V.20, nº 43, 2022 (setembro-dezembro) ISSN: 1808-799 X


MOVIMIENTO AGROECOLÓGICO “CAMPESINO A CAMPESINO”: EXPERIENCIAS, PARTICIPACIÓN POPULAR Y CUESTIONES SOCIOAMBIENTALES EN CUBA1


Jesús Jorge Pérez

García2


Resumen

En el texto presentamos resultados de la investigación del doctorado realizada en comunidades rurales en Cuba (2010 – 2015).Tomando o materialismo histórico dialéctico como método, a partir das categorías memoria y experiencia desde la revolución cubana hasta la actualidad; considerando los legados de generaciones como: campesinos y líderes revolucionarios, simientes de un proceso de construcción colectiva que atendió la formación de los recursos humanos y ubicó al hombre en sitial prioritario, con métodos de participación colectiva, en articulación con los adelantos de la técnica, la ciencia y la preservación del medio ambiente en equilibrio entre la sociedad-naturaleza-economía.

Palabras-clave: Agroecología. Campesino-campesino. Socio ambiental. Participación.


MOVIMENTO AGROECOLÓGICO “CAMPESINO A CAMPESINO”: EXPERIÊNCIAS, PARTICIPAÇÃO POPULAR E QUESTÕES SOCIOAMBIENTAIS EM CUBA

Resumo

No texto apresentamos os resultados da pesquisa de doutorado realizada em comunidades rurais de Cuba (2010 - 2015), tomando como método o materialismo histórico dialético, a partir das categorias de memória e experiência desde a revolução cubana até o presente; considerando os legados de gerações como: camponeses e lideranças revolucionárias, sementes de um processo de construção coletiva que atendeu à formação de recursos humanos e colocou o homem em lugar prioritário, com métodos de participação coletiva, em coordenação com os avanços da tecnologia, ciência e a preservação do meio ambiente em equilíbrio entre sociedade-natureza-economia.

Palavras-chave: Agroecologia. Camponês-camponesa. Social ambiental. Participação.


AGRO ECOLOGICAL MOVEMENT “CAMPESINO A CAMPESINO”: EXPERIENCES, POPULAR PARTICIPATION AND SOCIO-ENVIRONMENTAL QUESTIONS IN CUBA

Abstract

In the text we present the results of the doctoral research carried out in rural communities in Cuba (2010 - 2015). Taking dialectical historical materialism as a method, based on the categories of memory and experience from the Cuban revolution to the present; considering the legacies of generations such as: peasants and revolutionary leaders, seeds of a process of collective construction that attended the formation of human resources and placed man in a priority seat, with methods of collective participation, in coordination with advances in technology, science and the preservation of the environment in balance between society-nature-economy.

Keywords: Agroecology. Peasant-peasant. Environmental partner. Participation.


1 Artigo recebido em 11/06/2022. Primeira avaliação em 13/07/2022. Segunda avaliação 20/07/2022. Aprovado em 18/08/2022. Publicado em 10/11/2022. DOI: https://doi.org/10.22409/tn.v20i43.54856.

2 Doctor en Ciencias Pedagógicas por ICCP – Instituto Central de Ciencias Pedagógicas – Habana - Cuba. Docente, analista y gestor de proyectos en educación popular y EJA por NEAd - PUC-Rio.

E-mail: jerjor2014@gmail.com. Lattes: http://lattes.cnpq.br/4393462117070720. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3691-8262.


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Introducción


Creyendo que el trabajo es la forma por la cual los seres humanos establecen relaciones con la naturaleza y entre sí, y que economía y cultura se van tejiendo en la misma red de relaciones, nuestro objetivo es avivar experiencias de clase, basadas en la participación popular que permanecen en la memoria colectiva y en la vida cotidiana de la gente, acciones cruciales para la continuidad de los valores de la Revolución y de la vida en Cuba.

Como E. P. Thompson (1981, p.15), entendemos que las experiencias vividas es una categoría indispensable a los historiadores y a otros investigadores, ya que, como mediación entre ser social y estructura social, representa “la respuesta mental y emocional, sea de un individuo o de un grupo social a muchos acontecimientos interrelacionados o a muchas repeticiones del mismo tipo de acontecimientos”. En especial, queremos avivar las experiencias de hombres y mujeres cuya intención es romper con la explotación de clase y construir nuevas relaciones entre los seres humanos y la naturaleza.

Sin desconsiderar las diferencias de las matrices teórico-metodológicas y de las concepciones del mundo de Thompson y de Maurice Halbwacks (2006), partimos del supuesto de que la memoria colectiva da sentido a las experiencias pasadas y maduradas a lo largo del tiempo. La memoria es siempre memoria colectiva, es la reconstrucción de algo que, directa o indirectamente, es vivido y experimentado en el pasado, por un grupo o por el conjunto de la sociedad; es movilizada en el presente, reteniendo lo que todavía sigue vivo del pasado y que es capaz de permanecer en la consciencia individual y colectiva.

Así, esta exposición de abordaje cualitativa, de base materialista histórico dialéctica, toma resultados de la investigación de doctorado entre 2010 e 20143, obtenidos a través de observaciones-participante realizadas a través de oficinas, cursos, talleres, reuniones, conversaciones en grupos, conversas informales, anotadas en cuaderno de campo, con comunidades del Crucero Echevarría, el Cuchillo, Planta de Asfalto y la Comuna del municipio de Consolación del Sur, Pinar del Rio Cuba. Envueltos en la experiencia con la Empresa Transporte Agropecuario

3Titulada: Estrategia de Formación en Educación Ambiental para los Directivos de la Empresa Transporte Agropecuario de Pinar del Rio. Orientadores: Dra. C. Caridad Pérez García, Dr. C. Juan Alberto Mena Lorenzo y Dr. Jesús Torres Domínguez. - ICCP – Instituto Central de Ciencias Pedagógicas. La Habana, Cuba. 2016.


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de Pinar del Rio, así como socializar los resultados al participar en los eventos del Grupo de Pesquisa GEA – Universidad Pedagógica Enrique José Varona Habana, Cuba.

Estas experiencias de investigación en Cuba, relacionadas con las experiencias del Movimiento Campesino – Campesino, verificadas en otros países, que en el caso de Brasil son operadas, por las acciones del MST, así como dentro de otros movimientos de América, ¿nos conduce a la cuestión, de cómo el pueblo cubano consigue mantener acciones y mediaciones por la vida en su territorio frente a las contradicciones operadas por el sistema capitalista y en especial por el criminal bloqueo del imperialismo norteamericano?

En busca de evidencias, que puedan ampliar estos breves análisis, dado al espacio restricto de este artigo, lanzamos algunas inferencias, conforme Garcia (2022, p. 2) relacionadas a las “necesidades sentidas”, o sea, experiencias en curso, según Marx (2013) de hombres y mujeres que al transformar la naturaleza, se transforman a sí mismas, es decir, procesos dialécticos de construcción histórica, de un devenir constante, según Thompson (1987), llevándolos a construir alternativas segundo Guhur e Silva (2021) a partir de la epistemología Agroecológica, formas que mantienen viva la soberanía alimentaria cubana, hasta la actualidad.

Por tanto, se hace necesario resaltar que Cuba, es una pequeña isla, compuesta actualmente por una población general de 11.326.616 habitantes. Al cierre del año 2020 la población que residía en asentamientos humanos considerados como urbanos era de 8 622 504 habitantes, para el 77,1 por ciento de urbanización. La zona rural por su parte llegó a 2 559 091 habitantes, un 22.9 por ciento del total. Lo anterior reitera a Cuba como un país de elevada urbanización4.

Es aquí también, donde el socialismo florece y resiste al bloqueo económico de los Estados Unidos, por lo que es un campo fértil para el aprendizaje de esas experiencias. Ello porque, después del triunfo revolucionario, en 1959, se desarrolló un proceso de comunicación asamblearia participativa entre los dirigentes de la revolución y el pueblo, que marcó pautas significativas para la socialización colectiva de los problemas, propuestas de solución y procesos de decisión respecto al desarrollo político, económico, social y cultural del país.


4 http://www.onei.gob.cu/sites/default/files/estudios_y_datos_2020.pdf. Acceso en 30 de mayo de 2022.


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Por lo tanto, creemos que experienciar prácticas colectivas de trabajo es la principal escuela, para en la práctica aprender a producir la vida asociativamente, con una racionalidad económica y cultural distinta a la lógica del capital. Además, en esta escuela una de las tareas es crear y recrear referentes prácticos-teóricos que orienten las nuevas relaciones entre los seres humanos y otros elementos de la naturaleza. En verdad, se trata de construir nuevos parámetros de calidad de vida, mediados por experiencias de participación popular en todas las esferas de la vida social. En este artículo nuestra intención es subrayar las experiencias socio-ambientales, en particular, la del Movimiento Agroecológico Campesino a Campesino.

El texto está estructurado en tres partes. Teniendo en cuenta la dialéctica presente-pasado-futuro, en la primera parte enfatizamos las condiciones de vida y trabajo en Cuba, antes y después del año 1959. Al referirnos a la calidad de vida de la población, subrayamos el protagonismo del Estado y de la participación popular en las experiencias de trabajo comunitario y en la toma de decisiones para satisfacer las necesidades sentidas de la población: trabajo, educación, vivienda, salud, cultura, deporte y seguridad social entre otras.

En la segunda parte, fundamentados en E.P. Thompson, presentamos la experiencia Movimiento Agroecológico Campesino a Campesino, considerándola como experiencia de clase, de carácter político-educativa, económica y cultural. Destacamos la importancia de la participación popular en la solución de los problemas socio-ambientales de lo cotidiano en Cuba, respecto a las necesidades básicas y participación social en general. Llamamos la atención que los términos trabajo, naturaleza, comunidad, participación popular y experiencia vivida/percibida y modificada son conceptos que se integran. Desde luego, son términos que nos ayudan a comprender los criterios para mejorar la calidad de vida de las personas en armonía con la naturaleza.

En la tercera parte del texto, para reflexionar sobre la experiencia del Movimiento Agroecológico Campesino a Campesino, recordamos algunos aportes de Carlos Walter Porto-Gonçalves (2012), Arturo Escobar (2017), Enrique Leff (2009), Carlos Frederico B. Loureiro (2012) y de los cubanos Orestes Valdés Valdés (2008) y Antonio Blanco Pérez (1997). Afirmamos que son ellos algunos de los autores que nos ayudan a identificar referentes teórico-metodológicos para analizar


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las prácticas comunitarias en su vínculo con la dimensión ambiental en lo cotidiano, y cómo articularlos con la realidad cubana y latinoamericana.5


Calidad de vida y participación popular: ¿qué pasó después del año 1959?


¡Sesenta y cuatro años de la Revolución Cubana! A pesar que los propietarios de los medios de comunicación y (desinformación) nieguen las conquistas del pueblo cubano, no es posible encubrir que muchas cosas acontecen en la pequeñísima Isla de 109, 884 mil km2. En Cuba, antes del triunfo de la revolución socialista, la calidad de vida de las personas era muy mala. Muchos niños y niñas morían al nacer, no tenían atención médica, ni escuelas, ni maestros suficientes. Sin derechos ciudadanos, oprimidos y sin acceso a la vida social y política, las personas no tenían donde vivir. Sin trabajo, abundaba la miseria, el hambre y las enfermedades. Antes de 1959, existía un millón treinta y dos mil, ochocientos cuarenta y nueve mil personas analfabetas y semi-analfabetas; seiscientos mil niños estaban sin escolarizar6. La mujer era un objeto, sin derechos, siendo su principal opción la prostitución. Las relaciones de trabajo eran de extrema explotación, sin derechos laborales, incluso, en muchos casos, sin derechos al retiro y al pago de vacaciones.

La gente tenía que trabajar como esclava, con relaciones de dependencia total de los dueños de los medios de producción, que incluían la compra de los alimentos, ropas y otros útiles de vida en las tiendas de los propios dueños. A veces, no mediaba el dinero, sino un bono emitido por el empleador que les daba derecho a las compras o a endeudarse hasta el próximo bono. Por otro lado, no se puede olvidar que una buena parte de las mejores tierras de Cuba, los centrales azucareros, la compañía de teléfonos, el comercio interno y externo, las salas de juegos y la prostitución eran negocios de mafiosos y burgueses norteamericanos.

De 1940/1944, y de 1952/1959 gobernó en el país Fulgencio Batista, un tirano que reprimía cualquier protesta y protegía a los burgueses y terratenientes que se apoderaban de muchas tierras por la fuerza o se las compraban a los campesinos a


5 Una primera versión de este artículo fue anteriormente publicada en el libro: MAGALHÃES, Lívia Diana R.; TIRIBA, Lia (org.). Experiência: o termo ausente? Sobre história, memória, trabalho e educação. Uberlândia: Navegando Publicações, 2018.

6 Cuba en cifras antes y después de la revolución. www.radiorevelde.cu. Acceso en 4 de julho de 2017.

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“precios de banana podrida”. Tampoco se puede borrar de la memoria histórica, que los Estados Unidos, en su lógica imperial, no dudaron en difamar e intentar aplastar el proceso revolucionario.

El 1 de enero de 1959, los revolucionarios cubanos, habían derrotado un ejército de más de 80.000 efectivos equipados y entrenados con los armamentos más modernos de la época, del ejército norteamericano. Fidel Castro, el comandante en jefe de las fuerzas revolucionarias, en varias ocasiones refirió: José Martí es el autor intelectual del Asalto al Cuartel Moncada de Santiago de Cuba7, que fue el inicio de esta batalla. Nos inspiramos en el legado martiano que nos enseñó, que la primera ley de nuestra república debe ser el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre.

A partir de 1960, el gobierno de los Estados Unidos establece el bloqueo económico contra Cuba, y se inician las prácticas terroristas para intentar asesinar a Fidel Castro (más de 600 atentados). Fueron elaboradas leyes extraterritoriales aprobadas en su Congreso como la Ley Torricelli (1992) y la Ley Helms Burton Act (1996) que prohíben, condenan y sancionan a los países, grupos económicos y bancos que comercien con Cuba. Violando los derechos humanos del pueblo de Cuba. El gobierno norteamericano impuso a los países que no acataron esta ley, multas millonarias, pérdidas de licencias de comerciar con Estados Unidos, además de la eliminación de la “ayuda para el desarrollo” a estos países.

Actualmente, este proceso ha sido más agresivo y excepcionalmente criminal, primero con 240 nuevas medidas impuestas durante el único periodo del Gobierno de Donald Trump que impactó notablemente todas las esferas de la economía y de la vida social del país, las cuales fueron mantenidas durante la pandemia, impidiendo la compra de medicamentos, alimentos y materias primas para elaborar medicamentos y en especial los relacionados con el COVID 19. Situación mantenida hasta hoy por el nuevo presidente Joe Biden a pesar de las promesas realizadas en campaña.

Esta amenaza que implicó el COVID 19, para la salud de pueblo cubano, se convertía en una necesidad sentida y las comunidades del país: pueblo, académicos, científicos, trabajadores, campesinos, educadores, organizaciones sociales, centros científicos, empresas, universidades y estructuras del Estado se


7 Asalto organizado por las fuerzas revolucionarias de Cuba, para iniciar la lucha armada como vía para derrotar a la tiranía e instalar un gobierno revolucionario.

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unirían al Ministerio de Salud Pública y pensarían como país, como Cuba y se crearían 3 vacunas (Abdala8, Soberana 2 y Plus Soberana) para proteger al pueblo en tiempo récord, con una cobertura actual de vacunados con el sistema completo del 90,1% de la población, que incluyen a los niños a partir de dos años de edad.

Tampoco faltó nuestra solidaridad, en los momentos más difíciles, y colaboramos con países hermanos; parafraseando a José Martí cuando dijo que: patria es humanidad, por lo que haciendo realidad esta frase, nuestra colaboración durante la pandemia llegó a más de 50 países, y en específico, Italia dijo:


Con profunda gratitud recibimos de manos de Ángelo Sollazzo, presidente de la Confederación de Italianos en el Mundo, una placa en reconocimiento a la labor de las brigadas médicas Henry Reeve que enfrentaron en ciudades italianas la COVID-19, durante los momentos más complejos de la pandemia (CUBADEBATE, 2022)9.


Asimismo, fue realizado un homenaje al Doctor Julio Guerra Izquierdo quien recibió la Orden de la Estrella de Italia en el Grado de Caballero, por la labor desempeñada al frente de la brigada médica


[…] del Contingente Henry Reeve que asistió a la población de la localidad de Turín, afectada por la pandemia de la COVID-19. El galardón, firmado por Sergio Mattarella, presidente de Italia, refleja el agradecimiento de todo un país por la solidaridad del personal médico cubano, señaló Roberto Vellano, embajador de esa nación europea en Cuba (CUBADEBATE, 2022)10


Estas prácticas anteriores se ponen de manifiesto la solidaridad y el internacionalismo proletario, que han sido comunes, como parte de la formación de los médicos cubanos durante más de 60 años de revolución, resaltando el carácter altruista, humanista y de valores comprometidos con la vida y el bienestar de la humanidad. Y estas simientes, ya estaban presentes en el Programa de la Historia me Absolverá, que fue aplicado en el país a partir del triunfo de la revolución de 1959.


8https://elpais.com/sociedad/2021-06-24/cuba-logra-la-primera-vacuna-latinoamericana-con-datos-de-

efectividad-al-nivel-de-pfizer-y-moderna.html. Cuba logra la primera vacuna latinoamericana con datos de efectividad al nivel de Pfizer y Moderna. Abdala muestra una eficacia del 92,28% contra la covid-19 tras la aplicación de tres dosis. Hoy se comercializa en más de 7 países.

9http://www.cubadebate.cu/especiales/2022/06/01/brigadas-medicas-henry-reeve-que-enfrentaron-la-c

ovid-19-en-italia-reciben-placa-de-reconocimiento/

10http://www.cubadebate.cu/noticias/2022/06/01/entregan-orden-de-la-estrella-de-italia-a-jefe-de-briga

da-medica-cubana-en-turin/

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El programa de La Historia me Absolverá (CASTRO, 2007)11, entre algunas de las acciones que implementó, se pueden mencionar: se convirtieron los cuarteles de la tiranía en círculos infantiles, escuelas y universidades, para garantizar que todos los cubanos/as pudieran estudiar, con la primera (1959) y la segunda ley de Reforma Agraria (1961), se nacionalizaron las tierras del país y se entregó a quienes la trabajaban. En 1961, se realizó con masiva participación popular la campaña de alfabetización en la nación. Las Naciones Unidas reconocieron a Cuba, como el “primer país libre de analfabetismo” de nuestra América.

Cómo decía José Martí (2015, p 154) “no hay obra perfecta, pero mucho menos si en ella no está la mano de la mujer”. Así se amplió la participación de las mujeres en el trabajo comunitario y en todas las esferas de la sociedad, con igualdad de derechos, salarios y las mismas condiciones que los hombres. Han ganado sus derechos de maternidad por lo que se les paga durante uno o dos años, manteniendo reservada su plaza de trabajo.

En este sentido, el trabajo comunitario ha sido un camino importante, que según las investigaciones realizadas en este campo:


La comunidad, es donde están las raíces de su historia, cultura, memoria, tradiciones, educación y experiencias de conocimientos, aptitudes, creatividad, resistencia, con pensamiento crítico, reflexivo para la toma de decisiones con habilidades para resolver los problemas: La comunidad, no es una forma de vida; “sino, un sentido de la vida”, de las familias, del trabajo con grandes sentimientos de amor, que crecen, articulan y genera fuerzas endógenas a partir de las necesidades sentidas conceptuadas y atendidas de manera colectiva en un territorio geográfico por el bien común de todos sus miembros; lo que interactúa con agentes externos en una perspectiva para, por y con la comunidad, que las identifica y al mismo tiempo las diferencia como tales (GARCIA, p. 15, 2021).


La experiencia educativa, el trabajo comunitario abrió los horizontes que encauzaron una desbordante satisfacción y fervor revolucionario, de sentirse parte de este proceso. Parafraseando a José Martí (2015), ser culto es el único modo de ser libre. Es importante evocar la memoria del proceso revolucionario cubano en contra del imperialismo y su modo de producción fundado en la explotación a sobremanera de los seres humanos y otros elementos de la naturaleza, produciendo

11 Alegado hecho por Fidel Castro Ruz en la autodefensa de él y sus compañeros en el juicio, después que fueron presos en el Asalto al Cuartel Moncada de Santiago de Cuba. En este documento histórico explicaba que el asalto fue para derrotar y liberar al Pueblo Cubano de la dictadura sangrienta de Fulgencio Batista y proponía el programa que aplicaría el Gobierno Revolucionario al triunfar.

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el trabajo precario y, por ende, una vida precaria. Por fin, se puede decir que, como experiencia de clase (THOMPSON, 1987).

La participación popular de hombres y mujeres ocurrió desde el inicio en la construcción del socialismo. Las necesidades sentidas humanas fueron atendidas en un paquete de medidas gubernamentales, creando estructuras que no existían, escuelas, círculos infantiles, maestros, puestos de trabajo, viviendas, áreas para practicar deporte, hospitales, escuelas especializadas, universidades, agua potable por acueducto para la población, estaciones de radio y TV al servicio de la población para educarlas, electricidad para las viviendas, carreteras e infraestructuras para mejorar la calidad de vida de las personas.


“Campesino a campesino” como experiencia educativa y de participación popular


Un paso importante de la revolución desde su inicio fue que, por primera vez, las tierras eran de los que la trabajaban y como acción nueva preciso del surgimiento de organizaciones nuevas, para atender los procesos que se desarrollaban y formaban en lo cotidiano, con las experiencias aportadas por los propios actores, los campesinos. Así surgió la ANAP, “Asociación de Pequeños Agricultores de Cuba”, la cual los agrupó, organizó y asesoró técnica-política-económicamente y compartió los saberes locales de las comunidades.

La revolución alfabetizó a los campesinos, para que pudieran estudiar y aplicar mejor la ciencia y la técnica, sus hijos pudieron estudiar carreras universitarias y prepararse para las urgencias de la sociedad, les garantiza asistencia médica. Su organización, la ANAP se convirtió en un espacio de análisis en sus asambleas y congresos desde el nivel de base hasta la nación donde discuten sus problemas y surgieron soluciones de la sabiduría legada durante muchos años de luchas y prácticas colectivas del campesinado cubano.

Durante este proceso enriquecedor se desarrollaron prácticas de construcción participativa en muchas esferas de la vida económica y social del país, entre las que se encuentra la experiencia de trabajo comunitario del Movimiento Agroecológico Campesino a Campesino, la cual se enriquece con los aportes de la educación popular. Este proceso evolucionó y durante los últimos años, la política nacional con

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las comunidades incluyó en el gobierno una secretaría para orientar y atender el trabajo comunitario desde el nivel central hasta los gobiernos locales. Ello fortaleció el desarrollo local endógeno en los municipios y en las comunidades.

Los elementos anteriores, entre otros, fueron claves para la implementación de manera progresiva y masiva del Movimiento Agroecológico Campesino a Campesino, que, en el caso de Cuba, contó con el apoyo político, financiero y organizativo de la ANAP. Este proceso se inició desde el año 1997, pero tomó su mayor fuerza a partir del año 2001 en la formación, aprendizaje y sistematización, en los cuales también hubo colaboración de diferentes ONG como “Pan para el mundo” y la Oxfam que financiaron el proyecto en la etapa inicial.

En este sentido las relaciones que se producen están impregnadas del proceso histórico desarrollado en Cuba, el estableció nuevos roles y tipos de relaciones que se producen en lo individual y colectivo, en los modos de producción y la distribución de las riquezas en una nueva organización del trabajo. La sociedad forma parte de las mediaciones; un poder social que participa en la construcción colectiva para alcanzar una independencia libertaria en lo económico, social y cultural.

Los principios que rigen el programa campesino a campesino en Cuba, fueron construidos de manera participativa a partir de los nuevos conceptos, que implicó la agroecología, las experiencias existentes de este movimiento y de los saberes de los propios campesinos cubanos, construidas en las prácticas del día a día y socializadas en contactos, intercambios y en las reuniones de socios de la ANAP y en sus asambleas a nivel municipal, provincial y nacional (SOSA et al, 2013, p.71).


Principios del Movimiento Agroecológico Cubano Campesino a Campesino.

  1. Comenzar despacio y en pequeña escala.

    Facilita la evaluación, la reflexión, y la rectificación de errores, así como riesgos. Para que los campesinos puedan administrar mejor las plantaciones.

    “Vísteme despacio que estoy con prisa”.

  2. Limitar la introducción de tecnologías.

    No es necesario la introducción de muchas técnicas agroecológicas al mismo tiempo. Es más rápido dominar una a una las innovaciones, dominándolas, consolidándolas e integrándolas poco a poco.

    Se debe comenzar por las que enfrentan y resuelven los mayores problemas productivos y que al mismo tiempo tengan los menores costos iniciales, que sean más fáciles de realizar y lleven más rápido al resultado.


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    “Más vale una idea en la cabeza de cien, de que cien ideas en la cabeza de uno”.

  3. Obtener éxito rápido e individual.

    El entusiasmo es generador de nuevas ideas, las victorias obtenidas son el estímulo más eficaz. Buscan ser los motores morales de la construcción y reconstrucción en el trabajo cotidiano.

    “La palabra convence, más el ejemplo arrastra”.

  4. Experimentar en pequeña escala.

    Experimentar es poner a prueba, comprobar, adaptar y adoptar a partir de las necesidades, una nueva técnica o solución. Este principio nos aleja de las recetas genéricas de los paquetes tecnológicos planificados para todos. Y todos los lugares.

    “Es preciso gatear antes de caminar”

  5. Desarrollar un efecto multiplicador.

    La multiplicación entre los propios campesinos de los resultados y experiencias obtenidas es la única forma de poder llegar a la extensión y masificación del sistema de producción a fin de obtener un impacto real en el medio ambiente. La enseñanza permite conocer un tema a profundidad; y gran parte de esta enseñanza reside en ejemplo vivo, comunicado de campesino a campesino. “Cuándo el campesino ve, el cree”.


    Estos principios rigen el trabajo del Movimiento Agroecológico Campesino a Campesino, y en el proceso de construcción del mismo, en el cual, por un lado, aprenden, y por el otro, incorporan prácticas y experiencias de sus antecesores y las propias acumuladas a lo largo de su vida en el campo, en las plantaciones.

    Entre las actividades que se desarrollan, en las asambleas de asociados están: los talleres donde participan los miembros del Movimiento Agroecológico Campesino a Campesino, cuyo objetivo es socializar experiencias y construir colectivamente nuevos conocimientos, contenidos, metodologías y resultados obtenidos, los cuales en muchas ocasiones se realizan en las propias plantaciones de los productores de manera práctica, constatando los resultados alcanzados en cada caso.

    Entre las actividades de gran importancia, que se desarrollan están: la realización del diagnóstico rápido participativo, el cual permite identificar los problemas existentes en el terreno y cuál es el principal problema y sus causas; otra acción es la realización de visitas entre los campesinos en los terrenos para constatar los saberes prácticos, teóricos y los resultados de la producción, la atención a los suelos, el agua y otros componentes del medio ambiente contado por los protagonistas. También existen encuentros a nivel de zona, municipio, provincia y país; en los cuales se socializan los mejores resultados de cada lugar para su generalización a partir de las condiciones de cada lugar.

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    Los instrumentos de la metodología pueden ser usados en diferentes actividades con el fin de motivar, animar, llamar a la reflexión para lo cual son condiciones importantes crear un ambiente motivador y tratar de conseguir la mayor comprensión posible.


    El terreno. Es instrumento básico y soporte de las diferentes actividades que se desarrollan por lo que requiere de ser cuidado y atendido con el mayor cuidado posible.


    Los testimonios. Son de gran valor por cuanto son aseveraciones de los promotores u otro campesino sobre la solución de un problema o de la obtención de un resultado agroecológico. Es de gran valor didáctico, por la práctica y lenguaje sano de los campesinos.


    Las demostraciones didácticas. Instrumento que sirve para demostrar de manera visual y práctica un proceso positivo o negativo, a partir de explicaciones que incentivan el debate, los análisis y el consenso sobre los aspectos que la gente construye.


    Exposición de productos, semillas, materiales e innovaciones. Es una práctica válida para intercambios de experiencias, encuentros, y otros espacios de debate en los cuales los productores muestran sus resultados, explican cómo lo obtuvieron y se propicia un espacio de debate, intercambio y análisis, de aprendizajes, apropiaciones y motivaciones para el trabajo.


    Dinámicas de animación. Son una vía básica en reuniones, talleres y encuentros para dinamizar la participación de los presentes en los temas que exponen a partir de juegos, y otras formas que sean más dinámicas, participativas y amenas.


    Poesías y canciones. Es un elemento a considerar, conociendo que la cultura campesina se caracteriza por la música, la poesía, el repentismo que serían importantes para amenizar, desarrollar estos valores en la promoción y espiritualidad del trabajo realizado.


    Socio-dramas. De gran valor para desde la cultura atender la problemática agroecológica, sus conceptos, sus problemas y soluciones desde esta otra perspectiva con otra mirada y forma de aprendizaje en obras teatrales y otras propuestas culturales.


    Otros. En este proceso de aprendizaje, debate, crítica y de construcción son importante también otros instrumentos como fotos, audiovisuales, mapas, diseños, carteles etc.; que contribuyan a la promoción y divulgación de los resultados del trabajo (SOSA et al, 2013, p.71).


    En el año 2001 se realiza el primer encuentro nacional del Movimiento Agroecológico Campesino a Campesino, con la participación de numerosos productores, especialistas y campesinos de las experiencias desarrolladas con éxito

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    en los sitios de intervención de las provincias de Cienfuegos, Ciego de Ávila, Matanzas y La Habana. En esta histórica reunión Lugo Fontes, el Presidente de la ANAP en Cuba expresó: “si no conseguimos financiamiento externo, el Movimiento Agroecológico en Cuba se va a desarrollar con nuestros propios recursos, aun cuando tengamos muy pocos”. (SOSA et al, 2013, p. 76).

    Como resultado de este proceso, nace el Movimiento Agroecológico Nacional Campesino a Campesino, fortaleciendo la estrategía del campesinado de participar en la política agraria de la revolución aportando alimentos saludables y abundantes para el pueblo. Así como participar en la vida política, cultural y social del país organizado en la ANAP.

    Una de las acciones importantes desarrolladas en esta etapa para la generalización en el país de la experiencia del Movimiento Agroecológico Campesino a Campesino (MACC), fue el aprovechamiento de la estructura organizativa de la ANAP, a nivel de base, municipio, provincia y nación, a partir de las potencialidades locales, las características de las plantaciones y la promoción de la continua experimentación a partir de las experiencias acumuladas en la memoria de trabajo teórico y práctico realizado. Para lo cual se organizaron cursos de capacitación para todas las provincias según sus condiciones, formando promotores y desarrollando actividades prácticas y visitas para constatar los resultados alcanzados.

    Aspectos básicos considerados para la implementación de esta Estrategia:


    1. Continuar utilizando la metodología campesina a campesino, así como continuar desarrollando el proceso de capacitación a fin de lograr una mayor sensibilización, y concientización de todos los actores sobre la necesidad de la agroecología.


    2. Conservar todo lo que hay de positivo en la cultura productiva tradicional campesina. Además, aplicar y multiplicar de forma adecuada las conquistas de la ciencia cubana en materia de sustentabilidad y cuidado del medio ambiente.


    3. Conseguir que los diferentes niveles de la estructura de la ANAP asuman de forma plena y efectiva como soportes funcionales y movilizadores del proceso con la colaboración de los ministerios, organismos e instituciones.


    4. Medir sistemáticamente los resultados e impactos de las mejorías en la producción, para monitorear los avances, alcances y contribuciones del Programa Campesino a Campesino (SOSA et al, 2013, p.80).


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Desde el año 1996 se creó el Centro Nacional de Capacitación de la ANAP “Niceto Pérez”, el cual a partir de la evolución del Movimiento Agroecológico Campesino a Campesino incluyó en su currículo la agroecología y la agricultura sustentable. Unos años después se formó la Cátedra de Agroecología de la Universidad Agraria de la Habana, ambas contribuyeron significativamente a la formación de promotores y facilitadores. Así como a la capacitación metodológicamente de todo el personal a partir de cursos presenciales, a distancia, diplomados que evolucionaron hasta convertirse en temas de maestrías y doctorados de los diferentes actores participantes en este proceso. Estos espacios de capacitación y construcción, además fueron utilizados para preparar el personal dirigente de la ANAP. Dando una muestra de solidaridad con nuestra América, se impartieron cursos de formación de líderes agrarios a campesinos (as).

Las prácticas, resultados, impactos y transformaciones logradas por el Movimiento Agroecológico Campesino a Campesino en Cuba, mudaron la forma de pensar de muchos especialistas y políticas nacionales que se sustentaban en el uso de grandiosos recursos, muchas veces importados, y que no siempre alcanzaban los resultados esperados. Cuba en medio de una situación económica desfavorable por el bloqueo económico, los efectos del cambio climático y las relaciones comerciales desfavorables entre el norte y el sur, estaba obligada a otras prácticas, otras maneras de hacer y fue por eso que el movimiento alcanzó apoyo político, económico y social, así como un reconocimiento nacional e internacional.

La repercusión de la experiencia del Movimiento Agroecológico Campesino a Campesino su forma de hacer y construir, se ha ido extendiendo en el país y muchos proyectos de corte agroecológicos que se implementan en las comunidades agrícolas, asumen esta metodología participativa, porque el campesinado ha aprendido esta manera de hacer y facilita los análisis y compromisos, por el nivel de preparación de las personas. Un ejemplo de ello es el Proyecto OP/15, en la Cooperativa de Producción Agropecuaria Jesús Suárez Soca del municipio Consolación del Sur en la provincia de Pinar del Rio (GARCÍA, 2014)

En relación a la importancia y necesidad del Movimiento Agroecológico en Cuba, Raúl Castro declaró:


¡La tierra está ahí, aquí están los cubanos, veremos si trabajaremos o no, si producimos o no, si cumpliremos o no nuestra palabra! No es

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cuestión de gritar Patria o Muerte, abajo el imperialismo, el bloqueo nos golpea, y la tierra está ahí, esperando por nuestro sudor. A pesar de que los calores están cada vez mayores, no hay otro remedio sino hacerla producir…cada vez que hablamos del asunto, aparecen los funcionarios del ministerio de la agricultura…con una lista interminable con millones de pesos o divisas solicitados para la tarea a realizar. Y si no aparece un saquito plástico, no se puede sembrar. No se conque diablos nuestros abuelos sembraban los árboles, ahí están, y aquí estamos nosotros, comiendo los mangos que ellos plantaron (CASTRO, 2009, p. 143).


Considerar conforme Castro (2009) nos provoca a fundamental sabiduría de nuestros ancestros, es comprender que a perspectiva de agroecología que nos mueve es de los movimientos populares y se sustenta en la praxis campesina, pueblos originarios y tradicionales, con proceso de constitución social de más de 12 mil años de creación y recreación de las “agri-culturas”, o sea, clase social en sentido amplio conforme Guhur e Silva (2021).

En este sentido, cuando Castro nos afirma “la tierra está ahí, esperando por nuestro sudor” (p. 143), él nos invita a la praxis, pues como ele mismo reafirma la cuestión no es apenas “gritar Patria o Muerte, abajo el imperialismo, el bloqueo nos golpea”, es hacer y mantener la Revolución, pues no se trata de decir conforme Loureiro (2015, p. 169) que con “el fin del capitalismo, todo estará resuelto”. Por lo tanto, una invitación a las prácticas del propio proceso de estar en el mundo, para hacer, ser o/no mundo, transformándose e transformándolo (MÉSZÁROS, 2013), pues de acordó con Castro (ídem, ibidem) para la transformación social no “hay otro remedio que hacerla producir.


Trabajo, comunidad y naturaleza: aportes desde el sur


¿Cómo interpretar la experiencia del Movimiento Agroecológico Campesino a Campesino? Desde luego, el intenso bloqueo económico, político, social y cultural norteamericano no ha favorecido a los cubanos y a las cubanas a participar de las experiencias prácticas y teóricas latinoamericanas. Sin embargo, sabemos que, desde finales del siglo XX, ha ido corroborando cada vez más, las predicciones y tesis de muchos investigadores en relación a la problemática ambiental y a las prácticas globalizadoras en la producción, distribución y el consumo, que cada día se alejan y aplastan más las experiencias acumuladas por generaciones en las comunidades.

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Entendemos que hay otras lógicas de interactuar con la naturaleza, otras prácticas alternativas viables, para enfrentar la actual pobreza de espíritu e iniciativa ante la grave crisis ambiental, cultural, social y económica que estremece al planeta Tierra. En Cuba, entre las experiencias de trabajo comunitario, con fuerte participación popular se destacan Campesino a campesino y otras socio-ambientales (PÉREZ GARCÍA, 2016), las cuales, aún hoy se enriquecen con los aportes de la educación popular, contribuyendo para el desarrollo endógeno de las comunidades. No se puede olvidar la obra de Paulo Freire (1978)12, la cual es un referente importante en las prácticas educativas y comunitarias en Cuba.

En diferentes momentos históricos, hemos podido percibir “los comunes” que alimentan estas praxis muy arraigadas en la cultura e identidad de los pueblos, por lo que aprendimos en el intercambio con las personas de las comunidades sobre el trabajo comunitario que:


Son una vía de construcción de saberes de manera participativa vinculadas a proyectos de desarrollo local o no, en los cuales las personas de las comunidades tienen derecho y autonomía para presentar y realizar sus propias propuestas, que respondan a sus necesidades sentidas como vía de transformación, a partir de la fuerza y potencialidades existentes en las comunidades, organizados en grupos de trabajo. La comunidad como punto de partida, de unión y articulación de las políticas públicas y sociales. (GARCÍA, p. 20, 2022).


Respecto a las relaciones de los seres humanos con la naturaleza, ya Marx (1995, p.153) alertaba sobre su importancia al expresar: “algún día la ciencia natural se incorporará la ciencia del hombre, del mismo modo que la ciencia del hombre se incorporará a la ciencia natural; habrá sólo una ciencia”. Este pensamiento de vigencia ante los problemas que hoy nos ocupan y preocupan a los cubanos, nos presenta el camino de respeto y equilibrio de las leyes de la ciencia natural con las que el hombre construye, debería ser, lo construido por el hombre como una extensión que complementan armónicamente los modos de actuación de los seres humanos en lo cotidiano en una dimensión socio ambiental participativa.

En el caso de Cuba, todos estos años de explotación antes de la revolución, los parámetros del capital por la ganancia, a costa de la naturaleza convirtió al país

12 En esta etapa Paulo Freire (1970) hace una afirmación muy importante, que fue práctica del proceso revolucionario cubano: El proceso educacional debe partir de la vida y la realidad local del educando, posibilitando el desarrollo de la conciencia crítica, los problemas de la educación no se limitan a los aspectos de orden pedagógico son también problemas éticos, políticos, sociales y económicos.

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en monocultivista, mono-exportador e importador del mercado norteamericano. Se afectaron las tradiciones de los campesinos en el trabajo de cuidado y preservación de la tierra, y como consecuencia de este proceso de explotación intensiva de los recursos, incompatible con las leyes de la naturaleza: Prácticamente se extinguieron los bosques, las tierras se empobrecieron por el uso intensivo y en consecuencia la calidad de vida de las personas menguó.

El ejemplo anterior nos demuestra hasta donde se puede llegar cuando los intereses del capital en lo económico, social, en las relaciones de trabajo y de educación de las personas, cuando se desconocen las ciencias y leyes de la naturaleza. Esta situación anterior fue uno de los retos importantes al triunfo de la revolución en Cuba, por lo que la primera medida revolucionaria fue nacionalizar las tierras a quienes no la trabajaban, o tenían grandes latifundios de tierras ociosas. Se confiscaron así propiedades de más de 400 hectáreas de extensión y se entregó la tierra a numerosos campesinos. A partir de aquí, enormes territorios se convirtieron en granjas populares y se organizó la producción agrícola en productos como el arroz, cítrico, ganado, café, viandas, tabaco y otros alimentos.13

Estas nuevas relaciones de trabajo y educación, entre trabajadores y trabajadoras, la nueva distribución del espacio geográfico, generó empleos para los campesinos desposeídos, y por primera vez los que trabajaban las tierras eran sus dueños. Un nuevo propietario social que producía los principales alimentos que necesitaba el pueblo, sin mediadores, sin explotadores. La propiedad pasó a ser social sobre la tierra, los medios de producción y sus resultados agrícolas. Se inició un proceso de creación de lo que surgirían más tarde, las cooperativas de trabajo agrícolas organizadas por juntas de socios de los propios campesinos.

La experiencia de participación popular Movimiento Agroecológico Campesino a Campesino, es un ejemplo para muchos pueblos de nuestra América que han luchado por “la tierra para los que la trabajan”, buscando nuevas relaciones de las personas con la naturaleza. Sin embargo, las condiciones de dominación en las tierras, el esquema de trabajo del capital imperante y los intereses de las oligarquías nacionales, han sido elementos conspirativos permanentes. No obstante, el movimiento MST en Brasil, logró alcanzar un nivel de organización y gestión con


13 La Primera Ley de Reforma Agraria se firmó el 17 de mayo de 1959 en La Plata. Sierra Maestra. Cuba, dentro del proceso de la Revolución Cubana.

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resultados concretos que nos muestran que existen otros caminos si nos organizamos y nos unimos por nuestros derechos comunes.

En esta dirección se debe tener en cuenta los estudios y aportes realizados por Carlos Walter Porto-Gonçalves sobre ordenamiento territorial, en Brasil y otros países de Latinoamérica. El autor analiza las causas del desenvolvimiento desigual del espacio geográfico, las contradicciones, conflictos rurales que se producen en el campo. En el libro del año 2008, “A Globalização da Natureza e a Natureza da Globalização”, obtuvo el Premio Internacional en Literatura Brasileña “Casas de las Américas” (Cuba). Para los cubanos y demás pueblos latinoamericanos, son significativos los aportes de esta producción científica para entender y enfrentar los viejos y nuevos problemas del aprovechamiento y utilización del espacio-territorio, y la necesidad de considerar el tema ambiental en el centro de las decisiones económicas y políticas que se adopten.

En relación a esta compleja situación de la globalización neoliberal, que nos impone el sistema capitalista mundial, basado en la ganancia, sin perspectivas y con afectaciones al medio ambiente, cada vez se hace más urgente, buscar otras racionalidades económicas y ambientales. En relación a lo cual, Porto-Gonçalves (2012, p.16-17) expresó: “el potencial emancipatorio que está inscrito en el contradictorio campo ambiental [...] todo indica que cualquiera que sea el proyecto (los proyectos) que se apliquen a partir del mundo-que-está-ahí, tendrá que incorporar la dimensión ambiental”. Aquí el investigador resume la importancia de introducir la dimensión ambiental en cualquier proyecto de desarrollo o investigación que se aplique. Resalta que existe otra manera de hacer: de las mujeres, de las indígenas, campesinos, comunidades y otros grupos organizados que, desde sus experiencias locales, proponen otras articulaciones con la naturaleza, con la vida. En esta misma perspectiva, Arturo Escobar antropólogo colombiano, parte de las luchas y pensamientos “desde abajo”, y aquellas que están sintonizadas con las dinámicas de la Tierra, declara que:


“los conocimientos de los pueblos en movimiento, de las comunidades en resistencia y de muchos movimientos sociales están en la avanzada del pensamiento para las transiciones, y cobran una relevancia inusitada para la reconstitución de mundos ante las graves crisis ecológicas y sociales que enfrentamos, más aún que los conocimientos de expertos, las instituciones y la academia (ESCOBAR, 2016, p.1).


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Escobar analiza la fuerza de estos movimientos en Latinoamérica los que se basan en la reconstitución de lo comunal como el pilar de la autonomía, comunidad y territorialidad, conceptos claves de esta corriente. Esta dimensión se encuentra elocuentemente expresada en el arte, los mitos, las prácticas económicas y culturales de las personas en las comunidades. Por su parte, Enrique Leff, plantea la necesidad de buscar otras racionalidades ante la globalización, otra racionalidad ambiental, desde la cultura y la autonomía de los pueblos. Esta perspectiva requiere de atención y conocer las experiencias acumuladas por milenios, por nuestros pueblos y comunidades de Latinoamérica. Esta es la globalización que necesitamos, para construir de conjunto nuestros propios caminos.

Se puede inferir que esta perspectiva avalada por Leff, desde la cultura, es un elemento también considerado mucho antes por E.P. Thompson, unido a la economía, como diferentes dimensiones de la vida social. Para el historiador marxista que estudió la formación de la clase operária inglesa, en el siglo 18, “es esencial mantener presente en el espíritu, el factor de los fenómenos sociales y culturales no estén “al remorque” siguiendo los fenómenos económicos a distancia, ellos están en su surgimiento, preso en la misma red de relaciones” (THOMPSON, 1981, p. 208). Sin dudas, en los momentos actuales se impone unirnos en una lucha que es económica y a la vez, cultural, pues como señaló Marx (1991, p.82):


Lo que exige explicación no es la unidad de los seres humanos vivos y activos con las condiciones naturales e inorgánicas del metabolismo con la naturaleza [...] lo que tiene que ser explicado en la separación entre esas condiciones inorgánicas de la existencia humana y la existencia activa, una separación apenas completada plenamente, en la relación entre trabajo asalariado y el capital.


En esta afirmación Marx magistralmente pone en la palestra como las condiciones y relaciones de trabajo que establece e impone el capital a partir del trabajo asalariado, es la principal contradicción que influye en este fenómeno, una de las premisas básicas a considerar para mudar las relaciones de desarrollo desigual del espacio geográfico y el aprovechamiento de los recursos naturales para superar las contradicciones que generan los principales conflictos que en la actualidad se producen en el mundo, en la lucha por un orden económico más justo y participativo.

Los conocimientos, el pensamiento, la resistencia, las prácticas de las comunidades, los pueblos y los movimientos sociales de Latinoamérica, marcan el

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camino a seguir para repensar y reconstruir los efectos de esta crisis ambiental, social y económica. La fuerza de la cultura se constituye en un eje común para el establecimiento de nuevas relaciones de trabajo con el capital, que se mantiene ahí y debe ser considerado y enfrentado para poder avanzar. En esta dirección existen experiencias como ya explicamos anteriormente que hacen la diferencia ante la propuesta globalizadora.

En las investigaciones realizadas por Carlos Frederico B. Loureiro, importante especialista de educación ambiental de Brasil, profundiza en la importancia de realizar una educación ambiental crítica para la construcción de los nuevos saberes ambientales en enfrentamiento a las propuestas globalizadoras. Esta perspectiva es una vía importante para la capacitación y preparación de las personas y para asumir posiciones críticas ante estas propuestas neoliberales. La fuerza de la cultura, las tradiciones y las maneras de hacer y construir el conocimiento, son aspectos esenciales a considerar.

Orestes Valdés Valdés, especialista cubano en Educación Ambiental, en los estudios realizados, resalta la importancia de la cultura en comunidades rurales como elemento importante para conformar prácticas ambientales sostenibles que pueden ser replicadas en otros contextos. En el camino hacia la construcción de esa nueva realidad, Antonio Blanco sociólogo cubano, hace una propuesta importante con un grupo de indicadores para la comunidad, de manera de aprovechar sus potencialidades para la construcción colectiva del conocimiento desde las propias propuestas y potencialidades de las personas de la comunidad, sus experiencias y prácticas para la atención a la problemática socio- ambiental desde lo cotidiano.

Considerar indicadores para conocer el comportamiento de las comunidades puede ser algo que ayude a iniciar un proceso de socialización y acercamientos con las mismas, sobre todo cuando se inician estos procesos, y en lo sucesivo. Sin embargo, es imprescindible reconstruir de forma participativa estos indicadores, de manera que las personas de la comunidad den sus criterios, aportes y que sean partes activos de la formación de ese conocimiento. En esencia es una cuestión ética-educativa, porque cada comunidad, tienen sus condiciones histórico culturales, sociales, religiosas, económicas, de trabajo y educación, que las diferencian y a su vez las complementan.

Los autores consultados, tienen como punto común considerar que la globalización neoliberal capitalista que se nos impone desde arriba, no resuelve los

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graves problemas ambientales, económicos, sociales de nuestros pueblos de Latinoamérica; sino que los profundiza, complejiza. Crea cada día más dependencia consumista, hambre, miseria, desigualdades, guerras, grandes oleadas migratorias, deterioro y contaminación de las tierras, el agua, afectaciones significativas a los bosques y la biodiversidad y como consecuencia el aumento exponencial de la desigualdad entre el norte y el sur, los ricos y los pobres.

Está situación anterior ha tenido una resistencia de nuestros pueblos, a partir de su experiencia, creatividad y diversidades, de los movimientos agroecológicos surgidos en el continente vistos como un proyecto para enfrentar, criticar y transformar desde lo técnico, político e histórico el proyecto capitalista, por tanto,


La agroecología se anuncia como un terreno fértil para la creación de nuevas relaciones de trabajo, en dirección a la emancipación social en el compromiso con la humanidad y su futuro, en defensa de la vida, la salud y el medio ambiente en una perspectiva de totalidad (DIAS; STAUFFER; et al, p.17, grifos do autor).


Por tanto, consideramos que son posibles otros caminos, otras racionalidades, otras alternativas frente a la globalización neoliberal: en este sentido dar gran importancia a la memoria/experiencia acumulada, a la cultura, a los valores de la tierra, las tradiciones y la construcción colectiva en las comunidades, a los pueblos autóctonos, a los campesinos, a los indígenas, a los ribereños, a los sindicalistas, a los negros, a las mujeres, a los movimientos en defensa de los derechos de los pueblos. Estos grupos proponen otras maneras de vivir en armonía con la naturaleza, el buen vivir, como expresión de prácticas de vida milenarias, donde el cuidado de la tierra y la racionalidad, no son meras palabras; sino realidades tangibles.


Consideraciones finales: ¿hacia dónde caminamos?


En un mundo globalizado, donde las prácticas del agronegocio son promovido, comercializado por grandes trasnacionales, que procuran la ganancia, aún a costa de la naturaleza y la salud humana, donde los trabajadores son un mero objeto explotado, obligados a realizar prácticas que se distancian de los legados y tradiciones agrícolas de los pueblos. En este contexto contradictorio se insertan otras propuestas desde el sur, que en el caso de Cuba tiene una construcción

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popular-participativa que potencia la memoria/experiencia local acumulada durante muchos años y se articula con la técnica, y la ciencia en función de lograr una calidad de vida plena de las personas, sobre la base del cuidado y preservación del medio ambiente.

Bajo estos preceptos anteriores se ha trabajado en Cuba, considerando los legados de generaciones anteriores de operarios, trabajadores, intelectuales, campesinos, líderes revolucionarios, que constituyeron las simientes de un proceso de construcción colectiva que atendió la formación de los recursos humanos y ubicó al hombre en un sitial prioritario, adecuando, actualizando y enriqueciendo estas prácticas en lo cotidiano, en articulación con los adelantos de la técnica, la ciencia y la preservación del medio ambiente como única forma de lograr un equilibrio entre la sociedad-naturaleza-economía.

Esta política desarrollada, permitió que el país sea uno de los pocos en el mundo, que cumplió con las metas del milenio aprobadas por las Naciones Unidas en relación al acceso de la población a: la educación, salud, deporte, trabajo, agua potable, alimentación, vivienda, seguridad ciudadana, índices de salubridad, acceso a la cultura, espiritualidad, equidad social, cuidado del medio ambiente entre otras, que han contribuido a mejorar la calidad de vida de las personas.

La historia de la Revolución Cubana ha sido contada, comentada, explicada en muchos libros, entrevistas, películas, relatos: cada cual tratando de satisfacer sus interrogantes sobre esta Isla Insurrecta que rompió con los códigos prediseñados por el imperialismo norteamericano (RAMONET, 2016, por ejemplo). Desde luego, insistimos en que la memoria social y colectiva de las experiencias vividas, percibidas y modificadas a lo largo del proceso histórico estructurado (THOMPSON, 1981) son esenciales para aprender la totalidad social donde hombre y mujeres se constituyen material y simbólicamente. De ahí la importancia de la historia vista desde abajo. La revolución no da tiempo para teorizar. Hay que hacerlo. En Cuba, la experiencia es entendida como experiencia práctica, alimentada de la teoría. La práctica fue y ha sido el primer criterio para transformar la realidad. Las cosas se hacían o se morían de hambre las personas, ya que los EEUU, impusieron desde los inicios, todo tipo de limitaciones para asfixiar a la joven revolución que nacía en nuestra América.

Hoy por hoy, sigue el trabajo creativo entre los dirigentes y la población para formar el modelo cubano de democracia, que desde la perspectiva socialista

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garantice, de manera masiva, la calidad de vida de la población. Importante es no olvidar el trabajo de solidaridad internacional y colaboración en más de 100 países del planeta. Ejemplos como en Angola y Mozambique, en las décadas de 1970 y 1980. En la década de 2010, destacamos las brigadas médicas en Nepal, Ecuador, la solidaridad al combate del virus Ébola en África (DVE) y la participación en el Programa Mais Médicos, creado en 2013, por Dilma Rousseff en Brasil. Y recientemente, la atención a más de 50 países ante los peligros del COVID 19.

Lamentablemente, este preclaro pensamiento no ha sido considerado por los que desde arriba y sin preguntar o consultar, imponen este nuevo orden global. Sin embargo en medio de tanto desatino, donde los énfasis del capital, las relaciones entre trabajo y educación son para incrementar ganancias cada vez mayores; se mantiene una lucha de muchos pueblos y comunidades que se aferran a otro orden, a otras relaciones, un orden de respeto a la tierra, basado en las memorias/experiencias acumuladas y transmitidas de generación en generación, sobre la que muchos investigadores Latinoamericanos han profundizado, socializado y se ha convertido en un movimiento de referencia de nuestros pueblos que marcan otras realidades, ante este pensamiento único y colonizador.

En cuanto a estas relaciones, que se establecen entre el capital y la clase trabajadora, Thompson la define con mucha claridad al referir que al final, toda clase social es una formación tanto económica como cultural: “[...] la conciencia de clase es la forma cómo esas experiencias son tratadas en términos culturales: encarnadas en tradiciones, sistemas de valores, ideas y formas institucionales”. (THOMPSON, 1987, p. 10).

Según Halbwachs (2006), la duración de la memoria depende del tiempo que los grupos sobrevivan como referentes, es producida socialmente, por lo que se puede afirmar que no hay posibilidad de experiencia sin memoria, ya que está es la vía para transmitirla y socializarla por los grupos de clases sociales.“[...] cada memoria individual es un punto de vista sobre la memoria colectiva, y este punto de vista muda según el lugar que ahí ocupó y que ese mismo lugar muda según las relaciones que mantengan con otros ambientes” (HALBWACHS, 2006, p. 69).

En la perspectiva del materialismo histórico, experiencia y memoria de dan según el propio desarrollo económico, social, cultural, religioso de las sociedades, todos están integrados en un proceso de cambios y mudanzas muy interrelacionados con el desarrollo de las fuerzas productivas, los intereses de

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clases y las luchas de las mismas para enfrentar en el caso de los obreros y la población, las imposiciones del capital; las cuales están mediadas por intereses de dominación y opresión por las clase dominantes. Lo que en la actualidad es un reflejo de las relaciones de producción, empleo, distribuciones de los recursos económicos, culturales, sociales y las políticas neoliberales que manejan estas relaciones.

Todavía en el siglo XXI, estamos frente a una maquinaria que, no sólo en Cuba sino, planetariamente funciona como una dictadura mundial, dándose el gobierno de USA el auto-derecho de decidir sobre los destinos del mundo. Es la mundialización de una fuerza económica que ignora las culturas y derecho de autodeterminación de los pueblos de Latinoamérica y el mundo. Es la guerra, la mentira, el engaño y la barbarie como nunca antes se ha visto en la historia de la humanidad.

Mientras, al comprender qué mismo haciendo varias tentativas, el capital no es la totalidad y como planteó Fidel Castro, tenemos tareas, no podemos olvidar y por eso luchamos siempre, pues la Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo” (CASTRO, 2000). Luego para continuar la historia, conforme Silvio Rodríguez, cantante cubano,

¡“vamos andar”!


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