas de los movimientos de la sociedad civil que act�an en defensa de la Educaci�n P�blica. "Debidoa la extensi�n continental de Brasil, as� como a los intensos conflictos resultantes de los intereses de agentes tan diversos, todas estas 'reformas' no se completaron de manera efectiva, sino que de alguna manera se produjeron como resultado del escenario que tenemos hoy en d�a. Escenario, hay que decir, que no es el mejor, ya que actualmente vivimos, en la sociedad brasile�a, una especie de ultraconservativo, anticient�ficay antidem�crata 'contrarreloj'reforma', que ha estado poniendo en control los pocos, pero importantes, avances que hemos logradoen el campo de la educaci�n superior en los �ltimos a�os", dijo Afr�nio Mendes Catani, quien inici� este di�logo dici�ndonos un poco de su trayectoria profesional. r

 

1. Buenas tardes, profesor. Antes de tratar directamente el tema principal de esta entrevista, que se articula con el tema del n�mero de nuestra revista Movimento, que se refiere a las transformaciones que se han producido en nuestras pol�ticas de educaci�n superior, nos gustar�a conocer su trayectoria profesional. �C�mo se transform� esta licenciatura en Administraci�n P�blica en un experto y reconocido soci�logo especializado en temas educativos y culturales?

 

� En primer lugar, me gustar�a dejar constancia del placer de volver a contribuir a la revista Movimento, que he hecho all� para la d�cada de 2000, en un art�culo con Mario Azevedo, un entonces mentor que fue vicerrector de la Universidad Estatal de Maring� (PR). Especialmente ahora que soy profesor visitante del Programa de Posgrado en Educaci�n en UFF. Sobre la cuesti�n, en�codiciendo que me cri� en el interior del Estado de Sao Paulo, en la ciudad de Piracicaba, que est� a 150 km de la capital. Mi padre, hijo de inmigrantes italianos, fue profesor de Qu�mica Anal�tica en la Escuela de AgriculturaLuiz de Queiroz,�la famosaEsalq. Creado en este entorno, en la fase de elecciones de continuidad de la escolarizaci�n, vi que no hab�a pendientes para el llamado campo cient�fico, que era lo que marcaba esta regi�n. Diferentemente, lo m�s cercano que tuvimos era un curso de Ciencias Sociales en R�o Claro (SP), que est� a unos 50 km de distancia, pero, para ser honesto, nadie sab�a muy bien lo que era esto, incluso confundido con el Trabajo Social. Finalmente, casi todos los j�venes de aqu� fueron a la zona de Agronom�a, Ingenier�a o Odontolog�a, que eran �reas fuertes all�. Y convenc� a mi padre, con cierta resistencia, de salir de casa hablando del curso de Administraci�n de Empresas que exist�a en la Fundaci�n Get�lio Vargas (FGV-SP), lo que imagin�, con alguna raz�n, algo parecido a la Econom�a. De esta manera, cuando ten�a diecisiete a�os, me fui a vivir a la capital. Pero a�n no estaba inscrito. Hice algunos cursos y tom� el examen de ingreso. Termin� entrando para hacer Administraci�n P�blica, un curso gratuito en ese momento. Y tuvo suerte, porque se asemeja a una escuela estatal, de tipo franc�s o americano. Y, por lo tanto, en �l hab�a un muy poderoso Departamento de Ciencias Sociales en el campo de la Sociolog�a. Tom� clases con Maur�cio Tragtenberg, Sergio Miceli, Jos� Carlos Durand y Vilmar Faria, por ejemplo. Y no s�lo eso. En el �mbito jur�dico, tom� clases con Eros Roberto Grau, que lleg� a ser ministro del Tribunal Supremo Federal, y con Celso Antonio Bandeira de Mello, gran nombre de Derecho Administrativo. Y ya en el segundo semestre empec� a actuar como monitor, lo que ya demostr� que mi camino no era ser administrador, sino que actuar�a en el �rea p�blica, pero de otra manera. Yo era un ni�o burgu�s, pero ten�a un colega que ven�a de los extractos m�s simples de nuestra poblaci�n, y me dijo algo que traduce bien esta experiencia: "Get�lio Vargas nos ense�� a hablar". Incluso he escrito un art�culo al respecto. En la escuela secundaria, como se llamaba en ese momento, era terrible. Est�bamos en medio de la dictadura militar, y la �nica participaci�n posible era estar callados y tomar las pruebas. FGV-SP, por otro, sigui� el sistema norteamericano que ten�a la famosa puntuaci�n de participaci�n. Tuve las pruebas y el trabajo, por supuesto, pero todos se vieron obligados a hacer seminarios y por lo tanto obligados a hacer conjeturas. Cuatro a�os de experimentar este modelo permite una gran tr�queo, terminamos aprendiendo en la marra. Un complemento es que estuvimos en Sao Paulo, con gran oferta cultural, especialmente cines, un h�bito que trabaj� con mi padre, todav�a en el campo, ya que Piracicaba, a pesar de parecer un entorno cultural "asfixiante" para un perfil como el m�o, era una ciudad relativamente desarrollada. En la capital, por supuesto, este h�bito cultural se ha expandido, y otros se han desarrollado, como el aprendizaje de idiomas extranjeros. Y fue en el monitoreo, con Sergio Miceli, que comenc� mis estudios sobre Pierre Bourdieu. Incluso tuve la oportunidad de ser recibido por Miceli en Francia. As�, un ni�o que casi nunca hab�a salido de Piracicaba termin� en Par�s. Volvi�, y termin� qued�ndome all�. A mi regreso, terminando el curso en FGV, comenc� mi Maestr�a en Sociolog�a con el profesor Gabriel Cohn en la USP. Este movimiento, desde personas de otros cursos hasta Ciencias Sociales, no era infrecuente. Incluso si hubiera cierta resistencia de aquellos que hicieron el camino m�s tradicional. Es interesante notar que la disertaci�n se bas� en la historia del cine brasile�o, habiendo discutido mucho con Paulo Em�lio Salles Gomes, el mayor cr�tico de cine brasile�o de la �poca. Obtuve una beca de la Fundaci�n Estatal de Apoyo a la Investigaci�n de Sao Paulo (FAPESP), que se articul� con una disciplina de la Escuela de Comunicaci�n y Artes (ECA-USP), donde estudi� algunas asignaturas. Y ah� es donde llegu� a la sociolog�a en la USP, con la recepci�n del profesor Gabriel Cohn. Luego, como profesor, como era muy com�n en ese per�odo, complet�, en 1992, mi formaci�n en la zona con un doctorado en Sociolog�a, bajo la direcci�n de la profesora Helo�sa Rodrigues Fernandes � de nuevo con una investigaci�n sobre cine brasile�o. Paralelamente a este proceso de formaci�n, con respecto a la trayectoria profesional, comenc� a trabajar como profesor por hora en FGV-SP, al mismo tiempo que comenc� a escribir para varios lugares, para complementar los ingresos. Y luego, a principios de la d�cada de 1980, fui al campus de la Universidad Estatal Paulista (Unesp), en Araraquara, en el �rea de Administraci�n Escolar, para colaborar con el profesor Jorge Nagle. A mediados de la misma d�cada, hice un concurso para la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp), en el que me qued� un corto tiempo. Poco despu�s, llegu� a la Escuela de Educaci�n de la USP, donde me retir� el a�o pasado. Un �ltimo punto a considerar es que los campos del conocimiento no eran tan�dif�ciles. Fuimos, de hecho, muy intuitivos y curiosos, ya que hab�a una peque�a divisi�n intelectual del trabajo, lo que permit�a una gran interdisciplinariedad. Hoy en d�a es diferente, ya que no podemos leer o lo que sale en nuestra �rea central de investigaci�n, lo que denota la necesidad de una intensa especializaci�n. Eran activos diferentes, en los que ten�amos m�s tiempo para entrenar, para adquirir un caldo m�s alto de cultura. Hoy en d�a, el requisito de curr�culo y producci�n es mayor para entrar en el mercado laboral, en cualquier �mbito.

 

2. Con su respuesta, observamos que usted no s�lo es un investigador de las transformaciones de la educaci�n superior brasile�a, sino tambi�n testigo de los cambios que la universidad brasile�a ha experimentado en las �ltimas d�cadas. Tambi�n habla de un per�odo muy importante para la estructuraci�n de la educaci�n superior brasile�a, que es poco despu�s de la llamada Reforma Universitaria de la Dictadura Militar, que ocurri� en 1968. En uno de sus escritos, usted afirma que esta reforma, a pesar de haber sufrido la influencia del modelo departamental de la universidad estadounidense, no tuvo pleno �xito. �Qu� quiso decir? [2]

� Para hablar de ello, tendremos que retroceder un poco, ya que considero que hay cuatro momentos hist�ricos e institucionales que demarcan las principales metamorfosis que ocurrieron en el sistema de educaci�n superior brasile�o: la creaci�n de la USP, en la d�cada de 1930; la reforma universitaria que citamos, llevada a cabo por la Dictadura Militar a finales de la d�cada de 1960; la Ley Nacional de Directrices y Bases de Educaci�n (LBDEN) de 1996, durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso; y, finalmente, las pol�ticas educativas de los gobiernos de Lu�s In�cio Lula da Silva. Debido a la extensi�n continental del Brasil, as� como a los intensos conflictos resultantes de los intereses de agentes tan diversos, todas estas "reformas" no se completaron efectivamente, pero de alguna manera se produjeron como resultado el escenario que tenemos hoy en d�a. Escenario, hay que decir, que no es el mejor, ya que actualmente vivimos, en la sociedad brasile�a, una especie de contrarreforma ultraconservadora, anticient�fica y antidemocr�tica, que ha estado poniendo en marcha el control de los pocos, pero importantes, avances que hemos logrado en el campo de la educaci�n superior en los �ltimos a�os. Pero volvamos a cada uno de ellos, basado en una referencia bibliogr�fica que usar� en mi curso este semestre aqu� en UFF, que es obra del profesor Luiz Antonio Cunha, uno de nuestros mayores expertos en el tema. En resumen, el modelo que la sociedad brasile�a trat� de seguir es una mezcla predominante de dos aspectos: napole�nico y tardiano. El primero proviene de la experiencia francesa posrevolucionaria, basada en la desconfianza de Napole�n Bonaparte hacia las universidades del Antiguo R�gimen, visto como restos del antiguo orden estatal que sobrevivi� a la Revoluci�n Francesa. �Y qu� hace? Algo de lo que se est�n dando experiencias fgv: la creaci�n de escuelas profesionales. Por lo tanto, tenemos un sistema universitario que persiste, junto con un sistema de escuelas profesionales� las grandes �coles estudiadas por Pierre Bourdieu, que forman las �lites profesionales de la naci�n. Como es el caso hoy en d�a, en Francia y Alemania, por ejemplo, donde muchos prefieren tener poder en una empresa estatal francesa que salarios m�s altos en una multinacional. Ejemplos concretos: la Escuela Normal Superior, la Escuela de Minas, la Escuela de Puentes y Caminos. M�s que lo que hace la administraci�n portuguesa en Brasil, cuando la Familia Real lleg� a principios del siglo XIX. El punto es que, aqu� en Brasil, la institucionalizaci�n no se llev� a cabo de una manera completa y robusta. Nuestra estructura se mantuvo estable, como lo demuestra la permanencia de la Presidencia hasta 1968, que fue extinguida por la reforma dictatorial. Extinta, pero de alguna manera persistente en la pr�ctica en diversas facultades, como Medicina y Derecho, en las que todav�a hay dominios muy claros de ciertas personas y grupos � que trabajan, en departamentos, como si fueran presidentes, donde todo lo que sale de "mi laboratorio, soy el autor". Es lo que Charles Wright Mills llamar�, en la d�cada de 1950, en los Estados Unidos,� Academic stateman" � personas que hacen, por supuesto, obras relevantes, pero que, despu�s de eso, se convierten en administradores de verdaderos complejos de investigaci�n. Dar un salto, y luego volver, es lo que tenemos hoy, por ejemplo, en el �rea de la medicina, con revistas electr�nicas, con art�culos cortos y un gran n�mero de autores. Todo sali� de "mi laboratorio", est� ah�, pero lo que cuenta son el nombre y los segundos nombres, que fueron los que realmente hicieron la investigaci�n, y el �ltimo, que es el de los estadistas. La universidad en Brasil fue lenta para consolidar, tal vez por nuestras caracter�sticas culturales. Una econom�a tard�a que fue quiz�s la �ltima en Am�rica Latina en preocuparse por tener un t�tulo universitario. Eslaimplementaci�n tard�a del esp�ritu universitario termina pesando enel "frigir de huevos". Incluso la USP, al principio, era s�lo un edificio, algunas aulas, una sala colectiva de maestros y una secretar�a. La expansi�n � con arquitectura y vivienda adecuada, especialmente laboratorios � se est� produciendo lentamente, de acuerdo con la aparici�n de institutos y futuros campus. Adem�s, siguiendo la tendencia norteamericana, seg�n Jean Baudrillard, espacios propicios para la reflexi�n y los estudios, debido a la eliminaci�n, pero poco propicio para las protestas. Al final, fue el sistema de Portugal: la Corte de Lisboa; la universidad en Coimbra. En el caso de la USP, vale la pena recordar, que la premisa inicial era que cada estudiante pasaba por la c�lula mater, que era la Facultad de Filosof�a, Ciencias y Letras - que termin� sin suceder. La medicina, por ejemplo, nunca lleg� al campus. La ley se mantuvo cerca de los tribunales. Y, ingenier�a ha llegado recientemente, la Escuela Polit�cnica. En cualquier caso, la USP, creada en 1934, fue una respuesta educativa de la Burgues�a de Sao Paulo a sus sucesivas derrotas pol�ticas, que no correspond�an a su poder econ�mico. Trataron de afirmar, como han dicho Florest�n Fernandes y Claude L�vi-Strauss, que el modelo de dominaci�n basado s�lo en "el m�dico, el abogado y el ingeniero", no estaba funcionando. Deber�amos tener un cuarto elemento: las Ciencias Sociales. Y el modelo m�s completo de este cuarto elemento se estaba implementando en la propia capital de Sao Paulo, que fue la Escuela Libre de Sociolog�a Pol�tica (ELSP), creada en 1933, que se inspir� en la sociolog�a americana, de la marca cuantitativa, basada en t�cnicas de sondeo, como lo famoso Survey, que ser�a, en teor�a, m�s capaz de capturar la realidad. Inicialmente, uno de los aspectos m�s destacados fue la encuesta electoral realizada por Donald Pierson. En el caso de la USP, volviendo un poco, tratamos de articular este modelo napole�nico de profesionalizaci�n con la base germ�nica Huboldtian, que tiene como objetivo articular la ense�anza, la investigaci�n y la extensi�n, que, en esencia, tiene como objetivo lograr una universidad integrada con la sociedad. Es bueno recordar que la USP no fue el �nico intento de esta naturaleza. Ten�amos otras iniciativas en Brasil. E, incluso, creo que hubo un poco m�s de �xito en Unicamp, que comenz� sus actividades en 1966, a trav�s del trabajo del doctor Zeferino Vaz, y en la Universidad Nacional de Brasilia (UNB), creada en 1962, por iniciativa del antrop�logo Darcy Ribeiro. El significado principal, al menos inicial de ellos, era la conexi�n con las respectivas comunidades, una universidad integrada a la colectividad. Zeferino ten�a una frase que defin�a bien este prop�sito: "�Qu� es la universidad? Cerebros, cerebros y cerebros que interact�an con la sociedad". Por otro lado, la USP, cuyo tama�o, en t�rminos de inscripci�n, es la suma de Unicamp y Unesp, termin� acerc�ndose al modelo norteamericano que el modelo europeo, aunque pensemos en los tama�os, diferenciados, de las metr�polis de cada regi�n. �Y qu� obtuvo Unicamp? Ser una universidad que combina bien, incluyendo en n�mero de estudiantes, pregrado y graduado. Por otra parte, la UNB result� ser, se puede decir, pero inclusiva � siguiendo las tendencias de lo federal, a�n m�s contempor�neo, con la adopci�n pionera de acciones afirmativas en formas de cuotas. El hecho es que, como he dicho, Brasil es un pa�s continental y, aunque acogemos con benepl�cito esta supuesta diversidad de modelos, en t�rminos cuantitativos el crecimiento fue lento y inferior a nuestras necesidades. De hecho, lo que tenemos es un h�brido, en el que las llamadas escuelas profesionales operan dentro de las propias universidades. Y esto se debe, sin duda, a la reforma universitaria llevada a cabo durante la dictadura militar, que ampli� las unidades federales en varias regiones del pa�s.

 

3. Sabemos que esta expansi�n se produjo vinculada a un proyecto de desarrollo nacional autoritario, ya que no pod�a dejar de estar en un ciclo dictatorial. Sin embargo, parece que esta estructura basada en el estado, en lugar de obtener una resignificaci�n por un per�odo de redemocratizaci�n, termin� convirti�ndose en funcional. Desde nuestro punto de vista, la universidad p�blica, despu�s de ocupar un lugar importante como lugar de resistencia democr�tica en la d�cada de 1970, mantuvo cierta legitimidad en la d�cada siguiente, lo que se demuestra por su reconocimiento durante el Proceso Constituyente de 1987-88. Pero poco despu�s, ya en el gobierno de Fernando Collor, elegido a finales de 1989, una amenaza liberalizadora constante y radical se apoder� de ella. Esto, en el �mbito educativo, indic� la necesidad de una acci�n m�s eficaz del Estado en la Educaci�n B�sica, mientras que en la Educaci�n Superior se abrir�a un mayor espacio para el sector privado. �Tiene sentido esa l�nea de razonamiento?

 

"S�, lo hace. Este tema se remonta, incluso, a la muy dura perspectiva que el profesor Jos� Goldemberg (ex Rector de la USP, que ocup� el cargo de Ministro de Educaci�n, entre 1991 y 1992, en el gobierno del Collor) tuvo del sistema federal de educaci�n superior. Dijo, en resumen, por supuesto, lo siguiente: "Tenemos, en Brasil, media docena de universidades. El resto son excelentes escuelas. Y, por lo tanto, tenemos que centralizar los recursos en aquellos que realmente investigan". Paulo Renato de Souza, Ministro de Educaci�n del gobierno Fernando Henrique Cardoso, entre 1995 y 2002, llevar� esto alas �ltimasconsecuencias. Por ejemplo, implement� el Bono de Est�mulo Docente (GED), que ten�a como objetivo estimular una mayor carga de trabajo en el aula, en detrimento de la investigaci�n y la extensi�n. Hay que decir un llamamiento para que no se incorpore al salario y que tambi�n tenga por objeto desalentar las huelgas. Incluso hay que decir que hay una gran captaci�n, ya que no ha habido ajustes salariales durante mucho tiempo. Pero el hecho importante es que, de alguna manera, esto caracteriz� err�neamente el modelo universitario que busca un equilibrio entre la ense�anza, la investigaci�n y la extensi�n. Los gobiernos de la FHC, en de hecho, adoptaron�� otras medidas de endurecimiento, reduciendo la contrataci�n incluso en caso de vacante. De alguna manera, es lo bien definido�que otro importante erudito de la ciencia, el profesor Carlos Roberto Jamil Cury, hablando del papel de ldben en 1996, dijo que termin� "actualizando" la estructura de la educaci�n superior brasile�a a la escena internacional. Pero, desde mi punto de vista, en forma de internacionalizaci�n, por desgracia, subordinada y poco a varias. Ser�a una "autonom�a evaluada".

 

4. En su texto ya mencionado, analizando lo que estaba sucediendo en ese momento, usted fue tan largo como para afirmar: "En la d�cada de 1990 [...] las reformas estatales y de educaci�n superior ten�an el liberalismo ortodoxo emulado por el Banco Mundial como su marco te�rico". Y que, "a principios del siglo XXI, cualquier movimiento de reforma universitaria que se pretende aplicar en el mundo, entre otras inspiraciones y referencias, est� obligado a mencionar el Proceso de Bolonia". Y usted lo defini�: "La educaci�n superior como un bien p�blico, asumiendo una dimensi�n social y una pol�tica p�blica democr�tica, parece considerablemente descuidada en el Proceso de Bolonia". En t�rminos generales, �c�mo pas� este proceso por los debates sobre la educaci�n superior brasile�a en la d�cada de 2000?[3][4]

 

� El Proceso de Bolonia es, s�, una cuenca hidrogr�fica. Y, para que conste, este art�culo, escrito con dos amigos, gener� mucha controversia, siendo quiz�s uno de mis textos m�s citados. Pero las tendencias, incrementadas por este documento, son anteriores. Unos a�os antes de su publicaci�n, particip� en una mesa en un congreso, en el que estuvieron Pedro Krotsch, un fallecido profesor argentino, el soci�logo Luiz Antonio Cunha, y Juan Carlos Campbell Esquivel, profesor jubilado de la Universidad Cat�lica de Valpara�so (Chile). El tema era sobre la relaci�n entre lo p�blico y lo privado en Educaci�n. Y Cunha, en ese momento, escribi� un art�culo que tiene un t�tulo muy feliz: "Lo p�blico y lo privado: una frontera en movimiento". Hasta entonces conoc�amos los l�mites de esta frontera: p�blico, que era libre; privado, que se pag�. Y en general, en el contexto de la educaci�n superior, el p�blico era mejor que el privado. En particular, los privados ocupados, no podemos negar, con m�s excelencia algunos nichos de mercado. El borde comienza a moverse cuando comienzan las evaluaciones. Incluso con los miembros de muchos rectores que anteriormente estaban en contra de cualquier propuesta de control. Pero a medida que los resultados salen bien, cambian su postura. El profesorKrotsch, que dirig�a una de las revistas acad�micas m�s importantes de Argentina, Pensamiento Universitario, dijo que la relaci�n entre lo p�blico y lo privado comenz� a ser borrosa, es decir, borrosa. Y Campbell present� el marco chileno, en el que hab�a buenas instituciones tanto en el sector privado como en el sector p�blico. Pero con un factor agravante: ninguno con propina. En el caso brasile�o, el sector p�blico domina significativamente la escuela de posgrado, con un sistema de evaluaci�n grande y complejo, que se basa en agencias de financiaci�n de la investigaci�n y la regulaci�n por pares. Lo que ha asegurado una cierta calidad. Lo que opera a este nivel es, de hecho, el control por evaluaci�n, a trav�s de una serie de indicadores, especialmente los de publicaci�n en revistas cient�ficas, con una creciente demanda de internacionalizaci�n. Y una especie de internacionalizaci�n unidireccional, basada en el predominio de la lengua inglesa, en la ilusi�n de que las obras ser�n le�das por un p�blico supuestamente m�s amplio. Y estos criterios terminaron, por lo tanto, pasando por licitaciones p�blicas, con este tipo de publicaci�n adquiriendo m�s relevancia que las habilidades de ense�anza y las actividades salientes. Y, como es el caso por ah�, lo que viene a prevalecer es el perfil del "Academic stateman", como ya dijo Wright Mills, cuando analiz� el escenario americano de la d�cada de 1950 � que, actualmente, son verdaderos gerentes de fondos de investigaci�n, incluyendo, como un caso que conoc� en Inglaterra, a trav�s de la contrataci�n de estudiantes graduados para ense�ar en el lugar del maestro, de modo que �l, en resumen, investiga. Si no lo hace, no sobrevivir� en el sistema acad�mico. En el otro lado del final, hay j�venes graduados, reci�n graduados, supergradues, que necesitan ense�ar en varias instituciones para sobrevivir. Es como define el soci�logo brit�nico Michael Burawoy: Las universidades americanas se convierten en organizaciones empresariales, con dos caracter�sticas principales. En primer lugar, todo est� cargado, empezando por la matr�cula. En segundo lugar, los salarios var�an seg�n la productividad de los maestros. Otro efecto son las pol�ticas de recorte presupuestario, que aplanan la base salarial y los contratos de trabajo se vuelven temporales. Tambi�n, como dije, con la contrataci�n de estudiante de postgrado en situaciones precarias. Y aquellos que todav�a tienen contratos m�s largos, terminan sin poder avanzar en la carrera. Por �ltimo, como tambi�n ha ocurrido en Brasil, todas las dem�s actividades perif�ricas (seguridad, transporte y, entre otras, limpieza) han subcontratado contratos, cuyas empresas, en general, se preocupan poco por cuestiones laborales. Esto es lo que estamos viendo pasar aqu�, en el campo. Los presupuestos ahora se congelan cuando no se reducen. As�, la naturaleza de nuestro trabajo (en investigaci�n, ense�anza y extensi�n) se transforma. Si invierte, por ejemplo, en la producci�n de libros individuales, hace un camino equivocado. El incentivo es que publique en revistas ya calificadas, en algunas �reas, incluida la necesidad de pagar. Si es posible, con recursos de las agencias de financiaci�n, para tener m�s legitimidad. Otro dato complementario es que esta organizaci�n de tipo empresarial termina convirtiendo a los estudiantes en una especie de mano de obra subordinada a los profesores m�s cualificados, ya que sus proyectos de investigaci�n necesitan estar anclados, en una especie de paraguas, al programa de investigaci�n del asesor. Es, al final, un proceso de profesionalizaci�n que arroja el campo cient�fico, reduciendo el espacio para la innovaci�n y el pensamiento divergente. En los programas de posgrado, por ejemplo, s�lo le dice a la evaluaci�n lo que se hace con sus estudiantes. Dejando a un lado otras formas de producci�n que implican diferentes formas de articulaci�n y asociaciones. Desde mi punto de vista, se trata de un proceso violento, que incluso estimula pr�cticas de competencia que no garantizan la calidad acad�mica, como el dudoso coautoricomo en varios textos que generalmente son el fruto de unainvestigaci�n individual (aunque bien orientada).

 

5. En este viaje hist�rico, por su an�lisis, parece que dicha autonom�a universitaria acaba siendo muy comprometida. Un proceso que, tambi�n seg�n su evaluaci�n, expresado en el texto ya mencionado anteriormente, no ha cambiado sustancialmente en los gobiernos del PT. �Cu�les son las continuidades y discontinuidades, en el campo de la educaci�n superior, entre los gobiernos de la FHC y Lula?

 

"De hecho, hay mucha continuidad, algunas distinciones y ciertas ambiguedades. Por ejemplo, el caso del Programa de Apoyo a los Planes de Reestructuraci�n y Expansi�n de las Universidades Federales, que se conoci� como REUNI. Si, por un lado, hubiera una gran apertura de universidades sin una planificaci�n adecuada, para hacer frente al clientelismo pol�tico y a los diversos intereses, por otro lado, no se puede negar la relevancia inclusiva de crear cursos y carreras en lugares remotos donde no hab�a oportunidades de acceso cualificado a la educaci�n superior. Pero una cosa que todav�a poco se investig� es el per�odo previo al comienzo del gobierno del PT, cuando hubo debates interesantes sobre las propuestas de pol�tica p�blica que podr�an aplicarse cuando Lula asumi� la Presidencia de la Rep�blica. Uno de ellos, por ejemplo, encabezado por el polit�logo Wanderley Guilherme dos Santos, que representaba, a menos que se equivocara, al grupo que ir�a al Ministerio de Ciencia y Tecnolog�a, ten�a ideas muy interesantes, basadas en c�lculos econ�micos muy fiables, de fortalecer la investigaci�n llevada a cabo en universidades p�blicas. Pero, la identificaci�nylasias que prevalecieron eran las del profesor Fernando Haddad, que se convertir�a, despu�s de Cristovam Buarque y Tarso Genro, el Ministro de Educaci�n. En t�rminos generales, sostuvo que la mayor posibilidad de ampliar el acceso, a bajo costo, ser�a para instituciones privadas, ya sean comunitarias o confesionales. Aqu� es donde se configur� el Programa Universidad para Todos (PROUNI), que permiti� la expansi�n de vacantes con recursos del mecanismo de exenci�n de impuestos. En t�rminos num�ricos, no se puede negar que fue, m�s bien, un proyecto exitoso de inclusi�n, incluido el advenimiento deocuotas econ�micas y �tnicas-raciales. Pero al final, los principales beneficiarios fueron las "f�bricas de diplomas", que fueron capaces de ganar mucho dinero, a pesar de que tambi�n se pod�a alentar a instituciones privadas de calidad como las instituciones pontificias, los confesionarios y las comunidades de buen nivel. Pero al final, termin� favoreciendo la mercantilizaci�n de la educaci�n superior. El propio Lula no admiti� cr�ticas a PROUNI, ni siquiera cr�tica st. Lo cual es una posici�n cuestionable, ya que, despu�s de todo, el papel de la academia es, s�, criticar las pol�ticas p�blicas, independientemente de nuestras posiciones ideol�gicas y partidistas. Es como Max Weber ha dicho: el intelectual es un profeta desarmado, estirado por el estado, para criticar al propio estado. Pero a ning�n poder le gusta mucho. Y siempre he sido cr�tico en este sentido, de colaborar para mejorar las pol�ticas. Tambi�n porque no es posible negar que, a�� corto plazo, los mecanismos de acceso como este son importantes para llegar a los no a cargo, especialmente aquellos que han tenido una educaci�n b�sica de baja calidad, que pueden all�, en esta experiencia, mejorar la cualificaci�n y la vida. Esto existe en gran parte del mundo, incluido el desarrollado, y que generalmente se llama educaci�n postsecundaria. Esto puede y debe existir, as� como la educaci�n a distancia en s� (Educaci�n a distancia), tambi�n muy estimulada en el per�odo. Pero no, desde nuestro punto de vista, como pol�tica p�blica prioritaria para la educaci�n superior, como pensaba el profesor Haddad, quien, no sin una cierta raz�n, consider� que invertir recursos, sin la debida consideraci�n y sin el control adecuado, en las instituciones educativas federales, ser�a un desperdicio de recursos p�blicos. Los consideraba "bolsas sin fondo", debido a demandas excesivas, casi autom�ticas, de salarios y progresiones, que invariablemente resultaban en huelgas y paros. Por lo tanto, tambi�n nace que naci� el mencionado Reuni, como un intento de referir este tema.

 

6. En un texto de 2005, usted llega a considerar a PROUNI como una radicalizaci�n del Fondo para el Financiamiento Estudiantil de la Educaci�n Superior (FIES), una vieja pol�tica p�blica, creada todav�a en la dictadura militar, que hab�a sido reformulada por la FHC, pero que tambi�n se fortaleci� bajo Lula. Incluso usted declar� que, al tratar de combinar la ciudadan�a y la privatizaci�n, el entonces gobierno termin� fortaleciendo las instituciones privadas, incluso en contra del actual Plan Nacional de Educaci�n (PNE). A�adi�: "Se rompen algunas corrientes que impidieron el acceso a la educaci�n superior, pero no hay m�s que un temor a la ciudadan�a de segunda clase a lo contemplado. Adem�s de la cuestionable calidad de los cursos ofrecidos, los beneficiarios tendr�n acceso a una ense�anza privatizacionista y guiados por la falta de condiciones que garanticen su permanencia hasta la obtenci�n del diploma". Mirando hacia el pasado, puede incluso ser dif�cil imaginar que cualquier partido, sea cual sea, podr�a renunciar a un mecanismo gubernamental con ese poder pol�tico, electoral e institucional. En este sentido, cabe destacar otra dimensi�n de continuidad entre los gobiernos del PSDB y el PT: la afirmaci�n de que ser�a posible regular este mercado educativo, a trav�s del Consejo Nacional de Educaci�n (CNE), por ejemplo.[5]

 

� Muchos investigadores, incluido yo, que participaron en un grupo de la Asociaci�n Nacional de Investigaci�n en Educaci�n (ANPEd) sobre el tema, se�alaron que estos mecanismos de control no funcionar�an. No negamos, como he dicho, la dimensi�n inclusiva de estas acciones, pero se�alamos que el contingente privado no est� satisfecho con los l�mites. En el escenario actual, con la correlaci�n de las fuerzas pol�ticas hegem�nicas que tenemos, esto es a�n m�s evidente. Si, al principio, la preocupaci�n segu�a siendo noble, vinculada a la formaci�n de las �lites, actualmente lo que vige es un pragmatismo desenfrenado. Mira los anuncios. Vi ayer en la televisi�n: "Toma tu curso sin salir de casa. Es s�lo $99.00." Hoy en d�a es muy dif�cil, este tipo de oferta sufrir alg�n freno en los �rganos de evaluaci�n y control. En los gobiernos de PT, se mantuvo la lista de inscripciones, en grado, entre p�blico y privado. Hubo una expansi�n aguda, por los mecanismos que ya hemos se�alado, pero hubo un equilibrio en la relaci�n, haciendo que el porcentaje de participaci�n entre lo p�blico y lo privado se estacione. En los �ltimos a�os, incluso hemos visto una disminuci�n en el n�mero total de estudiantes, debido a la crisis econ�mica, que se espera que empeore con la pandemia que estamos experimentando. Pero la tendencia, en la reanudaci�n, es una mayor participaci�n del sector privado. En la coyuntura actual, ser� muy dif�cil contener los lobbies privatizacionistas, que representan grupos financieros muy fuertes, con gran capacidad de influencia sobre el gobierno actual. Y mi cr�tica, recordando lo que ya he dicho sobre lo que pienso del papel del intelectual, en el sentido se�alado por Weber, es que es el gran cuello de botella hist�rico: varias pol�ticas de gobiernos, muchos incluso buenos, no se han convertido en pol�ticas de Estado. Esto demuestra una gran fragilidad de nuestra pol�tica y social.

 

7. En este escenario, del pragmatismo em desenfrenado, como usted dice, en un entorno social cada vez m�s poco cient�fico, �hay espacio para la supervivencia de un modelo humaniano, aunque h�brido, de la universidad?

 

� Incluso hoy en d�a, el sector p�blico concentra la gran mayor�a de las llamadas carreras cient�ficas. El sector privado, por otro, invierte m�s en las llamadas carreras profesionales. La �nica carrera que tiene un cierto equilibrio es la medicina, con grandes escuelas p�blicas y costosas escuelas privadas. La tendencia es que los cursos que tienenmercad se fortalezcan, no s�lo reduciendo la inversi�n estatal, sino tambi�n porque la competencia, privada, por los recursos del fondo p�blico tender� a aumentar. En el programa de posgrado brasile�o, que es de excelencia, la tendencia es que la propina se mantenga, incluso con una participaci�n ligeramente mayor del sector privado, que s�lo puede cobrarse en algunas �reas donde existe una demanda efectiva. En el �rea de la Educaci�n es que tenemos una excepci�n relativa, con gran participaci�n de la iniciativa privada � forjada, incluso, con varios profesores jubilados de universidades estatales. En el �mbito del cine, por ejemplo, donde tambi�n he trabajado, la participaci�n privada es m�s robusta que en otras. Es decir, usando la met�fora del profesor Cunha, la frontera entre lo p�blico y lo privado seguir� avanzando. Tendr� impactos diferenciados seg�n las �reas y cursos. Pero la tendencia a la privatizaci�n ganar� cada vez m�s fuerza, si no hay ning�n cambio en la coyuntura social y pol�tica que estamos viviendo. Pero dudo mucho que esto pueda suceder a corto plazo, ya que las fuerzas conservadoras o reaccionarias han demostrado ser muy procesables, incluso atacando pol�ticas p�blicas m�nimamente civilizadoras, como la acci�n afirmativa. Y no s�lo atacando la educaci�n superior p�blica, sino, en algunos casos, adoptando estrategias de formaci�n generacional � como lo demuestran los estudios m�s contempor�neos de la soci�loga Maria Alice Nogueira, con la que he organizado algunas investigaciones sobre el trabajo de Pierre Bourdieu � que no prescindir�n de lo que puede suceder en la educaci�n superior brasile�a. Estos contingentes de �lite, incluidos los profesores universitarios, est�n preparandoua sus hijos para asistir a escuelas de pregrado que se especializan en nichos de mercado, como FGV o INSPER, una famosa escuela de negocios de Sao Paulo. O, como complemento, asistir a la escuela de posgrado fuera del pa�s. La tendencia, para este p�blico, y tambi�n para algunos analistas, es que las universidades p�blicas se parecen a las instituciones universitarias francesas: se mantendr�n en un buen nivel; pero no de excelencia. Incluso por la triste suposici�n de que habr� una ca�da en la calidad por parte del p�blico que comienza a entrar debido a las llamadas pol�ticas de acci�n afirmativa. El proceso, por supuesto, no es irreversible. Depender� de lo que podamos hacer, interna y externamente, para mantener la excelencia de lo que tenemos en los estudios de posgrado y tambi�n de los llamados cursos menos valorados, incluso en el campo de la Educaci�n, la Pedagog�a y otros t�tulos. Aprovechando, contrariamente a lo que algunos creen, incluso la fuerza de los nuevos contingentes de poblaci�n que han entrado y siguen entrando en nuestros cursos, cuya condici�n de profesor, a pesar del proceso de proletarizaci�n, es mayor que los mercados laborales que alguna vez podr�an alcanzar. Desde mi punto de vista, viviremos la reclasificaci�n de algunos cursos, con un posible reposicionamiento positivo de su clientela. No es que sea optimista, sobre todo porque nuestra carrera seguir� siendo atacada, especialmente por el tipo de internacionalizaci�n, como he dicho, subordinada que estamos adoptando. Y nuestra categor�a todav�a est� en una postura mucho m�s reactiva que afirmativa. Pero tendremos que aprender a lidiar con esta situaci�n para encontrar formas de resistencia y, lo que es m�s importante, superar. Un reto es hacer m�s visible lo que hacemos dentro y fuera de la universidad. No es que tengamos que adoptar puntos de vista de sentido com�n sobre el trabajo docente. Pero explique las particularidades de nuestra profesi�n. Algunas de las personas m�s cercanas, que no son de la zona, me preguntan: "�Oh! Pero no apareces en el campus". Explico que no soy un cuidador, que es una profesi�n noble pero diferente que requiere presencia f�sica. Y que mi investigaci�n se desarrolla en la vida cotidiana de la sociedad, en diversos espacios. Y eso, incluso, algo inusual en otras �reas, gran parte de los recursos que necesito trabajar est�n fuera de la universidad, incluso en mi casa, en bibliotecas, en archivos digitales, etc. Tal vez los nuevos medios lo hagan m�s evidente, haciendo que el di�logo, que es dif�cil, sea m�s rentable. De alguna manera, la actual pandemia de coronavirus ha permitido una mayor difusi�n del trabajo cient�fico. Veremos si esta tendencia se mantendr�.

 

8. �Y c�mo podr�amos mejorar el di�logo entre la universidad y el resto de la poblaci�n?

 

"Esto se articula con lo que acabamos de hablar. Es muy dif�cil para nuestra poblaci�n, que tiene un acceso deficiente a la Educaci�n B�sica, la comprensi�n de la forma cient�fica de trabajar y la necesaria inversi�n correspondiente. Y, tambi�n, con lo que ya he dicho sobre la reclasificaci�n de algunos cursos, con un posible reposicionamiento positivo de su clientela. Bourdieu tiene una expresi�n muy interesante para definir personas de origen simple que pueden, por oportunidad, fibra y competencia, entrar en entornos que antes no estaban destinados a ellos. Son personas, y aqu� va en una traducci�n gratuita, que son "resultados del esfuerzo com�n". Y de alguna manera estas personas terminan encajando, por alg�n m�rito, por decir, en las "profec�as autocumplidas"rdel sistema educativo, que a menudo benefician a los estudiantes de or�genes m�s "aristocr�ticos". El desaf�o de este contingente es actuar en el nuevo entorno de una manera m�s democr�tica: hacer lo mismo que fgv hizo con algunos de mis colegas, de or�genes m�s modestos, ense��ndoles a hablar. Despu�s de todo, la universidad es una experiencia transformadora. Y cumpliendo as� la funci�n de desnaturalizar la ideolog�a del don � de los destinosautocumplidosalcanzables. Cuestionando, por tanto, las contradicciones y desigualdades existentes en las ofertas educativas diferenciadas que se someten a las distintas clases sociales. Es, al final, la s�ntesis de la propia sociolog�a educativa de Bourdieu, cuando declar�: m�s de uno, entre dos j�venes de la burgues�a francesa, va a la universidad; menos de dos, entre un centenar de j�venes de clase trabajadora, logra llegar a la universidad. Lo cual es socialmente terrible, ya que estos mecanismos de selecci�n son pesados. Y las familias de los j�venes trabajadores que van, sufrir�n mucho. La mayor�a de ellos todav�a entrar�n en universos profesionales que exigen menos capital cultural. Pero es de este grupo, tal vez, en el caso brasile�o, que pueden venir algunas formas de acci�n que hacen la mejor defensa de la universidad p�blica, incluso si tenemos en cuenta que la movilidad social es lenta. Es m�s, un problema generacional que uno individual. En la cuesti�n del g�nero, por ejemplo. Tal vez los nietos de mi hija son los verdaderos testigos de las luchas que estamos luchando hoy. As� como somos testigos de las luchas que nos precedieron. De ah� la importancia de estar atentos al verdadero Brasil al que nos enfrentamos hoy en d�a. Una realidad extremadamente dura, en la que observamos un esp�ritu impactante y poco cient�fico, basado en una agenda moral retr�grada y una religiosidad no publicitada, lo que nos hace preguntarnos: �d�nde vamos a terminar? Nuestro papel en este escenario es difundir el pensamiento cient�fico � sin olvidar que, de alguna manera, siempre estamos atrasados. Y en condiciones de trabajo cada vez m�s dif�ciles, nos cosechan porque no forma parte de los c�lculos de la "rentabilidad acad�mica" vigente. En el caso de la escuela de posgrado, a veces terminamos siendo m�s duros con nosotros que el propio sistema.

 

9. Hablando de Bourdieu, aqu� hay una �ltima pregunta, pero que, adem�s de articular con la cuesti�n de la expansi�n de la educaci�n superior, el tema central de la entrevista est� tambi�n en consonancia con los intereses de estos entrevistadores que trabajan en el campo de la Sociolog�a de la Educaci�n, en la que el pensador franc�s respectivo es una gran referencia. �C�mo podemos atraer nuevos lectores al universo bourdieusiano, que, sabemos, se considera bastante herm�tico y dif�cil?

 

"Esta pregunta me record� a los tiempos en que era asistente de investigaci�n de Sergio Miceli. En una disciplina sobre Durkheim, los estudiantes se dirigieron a m� para pedir al maestro un "nuevo" camino hacia la comprensi�n del autor, ya que el contacto directo con sus textos no estaba siendo muy beneficioso. De ah� nos recomend� la lectura de fundamentos emp�ricos de explicaci�n sociol�gica, del maestro Florest�n Fernandes. Bueno, el hecho concreto es que los estudiantes decidieron volver a los originales del autor franc�s. Despu�s de todo, Florest�n ten�a varias cualidades, pero sus textos sociol�gicos, podemos decir, no son tan f�ciles, en el primer contacto. Lo que es seguro es que esta es una pregunta dif�cil de responder, ya que var�a mucho del tipo de trabajo docente y el repertorio del estudiante. Pensando en ello, incluso haciendo, con su permiso, una autopropaganda, es que lanzamos el vocabulario Bourdieu. [6]Fue un reto tremendo, pero creo, modestamente, que ayuda mucho. Bourdieu es un autor que nosotros, cuando empezamos a tener contacto, no sabemos muy bien por d�nde empezar. Casi todos sus textos est�n escritos con muchas referencias, basadas en una epistemolog�a pr�ctica que es muy propia de �l, y, por lo tanto, a � primera vista, muy herm�tica. Por ejemplo, no puede dialogar con �l si parte de una premisa gen�rica muy amplia, como la noci�n de "�ltima instancia". No, si la descripci�n de un fen�meno comienza ya con alguna explicaci�n de "�ltima instancia", es porque uno no necesita explicar nada m�s. Es necesario analizar y comprender las mediaciones que incluso pueden resultar en algo que se llama "�ltima instancia". Y nuestro vocabulario ayuda all� mismo, ya que trata de identificar un cierto orden en la constituci�n de los t�rminos de la sociolog�a bourdiesiana. Y usamos una noci�n que le gustaba mucho, basada en la filosof�a de Ludwig Wittengenstein, de utilizar conceptos como una "caja de herramientas" para la comprensi�n de la realidad social y tambi�n de la propia obra del autor. Tambi�n hay algunos nuevos comentaristas que dibujan mapas muy interesantes. Uno de ellos, que yo insi�lo, es jos� Marciano Monteiro, publicado el a�o pasado, que es una hermosa lectura introductoria. En el campo de la investigaci�n educativa, un buen consejo es un peque�o ensayo de Tomaz Tadeu da Silva, que se encuentra en el libro[7]Identidades terminales. [8] Y ah� hace una advertencia similar a lo que hice antes. Aquellos que lleguen a la universidad con una motivaci�n finalista par�, como no es raro en Pedagog�a, tendr�n una gran decepci�n. Bourdieu es de alguna manera desalentador en este sentido, ya que es muy esc�ptico de la posibilidad de una sociolog�a estrictamente militante. Recuerdo a un estudiante que, al comienzo de uno de mis cursos, me dijo: "No voy a hacer este curso porque no me gusta el autor". Pregunt� por qu�. Ella dijo: "Prefiero [Antonio] Gramsci". Entendiendo el tema, trat� de argumentar que los dos autores � extremadamente importantes � son diferentes. Uno de ellos fue un gran activista pol�tico que produjo reflexiones seminales, en un contexto dado, sin investigaci�n emp�rica, es decir, tomando su pr�ctica como su propio objeto. Y el otro siempre ha sido un acad�mico que bas� sus supuestos epistemol�gicos en el an�lisis de temas concretos, tomando los diversos temas hist�ricos como "objetos", aunque con el cuidado de no objetar a ellos en una teor�a aprior�stica. Son diferentes caminos de producci�n de conocimiento, no necesariamente auto-cancelables. Tal vez pueden ser complementarios. He tenido mucho di�logo, pero no funcion�. La chica se ha ido. Y no s�lo ella. Pero estoy tan seguro de que tienes una buena clase. Es que Bourdieu es realmente muy desacreditado a la perspectiva, com�n en nuestra �rea, que a trav�s de un largo (a veces no tanto) proceso de aprendizaje abre el camino a un proceso colectivo, o incluso individual, de emancipaci�n. No da porque la producci�n misma de conocimiento, desde la perspectiva bourdiesiana, necesita ser contradicha, criticada y conocida. Esto requiere una "fibra" de autocr�tica que pueda poner en xeque nuestro militanteconf�a. A partir de mis experiencias de ense�anza con Bourdieu, incluyendo acciones de extensi�n para un p�blico m�s amplio de educadores, lo que me doy cuenta es que su trabajo permite, al final, un auton�lisis muy profundo de nuestras propias pr�cticas � y de las estructuras que condiciona nuestras subjetivas. Duele mucho. Podr�a ser el comienzo de un proceso de emancipaci�n. Pero no lo garantizas. Y Bourdieu se aplica a s� mismo, especialmente cuando habla de sus or�genes familiares y de su propia trayectoria, de aislamiento y soledad. De cerca, cuando nos detenemos a analizar, te das cuenta de que Bourdieu nunca fue una persona feliz. Siempre ha sido una persona insatisfecho y siempre ha sido desplazado, en conflicto consigo mismo y con los dem�s, una persona, es conocida, dif�cil de vivir, incluso con sus colaboradores. De hecho, descubre la ilusi�n de que el entorno acad�mico es un lugar especial, separado del mundo, como un locus exclusivo de la virtud. Pero volviendo al tema, uno puede comenzar con sus textos cl�sicos, pero habr� mucha dificultad, por el tipo de escritura adoptada. Una buena salida, tal vez, es comenzar con sus �ltimos textos, los llamados escritos de combate, como Contrafogos � en el que practica una postura de difusi�n cient�fica[9] m�s ajustada al p�blico en general. De todos modos, esto siempre depender� del tipo de audiencia, que es lo que determinar� los caminos que pueden aliviar las dificultades y resistencias. Incluso teniendo en cuenta la calidad de las traducciones, que son bastante variadas. Por �ltimo, un �ltimo consejo: evitar hacer condenas al autor � y esto no se trata s�lo de Bourdieu � desde el contexto actual. Cada autor es una persona de su tiempo. Y eso debe ser tomado en cuenta. Y Bourdieu, como todos los dem�s, tiene sus puertas cerradas. Pero al final, su trabajo sigue siendo poderoso para la revelaci�n de las contradicciones de nuestros sistemas educativos y la producci�n desigual de capital cultural. Vale la pena.

 

 

ACERCA DE LOS ENTREVISTADORES

 

MARCOS MARQUES DE OLIVEIRA es doctor en Sociolog�a Pol�tica por la Universidad Estatal de Norte Fluminense Darcy Ribeiro (UENF). Profesor de Sociolog�a de la Educaci�n en el Instituto de Educaci�n Angra dos Reis (IEAR) e investigador del Programa de Posgrado en Educaci�n de la Universidad Federal Fluminense (UFF).

Correo electr�nico: marcos_marques@id.uff.br

 

NevALDO LEOC-DIA BASTOS J-NIR tiene un M�ster en Educaci�n por la Universidad Federal Fluminense. Licenciado en Pedagog�a por el Instituto de Educaci�n Angra dos Reis de la Universidad Federal Fluminense (IEAR/UFF).

Correo electr�nico: nevaldojunior@id.uff.br

 

 

 

ACERCA DEL ENTREVISTADO

 

 

AFR�NIO MENDES CATANI tiene un doctorado y una Maestr�a en Sociolog�a por la Universidad de Sao Paulo (USP), libre docente por la misma Universidad, professor titular apsentado da Faculdade de Educaci�n de la Universidad de Sao Paulo (USP), profesor visitante da Programa de Postgrado en Educaci�n de la Universidad Federal Fluminense (UFF) graduado in Administraci�n P�blica por la Fundaci�n Get�lio Vargas (FGV/SP), investigador CNPq (Nivel 1A), con estudios en el �rea de Educaci�n, con �nfasis en las pol�ticas de educaci�n superior, sociolog�a de la educaci�n y la cultura;y, dyCine, con �nfasis en la historia del cine latinoamericano y Universidade Federal Fluminense ( portugu�s. Fue coordinador de los GT de Pol�tica Estatal y Educativa (1996-1998) y de la Pol�tica de Educaci�n Superior (2010-2013) de ANPEd y coorororor a la misma entidad Comit� Cient�fico (2008-2010).

Correo electr�nico: amcatani@usp.br

 

 

 

 

 

 

 

Recibido: 09.09.2020

Aceptado: 12.09.2020

 

 



[1] Jorge Nassim Vieira Najjar, Profesor titular en UFF, falleci� el 19/08/2020. Adem�s del desempe�o institucional relevante, como Director de la Facultad de Educaci�n y ex coordinador de nuestro Programa de Posgrado, Jorge Najjar tuvo un reconocimiento efectivo por su importante producci�n acad�mica, su propio compromiso con las luchas por la educaci�n p�blica y su eficaz celo por las actividades de gesti�n institucional m�s all� de los muros universitarios, especialmente como miembro del Consejo Municipal de Educaci�n de Niter�i (RJ) y, m�s recientemente, como miembro de la Junta Estatal de Educaci�n de R�o de Janeiro. Tambi�n cabe destacar su desempe�o en varias entidades educativas, como la Asociaci�n Nacional para la Formaci�n de Profesionales de la Educaci�n (ANFOPE), la Asociaci�n Nacional de Pol�ticas y Administraci�n Educativas (ANPAE) y la Asociaci�n Nacional de Estudios de Posgrado e Investigaci�n en Educaci�n (ANPEd).

[2] LIMA, Lic�nio; AZEVEDO, M�rio Luiz Neves de; CATANI, Afr�nio Mendes. El Proceso de Bolonia, la evaluaci�n de la Educaci�n Superior y algunas consideraciones sobre la Nueva Universidad. Evaluaci�n, Campinas; Sorocaba, SP, v. 13, n. 1, p. 7-36, mar. 2008.

[3] Compruebe la nota anterior.

[4] Proceso de Bolonia es el nombre m�s conocido de la Declaraci�n de Bolonia, un acuerdo firmado en 1999 por ministros de educaci�n de varios pa�ses de Europa en la ciudad italiana del mismo nombre. El documento inici� un proceso de articulaci�n destinado a facilitar el movimiento de graduados entre los pa�ses del Espacio Europeo de Educaci�n, lo que requer�a una adaptaci�n y normalizaci�n de los contenidos, formatos y financiaci�n de los cursos universitarios. Sobre el tema, compruebe, por ejemplo: SILVEIRA, Zuleide Simas. Conceptos de la educaci�n tecnol�gica en la reforma de la educaci�n superior: prop�sitos, continuidades y rupturas (1995-2010). 445f. Tesis (Doctorado en Educaci�n) - Facultad de Educaci�n, Universidad Federal Fluminsense, Niter�i, 2011.

 

[5] CATANI, Afr�nio Mendes; GILIOLI, Renato de Souza Porto. el Prouni en la encrucijada: entre la ciudadan�a y la privatizaci�n. L�neas cr�ticas, Brasilia, v. 11, n. 20, p. 55-68, enero/junio. 2005.

[6] CATANI, Afr-nio Mendes; NOGUEIRA, Mar�a Alicia; HOLA, Paula Ana; MEDEIROS, Cristina Carta Cardoso. Vocabul�rio Bourdieu. Belo Horizonte: Aut�ntica, 2017.

[7] MONTEIRO, Jos� Marciano. 10 lecciones sobre Bourdieu. Petr�polis (RJ): Vozes, 2019.

[8] SILVA, Tomaz Tadeu da. Identidades terminales: transformaciones en la pol�tica de pedagog�a. Petr�polis (RJ): Voces, 1996, cap�tulo "Bourdieu and education"

[9] BOURDIEU, Pierre. Contrafuegos: t�cticas para enfrentar la invasi�n neoliberal. R�o de Janeiro: Zahar, 1998.