Amereida en Valparaíso: un sueño utópico del siglo XX

Resumo

En 1952 se produce un cambio radical en la enseñanza de la arquitectura en la Pontifica Universidad Católica de Valparaíso, por iniciativa del arquitecto chileno Alberto Cruz Covarrubias y el escritor argentino Godofredo Iommi. El nuevo punto de partida se basa en asumir la significación poética de la arquitectura como expresión del talento individual del creador; así como también de promover la inserción de alumnos y profesores en la realidad latinoamericana. El proyecto arquitectónico se inicia con un acto poético colectivo – llamada phalène –, que concreta la obra en un proceso dinámico y cambiante, sin definir formas y espacios a priori. Así surgieron en 1970  las viviendas y los edificios públicos de Ciudad Abierta Amereida, que materializa la utopía social y constructiva del equipo docente de la Universidad, cuyo proceso de transformación se mantiene hasta la actualidad.  En un terreno situado a 30 kilómetros de Viña del Mar, en Ritoque, conformado por colinas y dunas frente al Océano Pacífico, se construyeron en forma aleatoria las ágoras que contienen las actividades sociales al aire libre, algunos edificios para la vida cultural – la sala de música –, un anfiteatro, un cementerio y las casas de los profesores, construidos por ellos mismos con la participación de los alumnos. Su configuración refleja la influencia del Surrealismo y de los movimientos artísticos contestatarios de los años sesenta. La cultura latinoamericana es asumida a través de la herencia cultural latina, una de las principales componentes de la historia regional: de allí, la relación con Virgilio y la Eneida que justificó la denominación de Amereida al conjunto de Ciudad Abierta. Esta experiencia utópica de la segunda mitad del siglo veinte, constituye una contribución importante, al representar un camino alternativo y cuestionador de  los movimientos estéticos consagrados en la arquitectura de América Latina.